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Algo había cambiado desde la noche en que Charlie y él vieron juntos las estrellas. Si alguien le preguntara qué cambió Babe probablemente respondería que nada. Pero sabía que algo cambió. Al menos lo suficiente para reconocerlo.

Aunque en el mundo seguía habiendo idiotas que no entendían nada.

—Vestir de blanco no es bonito—

Sin duda un idiota hablando.

Babe dejó escapar un suspiro mientras abría los ojos para mirar al chico que llevaba una hora dibujando en su iPad y murmurando para sí mismo.

Mientras Babe estaba sentado en el sofá viendo una serie Charlie estaba tumbado boca abajo, con una almohada y el iPad. El chico Alpha usaba su Apple Pencil para garabatear intensamente en la pantalla como si trabajara en un concurso cuando en realidad solo dibujaba porque no tenía nada más que hacer.

¿Y si le preguntaran de que tamaño eran sus intenciones?

Quiso responder que el niño realmente lo ignoraba hasta el punto de no parecer interesado. No importaba lo deliberadamente que Babe se levantara por un bocadillo y volviera a sentarse haciendo ruidos fuertes, o que incluso suspirara deliberadamente en voz alta; el estúpido chico Alpha no levantaba la cabeza para mirar.

Y entre el iPad y Babe el idiota escogió al iPad.

Al final Babe decidió ver una serie al azar porque continuaba apretando los dientes y frunciendo el ceño, molesto por no poder llamar la atención de Charlie.

Así que se devanó los sesos tratando de averiguar qué podía hacer para que el chico levantara la cabeza sin que fuera poco sutil. Después de probar muchos métodos, llegados a este punto, consideró que no tenía muchas opciones. Una de esas pocas opciones se apareció delante de él en forma de su propia mano derecha.

Ya se había quitado la férula de yeso pero la de mantenimiento seguía ahí. Por supuesto, esto era su arma secreta porque si experimentaba dificultades y obstáculos debido a la lesión al menos así podría atraer la atención del chico tonto.

Apenas lo pensó se puso en acción. Babe miró al joven que seguía mirando el iPad antes de mover su mano derecha y golpearla contra el reposabrazos del sofá.

—¡Aaauuu! — seguido de un gemido que sonó más doloroso que cuando saltó del coche.

—Oye ¿Qué pasó? —

Por supuesto todo salió como Babe esperó. El chico Alpha, que lo ignoró durante dos días, se volvió a mirarlo antes de desechar el bolígrafo que tenía en la mano y moverse hacia Babe como un perro que había oído el llamado de su amo.

—¿Te duele la mano? —Charlie puso cara de asombro y puso su propia mano sobre la férula de apoyo como si temiera que le estuviera doliendo. Babe tenía que admitir que esa preocupación era muy satisfactoria. —¿Que sucedió? ¿Te golpeaste? —

—Me he golpeado aquí—dijo Babe en voz baja, señalando el reposabrazos del sofá para que viera lo blando que era. Pero para un niño ansioso como Charlie no importaba si era blando o duro, si Babe decía que le dolía él se lo creería poque lo único que le importaba era que no se hiciera daño.

—¿Te duele mucho? ¿Quieres ir a emergencias? —

—No seas exagerado, solo me duele un poco—

—Puede que la férula se haya movido ¿No sería mejor que lo revisara un médico? —

—Si quieres ir a un hospital ve solo. No iré contigo. Sería una vergüenza pedir consulta con el doctor solo por esto—El hombre mayor fingió sonar molesto como si sus gritos no fueran la gran cosa. Pensó que Charlie llegó tan rápido debido a su excesivo quejido.

Traducción revisada a español No oficial พิษเบ๊บ / Pit BabeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora