Tuvimos Tantos Momentos Felices

374 39 2
                                    

Se siente mal ¿No es así?

Despertar en mitad de una noche fría, sin nadie que te acompañe en la cama, en silencio.
No hay luz en otras habitaciones, no hay pasos acercándose o alejándose, no hay nadie que pueda tocarte o hablarte, pero así fue como lo quisiste ¿No es así?

Suspiras.
Aún con tu fama, tus logros, todo lo que has hecho, no es nada sin ella a tu lado ¿Verdad?

Se siente mal eso de tener recuerdos de un pasado que parece imposible creer que fue el que te trajo a este presente.

La ves ahí, sonriendote de forma cálida, con sus vibrantes ojos de jade. Sientes la suavidad de sus manos tocando su pecho, la escuchas ahí, con su melodiosa voz, prometiéndote una compañía eterna, duradera, real...
No fuiste el único mentiroso después de todo.

Una cama tan grande no tiene sentido de ser sin nadie que pueda llenarla por completo, y tú la necesitas a ella ahí, la quieres devuelta aún si sabes que sería egoísta después de todo lo que le has hecho.
La quieres ahí como ese trofeo de consolación, la quieres ahí no porque realmente la quieras, no porque realmente seas un don-nadie sin su compañía, no porque sea tu alma gemela, no porque quieres hacerlo todo bien ésta vez...

La quieres porque siempre a estado ahí y ahora es raro, su ausencia se nota. A donde sea que veas notarás ese espacio vacío, el jardín está incompleto sin su presencia, la calidez de las sábanas se siente como una tundra helada sin sus brazos rodeando tu cuerpo y ni hablemos de cómo percibes la ciudad ahora que no la ves en cada rincón esperándote.

— No es nada —murmuras a secas, frotando tus ojos con tus dedos.

Claro que lo vas a negar. No entiendes el problema en el que estás metido, no entiendes aún el lío al que decidiste meterte de cabeza sin pensar.

Mañana lloverá. O eso es lo que te habría dicho ella de no encontrarse tan lejos, viviendo su mejor vida, sin tenerte a su lado.

Recuestas tu cabeza una vez más sobre la almohada, viendo un punto directo en la pared, fijándote en las sombras del marco de la ventana, en la tenue luz que se cuela entre las cortinas, buscando su silueta, su imagen, así sea imaginar que estar ahí para sentite menos solo.

Eres patético y lo sabes.
Pero extrañas que haya alguien ahí que se niegue a pensarlo, extrañas a ese alguien que te mimaba y trataba como el rey del mundo.
¿Qué se siente volver del Cielo sin llevarte nada de él?

El reloj avanza y no dejas de pensar...

¿Pensar en qué? ¿En cómo te hiciste el loco, negando lo que sentías por ella? ¿En cómo después de ilusionarla con una familia, un matrimonio, un romance digno de una película no hiciste nada más que apartarla? ¿Ahora te sientes mal por haberla encaminado a los brazos de otro hombre? ¿Te sientes mal por la decisión que creías sería la mejor para ti?

Ser héroe no es sencillo.
Pudiste salvarla de muchos peligros, máquinas asesinas, catástrofes interplanetarias y demás, pero no lograste salvarla a tiempo de ti, su mayor y más grande peligro.
¿Por qué te amó tanto? ¿Alguna vez te has preguntado eso? ¿Como una chica tan linda podría desvivirse por un chico como tú? Tan distante, tan desapegado, tan... apático.

¿Ella pensaba eso de ti, verdad?
¿O es lo que tú piensas de ti?

Nunca lo sabrás.
Jamás le preguntaste cómo te veía, como aquellos luceros de verde esplendor percibían tu presencia, tu sonrisa, tus emociones, tu ego.
Quizás fuiste encantador durante todo lo que duró aquella aventura a la que decidiste llamar pesadilla, pesadilla de la que despertaste y ahora luchas por tener de vuelta.

No te entiendes.
Nadie podía entenderte más que ella y ahora lo sabes, cuando es demasiado tarde.

Tus ojos pesan.
Las esmeraldas desteñidas en tus ojos van perdiendo su color con la llegada del amanecer por el horizonte.
Perdiste una noche más pensando en ella, viviste una vez más lo que ella había tenido que pasar durante todo el tiempo que estuvo a tu lado.

Tu mente está cansada, tu cuerpo no puede moverse por el dolor atribuido a algo que trasciende lo físico, no sientes tener el derecho al descanso, pero aún así cedes, aún así te das prisa y te aferras al encanto de Morfeo, separándote de este mundo para entrar a uno nuevo, uno donde ella no se haya ido, uno donde no hayas sido un vil ciego de corazón, uno donde todo sea perfecto otra vez...

No se siente bien ¿Verdad?

Running On Saturn ft. SonAmy Donde viven las historias. Descúbrelo ahora