Nunca antes dos palabras me habían causado tanto terror. El tono, el brillo de confrontación en sus ojos, las palabras, todo está empaquetado de tal manera que quiero atarlo a mi cama, desnudo y aislado. El sólo conocerá mi tacto, mi voz, mi mano. Mi abrazo hacia el se estrecha.
"Hablemos entonces, pero en nuestra habitación".
"¿Tenemos una habitación?" Sus cejas se alzan.
"Aquí es la suite principal, y tú eres el doncel principal y yo soy el hombre principal, así que sí". Camino por el largo pasillo hacia el ala de la casa opuesta a la suite de Samy.
"Te ves enojado."
"No." Estoy conspirando. Me pregunto si tendré que deshacerme de Samy. Es una mala influencia para Build, como una serpiente en mi jardín. Me ocupé de la amenaza externa borrando el problema de manera que todos en la red supieran que no debían meterse con el mío, pero había ignorado el problema más peligroso en mi propia casa.
"Eso suena siniestro".
“No hables más hasta que estemos en el dormitorio. Todas nuestras conversaciones serias deberían tener lugar allí”.
“Otra vez, siniestro. ¿Cuántas conversaciones serias planeas tener?" Tiene más curiosidad que enojo o miedo. No estoy seguro de cómo tomar eso.
"Sólo uno."
"¿Cuál es el tema?"
"Tu, por supuesto."
Parece menos tenso cuando llegamos a la suite principal. Me detengo en la cama, queriendo ponerlo allí. En mi opinión, todos nuestros conflictos podrían resolverse fácilmente quitándonos la ropa y follando bien.
"No la cama". El se retuerce en mis manos. “Puedo ver lo que está pasando en tu cabeza. Crees que si nos desnudamos no tendremos que hablar, pero te equivocas. Después de que termine, me quedaré allí y todos los pensamientos intrusivos volverán, así que será mejor que nos ocupemos de ello ahora”.
Odio que tenga razón. Hago que mis pies se muevan hacia los asientos que dan a la terraza. Después de sentarlo en el sofá, me acerco a la puerta, apoyando un hombro contra el marco. “¿Cuáles son los pensamientos intrusivos que tienes ahora?”
“Cuando tenemos relaciones sexuales, nunca se usa condón. Siempre que hay alcohol, te aseguras de que lo quiten. ¿Estás intentando dejarme embarazado?"
Mi mirada cae hacia su vientre todavía plano. No hemos estado así por mucho tiempo, pero sé que hay un bebé dentro de el.
“Creo que ya estás embarazado, pero si no lo estás, planeo derramarlo con tanta frecuencia como sea posible para que quedes embarazado. Sí."
El deja escapar un pequeño grito ahogado. "Guau. No pensé que lo admitirías”. Entrecierra los ojos y me lanza una mirada de piedra. “¿Qué más me has dado?”
Mis propias cejas se juntan. ¿Qué le he dado? Nada en realidad. Lo traje aquí de viaje, pero todavía tengo que comprarle un solo artículo. Dios, que idiota soy. Me alejo de la pared y me arrodillo a sus pies. “Amor, lo siento mucho. Tienes razón en estar enojado. Debería haberte colmado de regalos. Por supuesto, tenía la intención de comprar cualquier cosa que quisieras de la pasarela, pero eso no es excusa”. Llevo sus manos a mi boca y le doy un beso de disculpa en las palmas. “Remediaremos eso de inmediato. La ropa puede esperar. Traeré a un joyero dentro de una hora. Me levanto de un salto y me dirijo hacia la puerta para llamar al jefe de seguridad". El me agarra antes de que pueda dar un paso.
"¡No! No me refiero a regalos” se levanta de un salto y se pasa las manos por su delicioso cabello. El movimiento le levanta la camisa y veo una franja de piel desnuda por encima de su cintura. Se me empieza a hacer agua la boca. Los pensamientos sobre joyas, ropa y regalos salen volando de mi cabeza. Estamos en el dormitorio.
