✧extra✧

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—Para eliminar a la maldición, ¿era necesario destruir mi cuarto también?—pregunta Geto mirando el gran agujero que atraviesa la pared.

—Bueno, aun no controlo bien mis poderes...—dice—pero no te preocupes, Yaga dijo que talvez dentro de una semana lleguen a repararlo.

—¡Una semana es demasiado tiempo!—se queja.

Está bien, está bien, estoy seguro de que en este lugar debe haber más cuartos donde puedas dormir.


—Lo siento Geto, pero no hay más cuartos disponibles, por el momento tendrás que elegir a alguno de tus compañeros para que te de alojo—dice Yaga.

Suguru de inmediato mira a Shoko, como tratando de pedirle auxilio.

—A mi ni me mires, yo no tengo la culpa de nada de esto—dice ella.

Y así es como  finalmente, Geto queda relegado a dormir durante una semana en el cuarto de Gojo.



El pelinegro saca todas sus cosas personales del cuarto destruido, que parece estar en exhibición hacia el patio, y las traslada hacia el lugar donde ahora pasará sus días junto a Satoru.

—Creo que ya está todo—dice sentándose en la cama, con una leve expresión de fastidio.

Satoru lo mira de reojo y sonríe al notar que dejó la puerta del cuarto cerrada al entrar.

—Bueno, ya puedes dejar de fingir—le dice sentado en una silla frente a él.

—¿Qué?

—No hagas como si no te gustara estar aquí conmigo—sonríe.

Geto se sonroja levemente al escucharlo, y al saber que tiene razón. Simplemente no sabe qué contestar.

—Pero puedes estar tranquilo—dice parandose de la silla—no pasara nada que tu no quieras.

Satoru toma sus cosas para salir a entrenar y camina hacia el marco de la puerta.

—Porfavor sientete comodo—le dice antes de abandonar el cuarto.


¿Por qué es así?;  siempre dice cosas comprometedoras y luego se va como si nada—piensa Geto.

Y lo peor esque tiene razon, despues de todo, ya sabe absolutamente todo.


Flashback:

—Suguru, todos en la escuela te aman, sin importar quien sea esa persona estoy seguro de que dirá que sí.

¿Y tú?; ¿dirías que sí?

Satoru abre sus ojos de par en par, completamente sorprendido, pues ni en sus sueños más retorcidos hubiera podido imaginar algo así. 

Realmente pensaba que era imposible ser correspondido de esta forma, al menos en esta vida.

El albino no pierde ni un segundo, y en aquella solitaria sala de clases sobre la mesa del profesor, se acerca a él para besarlo. 

Fin del flashback.


Suguru recuerda aquel beso y no puede evitar sonrojarse de nuevo. Literalmente eso pasó hace solo unas horas atrás, y la verdad, esque no se esperaba que Satoru fuera tan bueno besando. Sin duda era mil veces mejor que en un sueño.

LUCID DREAMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora