27. Anna

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El vestido es elegante y coqueto, muestra mi espalda y se ajusta a mis curvas antes de caer como una casada desde mis caderas, los tacones también son nuevos, de cuero negro y decorados con pequeñas piedras brillantes.

Tengo que admitir que siento...diferente. Se más que bien como defenderme en un par de tacones, trabajo con ellos, pero había algo que me hacía sentir especialmente torpe sobre usar ropa tan costosa, sin embargo había decidido tomarlo con dignidad mientras me miro en el espejo, terminando mi maquillaje, es probablemente lo más natural que me he maquillado en años, querienddo realmente verme bien.

Escucho el llanto de Aaron desde el pasillo, y tengo que resistir la urgencia de correr por él, Marcus ha decidido que hoy se encargaría de todo lo que el niño necesite.  Lo que tengo que admitir es bastante divertido de ver,  especialmente porque Aaron está inquieto e irritable.  Marcus es...definitivamente no el tipo de hombre que creí que sería, al menos, no todo el tiempo. Había despertado a las 4 de la mañana para dormir a Aaron de nuevo, y había visto al hombre con ropa de ejercicio y sacando a su mascota a dar un paseo. Luego lo había escuchado hablar por telefono sobre negocios mientras preparaba el desayuno.
Parecía un hombre...normal, tranquilo y relajado, pero había algo en sus movimientos, controlados y puntuales.

Casi como un ritual, Marcus organizaba de forma metodica su más minimo movimiento, llegando a hacer cada paso del proceso las veces necesarias para que sea perfecto. Sin mencionar que en cada ocasión que nuestros cuerpos se tocaban por accidente, el hombre se tensaba, permaneciendo completamente rigido y conteniendo la respiración hasta el punto que había comenzado a evitar entrometerme cuando sostenía a Aaron.

Había algo oscuro sobre su mirada también,  una especie de frialdad distante que nunca terminaba de alejarse completamente,  que oscurecía sus ojos azules y parecía llevarlo a una especie de rincón oscuro en su propia mente. Cuando esto sucedía, sus hombros caían ligeramente y miraba a Aaron con tanta intensidad que me hacía preguntarme si tal vez estaba pensando en Allison y en todos los meses que precedieron a la noticia de su hijo.

Sin embargo esta noche, el humor del hombre parecía haber mejorado un poco. Y estabamos prontos a ir a la fiesta de aniversario de sus padres. Me miro en el espejo de nuevo, tocando la delicada cadena en mi cuello, un regalo de Marcus,  simbolo de nuestro contrato. 

Me aparto de mi reflejo y voy hasta la sala, donde Aaron sigue sin darle tregua a su padre, el rostro enrojecido a causa del llanto, la ropa que había seleccionado para él, una versión infantil de la camisa de su padre con pantalones de algodon que pretendían ser pantalones de vestir, y el cabello oscuro revuelto a causa del movimiento.

Marcus parece estresado, mandibula apretada y ceño lígeramente fruncido.  Me detengo un segundo, admirando el porte elegante del hombre, con una camisa oscura que se tensaba sobre sus hombros anchos y pantalones hechos a la medida que se ajusustaban a su trasero musculoso, el hombre emanaba elegancia, su cabello por supuesto era lo que delataba el alma rebelde en su interior, revuelto y lígeramente demasiado largo.

Mis manos pican por acariciar los espesos mechones oscuros, por acariciar los músculos fuertes y firmes que sé perfectamente existen debajo de la camisa, recuerdo la visión de su torso desnudo, lleno de cicatrices y tatuajes que quisiera explorar con mis dedos, trazar la fuerte linea entre sus abdominales.

Pero siempre que me besaba, mis manos eran atadas lejos de su cuerpo.

El hombre me mira con frustración, y su boca se cierra en cuanto sus ojos se posan en mi, siento mi rostro arder mientras que sus ojos se bloquean sobre mi rostro, deslizandose lentamente hasta mis pies, deteniendose tiempo extra en mis pechos. Disfrutando de la atención, recordando lo mucho que me gustaba sentir su mirada durante mis bailes, doy un giro completo, permitiendole admirar mi vestido.

Maldita Obsesión - A Hoffman StoryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora