Vivir una vida llena de abusos por ser lo que era lo ha hecho desarrollar bastantes inseguridades, desde querer ser querido en su escuela hasta que dejarán de mirarlo de mala manera en su universidad. Siendo ya un adulto con una profesión, que no se...
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La respiración agitada de ambos era lo que se lograba oír en la habitación, Changbin era el que ahora guiaba el beso una vez que adentro su lengua en la cavidad bucal del menor. Las manos del zorrito se fueron a parar en el pecho del mayor con tal de separarlo pero no podía, la fuerza del mayor era mucho más notoria que la suya.
—Bin… ya es suficiente —gimió al momento que Seo mordió su labio.
Changbin se quedó atónito por lo que había ocurrido, ¿había besado a Jeongin? Eso fue muy fácil de su parte, ¿Dónde quedó hacerse el difícil en toda está situación? El menor aún estaba sobre él, no sabía qué decir, o qué hacer, pero no quería que eso se acabará.
—Es hora de que me vaya, la hora de las visitas está por acabar, mañana temprano vendré a ver cómo sigues ¿Okey? —bajo la mirada un poco apenado, listo para levantarse.
La mano de Changbin dió a parar en el brazo del zorrito, jalando lo nuevamente a sentarse sobre él para envolverlo en un abrazo.
—No te vayas —murmuró dejando su frente en el hombro del menor, apretando cada vez más al menor con sus brazos.
—Hyung… me pueden echar de acá si me ven con usted, invadi la seguridad del hospital por qué su hermana no me dejaba por ningún motivo entrar a verlo —acarició las hebras oscuras del mayor —. ¿Qué haces?
Jeongin trató de detener al mayor que tomaba su celular. Seguramente para hacer algo, no sabía que hacer, trato de sacarle el aparato de las manos o taparle la boca, solo que era un gato muy terco y arisco.
—Secretario Choi… si, estoy bastante bien, gracias… ¿Qué?¿Cómo que… está bien, cuando me den el alta iré a hablar con él… este, quisiera que le dijeras a Nonna que en mi habitación del hospital va a haber una persona… okey, gracias —sonrió dejando el celular a un lado.
—Te vas a meter en problemas con tu hermana Hyung, eso es lo que no quiero.
—¿Quieres dejarme nuevamente? Mierda Jeongin, ¿no ves cómo estoy? Te quedarás conmigo hasta que el doctor aparezca mañana y me diga que puedo hacer para dejar de tener esa alteración —gruño molesto por la terquedad del zorro —. Nonna deberá entender la situación, o ¿te dijo algo mientras estaba inconsciente?
—No…
—Estoy seguro que si dijo algo —alzo una ceja.
—Es hora de dormir, Hyung, iré al sofá —estaba por levantarse pero en un movimiento rápido Changbin lo recostó en la camilla, sintiendo como Bin lo abrazaba por la cintura y lo atraía más a él.
—Nop, te quedas conmigo, buenas noches Innie —sonrió cerrando sus ojos colocando su nariz en el cuello de Yang, ronroneando al sentir el calor que brindaba el menor.
El zorrito estaba un poco incómodo, hasta que sintió como la respiración del mayor se volvía más lenta y suave, dando a entender que ya se había dormido. Se acomodo un poco más, quedando frente al mayor, acomodando la manguerita del suero para que no quede un moretón feo en el brazo de Changbin, así lo abrazó dejando su rostro oculto en el pecho del mayor.
[🦊]
Tras dormir cómodamente con uno al lado del otro no faltaron las desveladas en la madrugada por los chequeos que debían de hacerle las enfermeras a la pantera. Una vez que se había hecho de día el doctor había llegado mientras hablaban cómodamente. El doctor le sonrió a Jeongin, observando un poco la situación le pidió a este que lo siguiera.
—Señorito Seo, por favor, suelte al señorito Yang —pidió el doctor al ver cómo Changbin tomaba del brazo a Jeongin.
—Si —bajo la mirada pegando sus orejitas en su hebras pero aún no lo soltaba.
Jeongin tomó el rostro de Seo, así depositó un beso en la frente sintiendo como el agarre del mayor se suavizaba.
—Señorito Seo, Jeongin volverá a la habitación pero debo hablar con él para saber algunas cosas, pero si lo retiene de esa forma me voy a tardar más en llevarlo y traerlo, no se va a escapar, se lo prometo —sonrió el doctor cuál era un lince.
Changbin vio cómo el doctor salía de la habitación mirando a la espalda de Jeongin, se sentía ansioso, y eso hacía que sus pulsaciones volvieran a alterarse, trato de relajarse tomando la sudadera que ni se colocó el zorrito. La puerta se abrió de golpe, ignorando el hecho de que era su hermana.
—El señor Choi me contó que metiste a alguien en esta habitación, ¿Es verdad? —alzó una ceja al ver como Bin ronroneaba con una sudadera —. Dame eso.
Un gruñido resonó por la habitación dejando en total desconcertó a Hayoung.
—Seo Changbin… ¿Es en serio? Te dije que no metieras a ese zorro acá, ya lo acepte una vez cuando me dijiste que todo esto no iría a ocurrir, pero mira —sonrió irónicamente, sin creer lo que estaba pasando.
—Nonna, cumplí mis veintinueve hace un mes, ya debo ser alguien responsable que debe de empezar a cuidarse por sí solo, no siempre tendrás que ver si me mato o no —dejo la sudadera en la camilla, juntando sus manos.
—¿Te oyes?¿Quién es la persona que siempre discute con Wonnie por ese helado de leche?¿Quién es el que casi se cae de la escalera por ver un insecto en esta?¿Quién es el que está buscando mimos por todos lados?¿A quien no le gusta trepar árboles por qué le da vértigo?¿Quien no utiliza la tostadora por qué se asusta? —se cruzó de brazos viendo la sonrisa vergonzosa de su hermano.
—Okey, ya entendí, digamos que no trato de matarme cada tanto tiempo y que no me asustó por todo.
—Bin, ten un poco de conciencia, por favor, ¿Que pasa si vuelve a desaparecer tan inesperadamente de tu vida nuevamente? Piensa en qué dirá ¡nuestra madre!
La puerta se volvió a abrir, dejando a la vista al doctor y al chico que entró junto con este. Changbin sonrió al ver que Jeongin no se había ido, pero al ver la mirada fulminante de su hermana que le entregaba a su zorrito lo atrajo a él y lo colocó detrás.
[...]
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