—Mucho gusto, soy el doctor Ochoa— dijo el doctor de cabello rizado y de unos 30 años aproximadamente.
—Mucho gusto doctor— dijo tímido Checo mientras jugaba con sus manos.
—Entonces viniste por una ecografía por un posible embarazo ¿Es correcto?— pregunto el doctor y Checo asintió —¿Cuántos años tienes?
—22
—¿El es el padre?
Charles observó asustado cuando el doctor lo menciono —No, yo solo soy el amigo que lo apoya, aparte yo no andaría con alguien tan pendejo como el doctor.
—Charles, cállate por favor— dijo Sergio mientras quería comenzar a llorar.
—Una disculpa, no quería hacerte sentir mal, Eres muy joven pero por lo menos no un adolescente. Vamos a revisar si es un embarazo real o solo fue un falso positivo— termino de decir el doctor mientras extendía el gel en su vientre y comenzaba a mover el escáner viendo la imagen.
—No se ve ni madre doctor— dijo Charles que a este punto estaba comenzando a aburrirse.
—Es por qué aún es muy pequeño el embrión, voy a hacerte una prueba sanguínea también para estar más seguros— dijo mientras sacaba una pequeña muestra del brazo de Sergio.
—Te dije que el es un experto.
Después de esperar un rato llego el resultado de la prueba sanguínea y pasaron al escritorio del doctor.
—Efectivamente Sergio, estás gestando.
—¿Se puede interrumpir?— A este punto Sergio estaba al borde de las lágrimas.
—Lo siento, ya se pasó el lapso seguro para poder realizarlo.
Ambos jovenes salieron de la clínica mientras Sergio se encontraba metido en sus pensamientos.
—Vas a tener que decirle a tu mamá y a Max o si quieres te podemos ayudar a interrumpirlo en tu casa.
Sergio seguía sin responder, en su mente tenía un pensamiento. Y era dejar algo así en el carro de Max.
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—Dame un momento para pensar Charles, por favor. Neta que pinche país corrupto y también por qué la primera vez que se me ocurre disfrutar la vida tiene que pasar esto.— Sergio comenzó a hiperventilar mientras empezaba a llorar.
Charles se sentía mal al ver a su amigo así, lo encamino a una cafetería que estaba cerca y mientras estaba sentado le pidió un chocolate y un churro.
—Pues estas jodido Checo, cuando decía que quería bendiciones para ti no eran de esas.
—No es el fin del mundo ¿Verdad?
—Pues no, pero es un cambio muy grande.
—Promete que no le vas a decir a Max nada de esto.
—¿Decirme que?— escucho la voz de Max detrás de él y palidecio mientras se atragantaba con su bebida caliente.
