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Babe insistía en que no deseaba que nadie supiera de Charlie pero llevaba al joven Alpha con él a todas partes, lo que hacía que la gente extendiera los rumores de qué ese chico podría ser, en realidad, el novio de Babe.

Por lo que se decía del rey de las carreras, jamás llevó a nadie al club.

Pero hoy su chico favorito estaba sentado en la mesa VIP. Si eso no lo hacía especial nadie sabía que podía hacerlo.

—¿Desea algo más? —

—No, gracias—

Era la tercera o cuarta vez (ya había perdido la cuenta) que Charlie tenía que decirle no al mesero de la forma más educada que pudo, ya que el cóctel que Babe pidió para él aún no iba ni por la mitad.

¿Por qué seguía preguntándole? ¿Sería que el mesero seguía acercándose porque veía que llevaba mucho tiempo solo?

Entonces pensó que en realidad sí quería algo. Si el mesero lo preguntara de verdad pensó que podía responderle que deseaba dormir.

Si era honesto no entendía del todo el tipo de entretenimiento de ese lugar.

Era un club de lujo conocido por la exclusividad del ingreso y un lugar de reunión. Afortunadamente la zona donde Babe le invitó a sentarse era exclusiva y no estaba tan abarrotada como el nivel inferior.

Podía sentarse tranquilamente sin que le doliera la cabeza. Había música a todo volumen y era molesto pero era mejor que dejar que Babe se paseara sólo esa noche. Charlie se sentó tranquilamente en el cómodo sofá mirando sin saber qué hacer.

Solo había dos actividades posibles; una era jugar con su móvil y la otra era bajarse el tapabocas y beber algo de cóctel.

Estaba acostumbrado a ocultar su rostro cuando salía con Babe, aunque al principio fue difícil. Cuando se adaptó sintió que era seguro porque ocultar su identidad era bueno para Babe y para él. Por eso siempre se lo tomaba en serio.

Se olvidó de algo.

Aparte de jugar con el móvil y beber también podía mirar atractivo Alpha que hablaba con alguien cerca de la escalera.

Para Charlie no era un problema salir con Babe sin involucrarse en sus actividades. Solo deseaba acompañarlo. Le gustaba sentarse tranquilamente donde estaba y mirar a Babe haciendo lo que quería. Eso estaba bien. No exigía a Babe que le pusiera atención. Con tal de mirarlo todo el tiempo era suficiente.

Pero ese día no era como los otros.

Babe hablaba con un hombre al que Charlie no conocía. Los dos llevaban hablando un buen rato y riendo sin parar. El hombre había tocado a Babe varias veces. Lo hacía con naturalidad y a Babe no parecía molestarle. Dejó que le tomara la mano, el brazo e incluso la cintura. Estaban muy cerca uno del otro y el hombre alto se inclinaba hacia él y le susurraba al oído.

Esa actitud hizo que Charlie se sintiera extraño.

Sabía que Babe podía hacer eso con cualquier persona. No era su asunto. Pero para Charlie, tener que estar ahí sentado y presenciando todo, le hizo sentirse algo incómodo.

Charlie sabía que su propio comportamiento era inadecuado. No podía hacer nada pero se sentía realmente incómodo.

¿Hablarían por más tiempo? Si Charlie demostraba aburrimiento ¿Babe vendría a sentarse con él?

Charlie empezaba a cuestionarse.

Una parte de él quería dejar que Babe pasara tiempo con sus amigos o con quien él quisiera sin tener que preocuparse de nada. Pero, por otro lado, se sentía mal cuando veía al atractivo Alpha rodear el cuello de otros hombres y reír alegremente con ellos.

Traducción revisada a español No oficial พิษเบ๊บ / Pit BabeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora