Capitulo 1: Atrapando infieles

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No digo que soy un galán, pero estaba demasiado confiado en que Mina no me iba a rechazar. Ella misma dijo que soy el hombre de sus sueños.

Y eso de Bakugo. Por Dios, él es mi amigo. ¿De dónde sacó esas ideas?

"Vamos Kiri, yo los he visto"

¿Visto qué? La última vez que estuve con los dos al mismo tiempo, Bakugo me lanzó un libro sobre mí cabeza. ¡Aún tengo el chichón!

Apenas pude convencer a Mina de vernos mañana en mi entrenamiento de todos los domingos con Bakugo. Solo necesitaba poner las palabras correctas en la boca de Bakugo para sacar a Mina de esas locas ideas  y dejarle el camino despejado para aceptar una cita conmigo.

Bakugo no era el mejor usando palabras, la cantidad de veces que usaba los mismos tres insultos me lo dejaron claro, así que debía ponerle un guion en la mano para que no arruinara mi plan.


Dejé mi comida sobre la mesa que compartía con los muchachos, que no parecían felices de verme llegar. Denki torcía las cejas y Sero incómodo bajaba la mirada al suelo.

—¡Hola! —Les dije, tratando de borrar esa expresión de sus caras, pero ambos decidieron ignorarme. —¿Qué pasa? ¿La comida sabe mal?

El aura oscura sobre los ojos de Denki me atravesó con hostilidad. Ni siquiera Bakugo y su carácter explosivo me habían regalado una mirada de odio tan profunda.

Por otro lado, Sero no se molestó en hablar, simplemente veía su plato como si no hubiera algo más importante en esta vida.

—Te vimos con Ashido en el patio.

—Ah, ¿Enserio?

Que vergüenza. No quería que vieran eso.

¿Se habrán enojado porque no les conté de mis sentimientos por Mina?

Entiendo que son mis amigos y debí mencionarlo, pero, están exagerando un poquito.


—No sabíamos que eras uno de esos. —Continuó Denki.


¿Uno de esos? ¿Se refiere a un meloso romántico? ¿Habré exagerado con las flores?

—Si, lo sé, pero pensé que era lo adecuado, las margaritas son sus favoritas...

—¡¿También le compraste flores?! —Denki golpeó la mesa haciendo que la comida tambaleara, pero ni así Sero levantó la vista. —¡Cómo te atreves! Y de paso lo hacen en medio de la cancha, Bakugo los pudo haber visto.

Mi amigo estaba empezando a asustarme. Usualmente no era una persona brillante, pero su cerebro jamás se había desconectado de la realidad así.

Intenté buscar ayuda en los ojos de Sero, pero era como si no estuviera ahí.

Por detrás de ambos, pude ver a Midoriya, caminando hacia nosotros con una sonrisa radiante pegada en la cara, como de costumbre. Siempre se acercaba a estas horas buscando a Bakugo.

Al menos hay una persona que no estaba actuando rara hoy.

—Hola chicos, ¿Interrumpo algo?

—Pensé que Bakugo estaba entrenando contigo. —Le dije.

—Ah, si. Tuve que irme temprano, pero lo dejé para que hiciera una sesión en solitario.

—¿Dejaste a Bakugo solo? Eso no es nada masculino, bro.

—¡Ah! —Denki estaba súper indignado de lo que acababa de oír, se puso una mano en el pecho y comenzó a gritarme.— ¿Ahora te importa Bakugo?

—¡Denki, de que me estás hablando!

—¡No te hagas el tonto! ¡Todos aquí te vimos! ¡No siquiera intentaste esconderlo desvergonzado! ¡Infiel de mierda!

Toda la puta cafetería volteó a verme. Hasta la señora que repartía los almuerzos me pegó el ojo. Vergüenza en su máximo esplendor.

Me encantaría morirme en este momento.

Mi paciencia no pudo más contra Denki y lo terminé arrastrando junto a Sero hasta el pasillo fuera del comedor. Tal vez no era el lugar más privado que se me pudiera ocurrir, pero era

preferible a aguantar

el escándalo frente a media escuela.

—Denki... —Sujeté su hombro. Por dentro tenía un deseo de gritarle, pero me mantuve sereno.

—¡No! —Se quitó, dramático como  en una obra de teatro. —¡Yo lo vi! ¡Ahora no puedes negar que pasó!

—Sero...

—No pensé que fueras uno de esos bro. Eso no es nada masculino. —Fue el único aporte de Sero en la discreción.

—¡Y ni pienses que te vamos a encubrir!

Dios, fue lo último que escuche antes de que mi paciencia se desprendiera por completo de mi cuerpo. Lo tome por sus hombros y empecé a sacudirlo frenéticamente, desahogando toda la impotencia que sentía desde temprano.

—¡Pero ¿De qué demonios estaban hablando?!

—¡Le fuiste infiel a Bakugo con Mina!

—¡Bakugo y yo solamente somos amigos!

—¡Solo dices eso para quedar bien!

—¡No, enserio! —Él se veía mareado y mis brazos se estaban cansando— ¿De dónde demonios sacaron ustedes que tenemos algo más que una amistad?

¿Bakugo y yo?

¿Cómo podían ser tan estúpidos para creer eso? Literalmente lo sacaron de la nada, ¿Por qué demonios todo el mundo me decía lo mismo?

—¡¿Qué mierda significa todo este escándalo?! —Una voz conocida nos paralizó a los tres en nuestro lugar.

Bakugo venía saliendo del pasillo que daba al gimnasio. Solté rápido a Denki y nos quedamos viéndolo, tan estáticos como Sero. Él movía las piernas, con una cara confundida e impaciente. Alguno tenía que responderle rápido para no acabar en una explosión.

—Nada, solo estamos hablando.

—¿En medio del puto pasillo? Son unos raros.

Todavía estaba usando su ropa de gimnasio, que apretaba cada centímetro de su cuerpo. Jamás era buen momento para hacer molestar a Bakugo y mirarlo demasiado era casi una carta de suicidio, pero no pude evitar bajar a ver su busto apretado contra la licra de su camisa.

Me quería esconder de la vergüenza de tener que explicarle lo que había pasado. ¿Cómo iba a reaccionar? Seguramente le provocaría  asco pensar que lo emparejen con su mejor amigo.

Muy probablemente las chicas lo veía conmigo y pensaban lo que todo en mundo me viene diciendo. Tal vez era por mí culpa que no tenía admiradoras corriendo tras él.

Ósea que de paso me toca explicarle que no levanta chicas por mí culpa.

Un golpe fuerte en mí cabeza me hizo pisar tierra, Bakugo me dio una bofetada tan grande que ni mi Quirk me pudo salvar de dejarme un moretón con la forma de su mano en mi mejilla. —Mírame a los ojos, Imbécil.

¿Cuánto tiempo estuvo mirándolo?

Dios, por cosas como está todos piensa que soy gay.

— ¿No piensan decirme de que hablaban?

—¿Por qué no le cuentas a Kacchan lo que hiciste? ¡Anda! ¡Hazte responsable! —Denki seguía molesto por pensar que estaba siendo "infiel" de alguna forma.

Bakugo no tardó en sacar conclusiones apresuradas y, con la misma fuerza de su golpe, jaló mi oreja hasta quedar a pocos centímetros de él.

—¿Qué mierda hiciste? Pelos de mierda.

Definitivamente la cara molesta de Bakugo era mil veces más intimidante que todas las expresiones que podía hacer Denki en su momento más teatral.

¿Cómo le explicaba esto a Bakugo sin que se me callera la cara en el proceso?

¡¿Cómo lo va a tomar?!

—Bakugo, necesito hablar conmigo... A solas. —Incliné la cabeza tratando de soportar el dolor del agarré de Bakugo en mi oreja.

Él miró a los otros dos, que desaparecieron al instante dejando un camino del polvo que levantaron al correr.

Bakugo soltó mi ojeras y me alejé sobándome el lóbulo. —¿Y bien? Ya estamos a solas.

—¡N-No me siento cómodo hablando de esto en el pasillo!

—¿Por qué tanto drama? ¿Qué mierda hiciste que ahora no me quieres contar?

—Es... difícil de explicar, ¿Podemos ir a un lugar más privado?

Cosa de amigos (Kiribaku🧡❤️)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora