Vivir una vida llena de abusos por ser lo que era lo ha hecho desarrollar bastantes inseguridades, desde querer ser querido en su escuela hasta que dejarán de mirarlo de mala manera en su universidad. Siendo ya un adulto con una profesión, que no se...
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La pantera había vuelto a su departamento después de esa cena tan abrumadora que había tenido con su familia. Estaba muy cansado y solo quería acostarse a un lado de ese zorrito, olvidando todo lo que ocurrió para relajarse de una vez por todas. Al entrar las dulces feromonas de Yang se colaron por a su nariz, cosa que le hizo sonreír e ir inmediatamente a la habitación, llegando lo vio acurrucado en las mantas de su cama. Seo se cambió para estar más cómodo, haciendo sus necesidades de noche para después acostarse a un lado de su zorrito.
Jeongin se despertó al sentir el calor que brindaba la pantera, así apegándose más a esta para estar más calentito, solo que no sintió el ronroneo de siempre, cosa que lo preocupó.
—¿Cómo le fue Hyung? —hablo despacito.
Changbin bajo la mirada para encontrarse los ojitos cansados de Jeongin, cosa que lo hizo bajar un poco y estar a la misma altura del menor. Changbin acarició la carita del zorrito para pensar un poco, hasta que se armó de valor para hablar.
—Mi… famila, es un caso sin poder resolver.
—¿Qué le ocurrió? —se preocupó al ver la pantera con la mirada baja.
—Quiero preguntarte algo, pero quiero que me seas lo más sincero posible —se acurrucó en el pecho del zorrito —. Mi hermana o el Doctor, ¿Te dijeron que estuvieras conmigo hasta un tiempo mientras que mis feromonas se regulan?
Hubo un silencio, silencio que para Changbin fue el más largo posible, pero no iba a pensar cosas erróneas si no a esperar que el menor le diera una respuesta.
—Si lo hicieron, pero… no pienso hacerlo, la verdad yo sí quiero estar contigo Bin —suspiro tras al fin sentir un leve ronroneo de Bin —. Sé que tú familia me odia, pero creo que es algo que debes decidir tu, te falta poco para los treinta y ya no eres una panterita que sus padres le deciden la vida.
—Tienes razón, el único que me apoya allí es mi cuñado…
—Ya, pero olvidemos eso. ¿Mañana tiene trabajo? —quiso saber acariciando las hebras del mayor.
—¡No quiero ir! —chillo apegándose más al zorrito —. Estoy muy cansado, quiero quedarme contigo —pego sus orejitas a sus hebras.
—Hyung…
—Ven conmigo, hago un par de cositas y después te llevo a almorzar ¿qué opinas? —miro hacia arriba, levantó sus orejas y mostró sus colmillos con una sonrisa.
El menor no se contuvo, y beso a su mayor qué ronroneo. Changbin llevó sus manos a la cintura del zorrito para acariciar dicho lugar, mientras que Jeongin acariciaba levemente las mejillas de su mayor. Solo unos minutos quedaron haciéndose mimos cuando el sueño les ganó.
Jeongin acarició a su lado, sintiendo algo suave y peludo causando que sonriera involuntariamente y siguiera acariciando hasta que una lengua rasposa pasó por su mejilla, hasta su orejitas que se movió por el tacto. Al despertar vio una pantera que estaba acicalandolo.
—De verdad estabas cansado Hyung —acarició el estómago de la pantera.
El felino se recostó en la cama dándole más libertad al zorrito de que acariciara su estómago, el ronroneo volvió a aparecer junto a también el sueño que lo volvía a consumir, la colita de la pantera se empezó a mover lentamente amando las caricias que le daba el menor. De pronto ya no las sintió más, si no sintió una lengua pasarse por su mejilla hasta entremedio de sus orejitas. El pelinegro se transformó en un zorrito para acicalarlo, cosa que le hizo himpar.
Yang vio la hora por el reloj que estaba en el velador, solo faltaban un par de horas para iniciar con la rutina. Así se acomodo con la pantera para dormir, Changbin era muy calentito de esa forma y también como anda regularmente, en cambio a él le costaba un montón calentarse y por ello siempre terminaba enrollado.
[🦊]
La ya casi “pareja” caminaba por los pasillos de la empresa con sus manos tomadas, las miradas no se hicieron esperar. ¿Quién diría que el Ceo de la empresa estaría con un Omega tomados de las manos?, como si todas las otras veces de esos años de regaños y no tan malos tratos del alfa, no hubieran ocurrido, ese será su año laboralmente.
Changbin hizo todo acorde lo que tenía anotado en su agenda gracias a su secretaria, incluso terminó antes de tiempo revisar algunos papeles y una reunión vía online con algunos directores de escuelas. Un suspiro salió de sus labios y vio al zorrito jugando o peinando su cola hasta que una pregunta pasó por su mente al sentir las feromonas de su menor bastante fuertes al igual que en la mañana, teniendo que cubrir con sus feromonas al zorrito por su bien y para que no llamara la atención de otros alfas.
—Innie, una consulta —llamó la atención del menor mientras que se sacaba su saco y arremangaba su camisa —. ¿Cuándo es tu celo?
—Uhm, no lo sé, generalmente son irregulares pero podría ser en dos semanas, o unos días —se levantó para ir donde el mayor y pasar sus manos por los anchos hombros del alfa —. Pero, si quieres podemos hacerlo sin esperar a nuestros celos, ¿uhm?
Un leve sonrojo no se hizo esperar en el rostro del mayor, sus orejitas inmediatamente se escondieron en sus hebras.
—Innie.
—Por favor Hyung, solo algo rapidito ¿Que opinas? —se sentó en las piernas del mayor —. Por favor —restregó su nariz en la mejilla del mayor.
—No me mientas, ¿estás en celo? —tomo de la barbilla al zorrito dejando sus labios a centímetros de los otros.
Ambas miradas se encontraron, Changbin podía jurar que las pupilas del zorrito estaban muy dilatadas, incluso este estaba utilizando sus feromonas para hacerlo perder el control de su pantera, pero no, primero debía asegurar un par de cosas antes de atender a su pequeño. Con Jeongin aún en su regazo, tomó el teléfono que al tocar un botón estaría llamando a su secretaria.
Solo bastaron un par de tonos para oír la voz de su secretaria al otro lado de la línea, Minjeong.
—¿Si señor Seo?
Un gruñidito de molestia salió del omega al oír la voz femenina, haciendo reír al alfa que acarició la orejita de este calmando los primeros síntomas de celo, para iniciar a indicarle lo que ocurre a su secretaria.
—Podrías cancelar todo lo que hay en la tarde, junto a eso no recibir a nadie en mi oficina, estaré ocupado y necesito no ser molestado, por favor —tras finalizar sintió como el Omega empezaba a besar su cuello, luchando con quitarle esa molesta corbata —. Asegúrate de darte este día libre.
—Está bien señor Seo, cualquier cosa podrá llamarme.
Sin más la llamada se colgó. El zorrito quería sentir prontamente los labios de la pantera sobre los suyos, pero este se alejó cuando se estaba acercando, logrando que nuevamente un gruñido se le escapara.
—No seas impaciente —negó con una sonrisa.
[...]
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