Fran y Max

0 0 0
                                    


Érase una vez mi pequeña historia de amor. Todo empezó un invierno que fui estudiante de intercambio. Me llevaron a Inglaterra, yo no sabía inglés y solo hablaba en mi idioma, el francés.

Nadie me entendía, yo no entendía a nadie… Era horrible estar allí.

Uno de los días, en mi tiempo libre, fui a pasear a un parque y me senté triste y pensativo en un banco.

Entonces un chico se me acercó y me habló.

- Hola.

- Oh… ¿Hablas mi idioma?

- Sí… Llevo observándote en clase varios días y me dio la sensación de que estás nervioso, ¿estás bien?

- No… Es que… No se hablar en inglés…

- Ah… Ahora entiendo que te pasa. No entiendes a nadie, ¿cierto?

- Sí. Joo, es que me da vergüenza decirlo…

El chico me extendió su mano y dijo:

- Max.

La tomé y me levanté.

- F-Fran… Ay… Estoy tan feliz de poder hablar con alguien…

- ¿Quieres que sea tu guía personal? Te traduciré todo lo que quieras.

- ¿De verdad?

- Síp, tengo mucho tiempo libre.

- ¡Gracias! 

Pasamos todo el tiempo de mi intercambio juntos, me fui haciendo cada vez más y más amigo de Max.

Pero cuando me di cuenta esos sentimientos no eran una simple amistad, me había enamorado…

Y llegó el último día. Yo iba a volver a Francia esa tarde y aún no le había dicho mis sentimientos.

Entonces cuando me despedí le besé.

- Max, me gustas. Me he enamorado de ti, gracias por tu ayuda…

Me fui sin dejar rastro y pensé que jamás iba a volver a ver a ese chico.

Estuve varios años sin saber nada de él, hasta que un día, volviendo hacia mi casa después del trabajo, vi un chico rubio esperando sentado en la puerta, abrazado a sus rodillas.

“No puede ser…”, pensé.

- ¿M-Max?

El levantó la cabeza y me miró.

- ¡Fran!

Se puso en pie y se abalanzó sobre mí.

- ¿Tienes idea de cuánto tiempo llevo buscándote? Llevó dos años recorriendo Francia. ¿Por qué no me dejaste responder a tus sentimientos?

- L-lo siento…

- Bueno, ahora que estoy aquí… - hizo una pequeña pausa, tomó aire y… - Fran, a mí también me gustas.

Me sonrojé y me escondí en su pecho.

- De verdad… Siento haberte hecho buscarme…

- Nah, no te disculpes, es normal, tenías miedo de que no te correspondiese, pero… ¿Sabes una cosa?

- Oh, ¿qué?

- Me gustabas desde antes, desde que te vi en clase con cara de no entender nada y estar perdido.

- Eso es… ¿Un halago? 

- Supongo, jajaja.

Empezamos a reír, inconscientemente entrelazamos nuestras manos y le invité a pasar a mi cálido hogar, más cálido con él a mi lado…

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: May 21 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Dulces historietas de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora