Capítulo 06

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     Leonardo se mordió el labio inferior, empezando a sentir los nervios y ansiedad al tener todas las miradas sobre él. Los segundos parecían horas, y mientras su padre y hermanos esperaban a que el respondiera, Leonardo solo trataba de adivinar lo que había hecho mal.

El-... Sabía que tenía que contarle a su familia tarde o temprano sobre los huevos, y en realidad, había organizado una larga charla y discurso para eso, la cual había estado ensayando. Pero, ese no era el momento, esa no era la forma en la que lo había planeado.

Así no se supone que tenían que salir las cosas.

—Leonardo —la voz de su padre era seria y demandante, al igual que había un sentimiento difícil de describir reflejado en sus ojos. Pero Leonardo no se estaba fijando en eso, su mirada solo se mantenía sobre los huevos, viendo con terror la manera tan brusca y para nada cuidadosa de su maestro para sostenerlos. —Habla, ahora. ¿Por qué estaban estos dos huevos en tu habitación? ¿Es esto lo que nos estabas ocultando?

Pasó saliva, dando un paso hacia al frente, vacilante. Escuchó a sus hermanos murmurar a sus espaldas, sintiendo sus miradas en su nuca.

Pudo escuchar a Mikey preguntarse, en un tono lo suficientemente alto, si él había sido una hembra todo esto tiempo; en otra situación eso le hubiera causado vergüenza y le hubiera reclamado, pero realmente no se sentía con el humor de enfrentar las ocurrencias de su hermano menor.

Solo quería tener a sus huevos de vuelta, quería volver a tenerlos en sus brazos, en su habitación, en el nido que les había hecho, manteniendo su calor y estando cómodos. No quería que ellos siguieran ahí, afuera, sin nada cubriéndolos a excepción de los brazos de su padre, y a la vista de todos.

—Sensei, mire, yo-... Puedo explicarlo —empezó, acercándose a la rata con nervios, extendiendo levemente sus manos. —Pero-... Por favor, entrégueme primero a los huevos, n-no es bueno que estén fuera del nido, yo-

—Primero explica que es todo esto —Splinter soltó con seriedad, levantando la barbilla y forzando su agarre en los huevos.

Leonardo sintió su interior revolver ante esta acción, llenándose de pánico al escuchar un leve crack de alguno de los huevos. Inhaló y exhaló, mirando a su padre de manera suplicante.

—Sensei... —su voz parecía quebrarse, sonando pequeña y saliendo en un pequeño susurro. La mirada de su padre lo hizo retroceder. —Esta... Está bien, ¡P-Pero! Tenga, tenga más cuidado. Así- así no debería sostenerlos.

Notó como las orejas de su padre se levantaron levemente con su comentario, bajando la mirada hacia los huevos y acomodándolos mejor. Leonardo suspiró tembloroso, siguiendo con la mirada cada movimiento que hacia la rata mientras los acomodaba mejor en sus brazos.

El alma de Leonardo abandonó su cuerpo por unos momentos cuando uno de los huevos por poco y se le cae a su padre. También escuchó a sus hermanos retener el aliento detrás suyo, y una expresión de miedo se reflejó por un momento en el rostro de su padre.

Splinter suspiró, recobrando la compostura y arqueando una ceja. En su interior, el joven líder se sintió un poco más tranquilo, viendo como ahora su padre sostenía de una manera aceptable a los huevos.

Se mordió la lengua, armándose de valor y encogiéndose de hombros. Tomó aire y empezó a hablar.

—Yo-... Cuando fui al T.C.R.I. los encontré, f-fue lo que el Kraang hizo con mi ADN, un-... Intento fallido de clonarme —empezó a explicar, bajando la mirada. —Yo, yo no fui capaz de hacerles daño-... S-Sé que está mal, y que fueron creados por el Kraang, pero- ¡no podía! ¡No podía hacerles daño, no podía dejarlos ahí!

—S-Si se pone a pensar-... Ellos fueron creados por , yo y los huevos estamos unidos, por mi sangre. S-Son parte de mí, sensei, clones o no... Tienen mi ADN —susurró, levantando su mirada y conectándola con la de su padre. Estaba tenso, nervioso.

Esperaba recibir una respuesta positiva, quería una respuesta buena. No sería capaz de deshacerse de los huevos, no después de haberlos tenido bajo su cuidado en esas semanas. Se había encariñado con ellos y solo les deseaba lo mejor.

Leonardo simplemente no podía abandonarlos, no después de todas sus investigaciones, no después de haberlos nombrado y no después de haber pasado tanto tiempo con ellos.

No podía, simplemente no podía. Ellos... Esos huevos se habían vuelto importantes para él, eran-

Eran como sus hijos. Los veía de esa manera.

Solo-... No, no, tenía que estar con ellos, necesitaba estar con ellos.

Solo esperaba a que su padre lo entendiera.

La rata avanzo con cuidado, extendiéndole con cuidado los huevos. El rostro de Leonardo se iluminó, y sin pensarlo dos veces los tomó y acunó con cuidado en sus brazos.

Sintió una pata reconfortante de su papá sobre su cabeza, Leonardo levantó la mirada, abrazando con cuidado a los huevos, preguntando con su mirada y pidiendo una respuesta.

La sonrisa y el asentimiento de la rata fueron sin duda un .

𝐓𝐰𝐨 𝐥𝐢𝐭𝐭𝐥𝐞 𝐓𝐮𝐫𝐭𝐥𝐞𝐬 | TMNT 2012Donde viven las historias. Descúbrelo ahora