Sirius Black odiaba a Eileen Snape.
Eileen Snape odiaba a Sirius Black.
Ellos ansiaron el día de su graduación para dejar de verse después del día. Pero el universo los jodio haciendo que Sirius fuera el padrino de Harry y Eileen la tutora legal de...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
POV Narrador Omnisciente:
Eileen estaba despierta desde hace media hora, ¿por qué no se levantaba? Fácil, tenía a Sirius como un koala agarrado de ella. Tampoco lo quería despertar porque eso significaría charlas incómodas y lo que menos quería era eso, definitivamente no quería un "Oye Snape, si llore como un bebe anoche pero jódete".
Eileen miraba detenidamente el rostro del hombre, se veía jodido, tampoco estaba horrible, pero no era el apuesto joven que era en Hogwarts. Él no había tomado la poción que ella había traído, así que seguía igual de delgado, las viejas ropas que Remus le había prestado estaban holgadas en su cuerpo
POV Eileen Snape:
No sabría decir si estaba cómoda o no, digo, no estaba mal, pues estaba en mi cama, pero Black me estaba abrazando como si solo esa hubiese sido la única posición cómoda para dormir.
Es difícil describir como me tenía Sirius, pues yo estaba mirando al techo y él estaba de costado mirando a mí, un brazo lo tenía abajo de mí, como un tipo "almohada" en mi cabeza, el otro me estaba abrazando por los hombros, una pierna la tenía normal aunque la otra estaba arriba de mi cintura. En conclusión, me sentía atrapada y el señorito no parecía despertar todavía.
La verdad él estando dormido no parecía tan cabrón, se veía tranquilo a comparación de hace solo unas horas que lo había encontrado llorando, era raro dormir con alguien, hace años que dormía sola, pues Harry solo dormía conmigo cuando era pequeño y tenía pesadillas, ya había pasado fácil unos ocho años desde la última vez. No debería decir esto, ya que en la noche anterior sentí pena por Black, pero no era pena normal o ajena, era algo más como tristeza y sí, Black podía ser un cabrón, un hijo de perra, un pendejo, pero era un ser humano que había sufrido en Azkaban por un crimen que el cual él era inocente.
Acaricie su rostro y al instante mi mano toco la barba que era un tanto rasposa y dispareja, él sintió mi toque, pero no se despertó y no se inmutó en lo más diminuto en moverse, solo vi como entrecerró un poco los ojos cerrados. Aleje mi mano, pues tenía miedo de que se despertase, de por sí la situación era incómoda y no quería poner más leña al fuego. Casi como si lo estuviese invocando, Black empezó abrir los ojos y de inmediato me miro fijamente
—Buenos días —Dije tratando de no sonar tan grosera, no sabía como pisar el terreno que está minado
Black no me respondió, abrió los ojos como platos y sin esperar mucho me dio un leve empujón, con una rapidez ya estaba de pie.
—Bueno, veo que no son tan buenos para ti —Respondí con sarcasmo al ver su reacción
—Olvida lo de ayer y ni si te ocurra decirle a alguien —La verdad si lo iba a hacer, pero me dio coraje que me los dijese así con un tono de orden