Proteger

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Un mes después de aquella cita, y Lisa se sentía en las nubes

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Un mes después de aquella cita, y Lisa se sentía en las nubes. Había tenido unas cuantas citas más con la alfa, a veces se llegaba quedar en su casa, incluso dormía en la misma cama que ella y se despertaba a su lado.

Si pudiera flotar de la felicidad ya estaría en la luna, ya todos en la guardería sabían que ella estaba saliendo con el papá de Jiwon y la verdad se alegraban por ella, y por la pequeña, haciendo la labor de su madre, entendía que para ella era esencial.

Más bien, estaban un poco orgullosos de Lisa, pues se había encariñado mucho con la pequeña y la amaba como propia, no muchos omegas podían hacer eso, la mayoría querían hijos propios, no de otro omega.

Pero quizás se debió a que Jiwon estaba lavada, es decir, no tenía ningún aroma de omega y estaba necesitada, ella también lo estaba, lo más que quería era tener cachorros y un alfa, ser amada y amar.

No sabe si fue un ángel quien escuchó su deseo y envió a dos personas para que fuese cumplido. Una alfa necesitando ayuda y amor, y una bebé necesitando atención y cuidados.

Lisa estaba más que dispuesta a dárselos, tenía mucho amor para las dos. Su Jennie era una alfa atenta, quizás aprendió eso por tener que hacerse cargo de una niña ella sola, pues los cachorros necesitaban de mucha atención.

Le gustaba mucho eso, no, le encantaba ver su celular y encontrar mensajes de Jennie, le respondía cuando podía, pues tampoco descuidaba a los cachorros, antes muerta que eso.

La pelinegra quería dar otro paso, mudarse con Jennie, así podría estar a tiempo completo con Jiwon, pero no sabía si era muy pronto para hacer algo como eso, podría ser una intrusa en el territorio de la mayor, sin embargo, ya había estado varias veces en la casa de la alfa, y en su cama, y esta no mostró ningún signo de molestia.

Ansiosa, nerviosa e insegura, esos eran sus defectos, tenía que lidiar constantemente con ellos, pero hacía lo mejor que podía para enfrentarlos, aún cuando las cosas parecían en su contra.

Siempre estaba allí con una sonrisa tratando de ver el lado positivo de las cosas. Nunca se arrepentiría de trabajar en esa guardería y estar acargo de la cachorra, menos de querer ser su madre.

Un día en particular, estaba en su trabajo en la guardería, Jiwon jugaba en el suelo con algunos peluches, eran las cuatro y media, los padres iban llegando poco a poco por los pequeños.

Todo iba bien, hasta que vio llegar a un señor mayor, su cabello castaño, parecido al de Jiwon. No le dio buena espina.

—Buenas tardes, señor, ¿puedo ayudarle en algo? ¿Se perdió? —preguntó cortésmente, tratando de impedir que entrara en el salón a su cuidado, no sabía quién era, no podía dejarlo entrar con los cachorros.

—Vengo por mi nieta —dijo con simpleza y trató de entrar al salón, pero Lisa se atravesó.

—¿Su nieta? Disculpe señor, pero nadie dijo que vendría, ni siquiera sé quién es usted, no puede entrar, si me da más detalles puedo ayudarle —lo único que quería era que se fuera, podía sentir la tensión en el aire, incluso algunos de los otros padres le miraban curiosos por la situación.

¿Mamá? | JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora