F1 A La Mexicana (Chestappen & Multi shipp)

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Los meses pasaron y el tomatito ya tenía 3 meses, era un niño risueño y hermoso. Sus ojos verdes seguían a sus padres en cualquier actividad que hacían y era el más consentido por sus abuelas y sus tíos y tías. Sergio lucía con orgullo el anillo de compromiso que le había dado Max en una mágica noche donde fueron a un lindo restaurante de Distrito 1 y ahí le pidió si se quería casar con el en compañía de su familia y amigos.

—Max, amor ¿Dónde está mi corbata?

—Esta sobre la cama ¿Ya está listo Franquito? Recuerda que tú mamá va a recogerlo ahorita en 5 minutos.

—Si, ya está listo. También está lista su pañalera.

Ambos se estaban preparando para la boda de Carlos y Charles. Sergio tendría que estar anter para ayudar a Charles a arreglarse que con su avanzado estado de embarazo sumado que serían gemelos. La pareja a casarse quería hacerlo antes que nacieran los pequeños para bautizarlos en la fé de la familia de Carlos, era una decisión que ambos habían deseado y sus padrinos serían Sergio y Max.

—Wey, quedate quieto por el amor de Dios— decía Óscar mientras trataba de acomodarle su cabello.

—Yo decía que contrataba a los maquillistas pero ustedes de tercos.

—Es una tradición que los amigos arreglen a la novia, aparte que no mames Lance, se te ocurrió de último momento.

—Yo digo que vas a quedar más guapo de lo que ya eres, aparte ese brillo de tus ojos resalta mucho como tú pancita.

—Panzota querrás decir, que pinche envidia Sergio. Hace 3 meses pariste un hijo y volviste a estar bien flaco.

—El secreto es la lactancia, fajarte hasta que se acomode de nuevo la piel y aparte cuidar la alimentación.— dijo Sergio como si fuera un experto de la salud.

—Y hacer cardio con Max, el otro día que fuimos yo y Pato a visitar al tomatito nos dejaron un buen rato solos y salieron bien felices— dijo Óscar.

—Tambien cuando fuimos Lewis y yo— dijo George que también lucía una linda piedra en su dedo anular izquierdo.

—Y el Ken se quedó con su morenote Chacalón— dijo Lance —Me pregunto que será de Logan.

—Lo último que supe es que se rehabilitó y se casó con una buena mujer, espero que le vaya bien en su vida de sobrio y hetero— dijo George —Y quién diría que te gustaban los geriátricos Lancito.

—Pues resulta y resalta que era socio conocido de mi papá por qué aparte de dar clases es dueño de una empresa de innovación de aquí de Chihuahua y van juntos al club campestre. Casi le dio un infarto cuando le dije que éramos novios pero al final acepto y me dijo que por lo menos no era la chica que le regale el collar Swarovski.

—Que bonito que nos este yendo bien a todos, quién diría que nuestra vida sería tan divertida en menos de un año.

—Quiero vomitar de los nervios— dijo Charles. —Quisiera que Jules estuviera aquí, el y Lorenzo fueron más mis padres que los imbéciles que me tocaron.

—Tranquilo, Lorenzo esta aquí, en un momento pasa contigo y nos tienes a nosotros. Aún recuerdo cuando nos conocimos y desde que estábamos en la secundaria te gustó Carlos y lo feliz que fuiste cuando finalmente te pidió salir. Lo que luchaste con tus padres cuando supieron que eras gay y que te ibas a bañar y alistar en mi casa y de broma te decía que te ibas a quitar el olor a culo hediondo.

—Nadaqueverienta, piojosa, traga la mano, rasca cazuelas. Todo esté tiempo pensé que si olía a culo.

—Calmate vulgar, corriente de lo peor. Lo decía por tu bien y el de Carlos.