Intrusa..?

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Hoy fue una mañana tranquila, afortunadamente no hubo ningún accidente, ninguna tragedia y nada, fue un milagro total.

Cuando llegué a mi destino de trabajo, saludé amablemente a todos los que se encontraban en la entrada o los que podía alcanzar a mirar a simple vista, lo que me pareció raro es que no me encontré a Jessica o a Juani por ahí, la mayoría de veces se la pasaban por todos lados ya sea tomando café o simplemente descansando.

Pensaba que todo iba bien, hasta que pongo un pie en el camerino para comenzar a maquillar a Felipe, que siempre me esperaba sentado antes de tiempo, y así pasó, ahí estaba él, pero escuché otra voz, una voz femenina, que no me era familiar.

Al menos que yo recuerde, no estábamos esperando a alguna chica por acá.

Me asomé un poco para mirar quién era la persona, apenas pude observar a una chica pelirroja, con ojos verdes que le resaltaban bastante, todo complementado por una belleza natural.

La chica se encontraba charlando con Felipe, que la miraba con atención mientras ella hablaba, cuando hice el ruido de la puerta cerrarse y caminé hacia ellos, los dos chicos se giraron hacia mí inmediatamente, la pelirroja frunció el ceño con confusión.

—¿Y esta quien es, Feli? —pregunta ella, acercándose a Felipe como si tuviera a un asesino en serie en frente suyo.

—Ella es Elizabeth, la que me ayuda con el maquillaje —responde el castaño, mirándome con una pequeña sonrisa como si me estuviera saludando, yo se la devuelvo amablemente.

—Ya veo —dice bajando la voz, mirándome de arriba a abajo con una ligera mueca de desagrado.

—Ellie, ella es Anette, una amiga que perteneció al cast que yo participé cuando recién empecé mi carrera —explica Felipe con un tono contento, pero a lo que veo, la chica no se veía para nada contenta con mi llegada.

—Su mejor amiga, de hecho —recalca, sonriendo de la forma más horrenda posible, estaba a punto de aventarle una silla en la cara.

—Vaya, pues, me alegro de conocerte, Anette —digo con una sonrisa forzada, trataba de que no pareciera así, tampoco me gusta ser maleducada.

—Lo sé.

Esta hija de puta..

Felipe le lanzó una mirada como de regaño por hablar así, y si yo fuera él, me pensaría seriamente lo de lanzarle la silla en la cara, no era para nada una mala idea, próximamente lo apuntaré en mi libretita de deseos.

Siempre hay alguien que arruina mi día, pero solo esperaba que Anette se quedara poco tiempo aquí en España, porque si no, me lanzaba por la ventana, y hablo en serio. Mientras comenzaba a sacar mis brochas junto con el maquillaje para comenzar con mi trabajo, Felipe decidió entablar una conversación conmigo.

—Me re alegra verte otra vez, Ellie —comienza a hablar, mirando mi reflejo en el espejo que se encontraba frente nuestro, sus labios estaban curvados en una pequeña sonrisa.

—Igual a mí, aunque pasaron 2 días, pero supongo que pasaron muy lento —me encojo de hombros, sonriendo también.

Él comenzó a reír suavemente, vaya que su risa era muy suave, Juani me había contado que cuando lo escuchó reír por primera vez, casi se caía de culo. Y desde ahí sigo dudando si es tan heterosexual como dice.

A Anette se le ocurrió la maravillosa idea de volver a hablar, rompiendo el silencio cómodo que se había formado entre Felipe y yo, para empeorar las cosas, había hablado de un tema que desde el momento que la conocí —hace apenas 5 minutos—no habría querido escuchar.

𝐄𝐍𝐃 𝐆𝐀𝐌𝐄; Felipe OtañoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora