Capítulo 13. Golpe de realidad

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ADVERTENCIA porque el que avisa no es traidor: el siguiente capítulo posee escenas de acoso callejero y mención de temas sensibles sobre violencia

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ADVERTENCIA porque el que avisa no es traidor: el siguiente capítulo posee escenas de acoso callejero y mención de temas sensibles sobre violencia. Se recomienda discreción.

Al sellarse el juramento, ambas deidades separaron sus manos y fijaron sus miradas a la calle de la fonda, observando cómo la razón de su apuesta había salido a barrer la entrada del local, permitiendo que Huehuecóyotl percibiera el dulce aroma de la mujer e identificara que se trataba de Corgan y no de Morgan, quien se despedía de Rafael que se dirigía a su trabajo y de su hermana Leonor a quien el mayor llevaría a dejar a la escuela.

          —Creo que hoy no tendrás tanta oportunidad como yo, Tezca. Corgan no es tan fácil de convencer —el dios de las artes sonrió sin apartar su mirada de su amada con una profunda sonrisa de amor.

          —Ya lo veremos, coyote —Titlacahuan desapareció entre su humo para descender en dirección de Corgan y sorprenderla, rodeándola por un momento antes de entrar al local por la pequeña puerta que se encontraba en medio de la persiana de metal.

Huehuecóyotl hizo lo mismo, más no fue tan invasivo y se limitó a mover un poco el pelo de la joven y depositarle un tierno roce en su mejilla derecha, tal como si fuese un beso.

Ambos habían dejado impresionada a Corgan, pero la chica trató de no darle importancia y solo regresar a la fonda, cerrando la puerta de la persiana.

Al reunirse todos se podía vislumbrar cómo Yohualli, Necu y Tzil tenían vendajes nuevos en sus tatuajes por los castigos infringidos por Tepeyóllotl y Tezcatlipoca; Eran curados por Xihuitl para eliminar las heridas externas a las de los tatuajes, terminando justo en la llegada de los dioses faltantes. 

Los tutores de los muchachos explicaron la presencia de su maestro Xólotl, por lo que, adicional a las tareas que habían planificado para los semidioses en lo que antes fue la tierra de Tenochtitlan debían de estar atentos para identificar la esencia de las almas robadas y encarnadas en cuerpos de barro que simulaban a la perfección a un ser vivo, pues tenían la teoría de que no sería la primera vez en que se encontrarían a los soldados que enfrentaron la tarde anterior y que podrían camuflarse entre la gente debido a que al eliminarlos no regresaron al Mictlán.

Así mismo, dieron las indicaciones de las primeras tareas que realizarían en la capital de México, comenzando porque debían conocer diferentes zonas del territorio con el fin de entender la vida cotidiana de los ciudadanos, las transformaciones que han hecho en estructura, costumbres y tradiciones, así como ver las necesidades y problemas que tienen. El motivo de esto era que entre mejor conozcan a su gente podrán los semidioses idealizar formas de ayudarlos con los males generales que padecen, acostumbrarlos a las modificaciones culturales que realizarían al mezclarlas con las actuales, y prepararlos con el riego de los conocimientos antiguos. Todo para abrir camino a la nueva era donde los dioses puedan regresar en sus formas físicas y no solo por medio de sus manifestaciones o de incógnito, esperando que dicha aceptación sea de la forma más pacífica posible cuando llegase el momento.

Monarca InfernalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora