Capítulo 24

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Capítulo 24: Jisung

"Hazme el amor una vez
más y toquemos el cielo
Juntos"

Sus manos tocan con delicadeza cada parte de mi cuerpo, Minho deja uno que otro beso sobre mi espalda húmeda, el agua tibia envuelve nuestros cuerpos desnudos, el olor a manzanilla me relaja, hace quince minutos entramos a la ducha y debo decir qu...

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Sus manos tocan con delicadeza cada parte de mi cuerpo, Minho deja uno que otro beso sobre mi espalda húmeda, el agua tibia envuelve nuestros cuerpos desnudos, el olor a manzanilla me relaja, hace quince minutos entramos a la ducha y debo decir que fue en contra de mi voluntad, mi piel empieza a arrugarse como pasa pero ahora no quiero salir, quiero seguir sintiendo sus manos lavando mi cuerpo y masajeando mi cabello, la lluvia sigue cayendo, desde la ventana polarizada puedo observar los rayos que iluminan el cielo, son tan hermosos, me gusta ver como iluminan el cielo pero me dan miedo los truenos que vienen con ellos.

—Min— Le hablo con timidez.

—Hmm— Responde. Siento como sus labios se posan en mi cuello y empieza a dejar besos en esa área, siento una corriente eléctrica recorriendo mi cuerpo desde la espina dorsal hasta la punta de mis dedos, sus manos empiezan a toquetear mis pezones, me hace gemir pero cayó esos gemidos mordiendo mi labio inferior.

—¿Me amas?— Sus caricias y besos se detiene, hace girar mi cuerpo y al momento de cruzar miradas el hilo rojo aparece atado en nuestros meñiques, brilla al igual que un rayo.

—¿Lo dudas, Hannie?— pregunta con sus cejas fruncidas y no se por qué esa expresión me hace recordar mucho a Doongie, quizá por qué él parece un gatito enojón que se ablanda con caricias.

Sus manos están en mis caderas y las mias sobre sus hombros, estamos tan cerca que puedo sentir su respiración y con un movimiento de caderas hago que su ceño fruncido desaparezca.

—Solo responde mi pregunta— Nuestras nacices se rozan y nuestros labios anhelan tocarse, nuestros cuerpos gritan por ser uno solo, se que me ama pero me encanta que me lo diga a cada rato.

—Te amo Han Jisung, te amo tanto que no me imagino un mundo donde tú no existas, te amo tanto que iría al fin del mundo con tal de probar una vez más tus delicados labios, te amo tanto que compraría todo el hospital donde trabajas con tal de hacerte feliz—  Nuestros labios se unieron en un beso suave sin segundas intenciones.

—Quiero ese hospital entonces— Bromeé al momento de cortar el beso, Minho se pone de pié en la bañera y me levanta con él, mis piernas están aferradas a su cuerpo, salimos de la ducha y nos envuelve en una toalla, Minho camina hasta la cama y me deja caer sobre ella.

—¿Que haces? ¿A dónde vas?— Le pregunto cuando lo veo alejarse con su teléfono en la mano.

—Llamar a Hyunjin para que visite al dueño del hospital para que me lo
venda— quiero reírme pero conozco como es Minho y se enojaría.

Así que lo sujeto de la mano y lo hago caer en la cama.


—Era broma amor— me subí sobre él y dejo un beso en su pecho.
—No necesito un hospital para ser feliz, ya tengo todo lo necesario para ser
Feliz— Le susurré al oído, Minho colocó sus manos en mi cintura y pude sentir la presión de su pene en mi trasero, cabe recalcar que ambos estamos desnudos.

Minho me gira y ahora soy yo quien está bajo su cuerpo, sus ojitos brillan al momento que chocamos miradas.

—Asumo que soy todo lo que necesitas—  Besa mi pecho y succiona uno de mis pezones haciendo que arquee mi espalda.

—En realidad me refería al dinero, el dinero me hace feliz— Solté un grito cuando Minho mordió mi pezón

—¡Auch!— me queje —Era broma mi amor—  dije pasando más manos por su nuca y tirar de él para poder besar esos dulces labios.

Mi respiración está agitada, las sábanas de la cama están arrugadas y otras están en el piso, de nuestra boca solo salen jadeos y gemidos, Minho me embiste una y otra vez, Seguramente mañana necesitaré una silla de ruedas pero joder, si que estoy ...

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Mi respiración está agitada, las sábanas de la cama están arrugadas y otras están en el piso, de nuestra boca solo salen jadeos y gemidos, Minho me embiste una y otra vez, Seguramente mañana necesitaré una silla de ruedas pero joder, si que estoy disfrutando de este momento tan íntimo.

De un rato a otro la agresividad cambia  a un momento tierno y romántico, mis manos acarician su espalda y mis labios besan su cuello, mis piernas envuelven su cintura, él se mueve lento y luego rápido, sus manos acarician mi cuerpo con delicadeza, me tocan como si yo fuera la porcelana más delicada y la más fina.

Estamos haciendo el amor y no simplemente follando.

Un movimiento de pelvis más y ambos tocamos el cielo.

Hilo Rojo- Nuestra segunda vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora