Lazos

Desesperanza

Habían pasado casi dos semanas después de la última vez que vio a Jungkook, aún recordaba las últimas palabras que le había dicho, "esperare por ti", cada una de ellas se había clavado en lo más profundo de su alma, en días como esos quería correr hacia él y decirle que estaba equivocado, pero en su cabeza seguía viendo esa imagen de un Jungkook desangrándose, después de que lo habían llevado a esa habitación de hospital estuvo a solas con el, despidiéndose a su manera mientras estaba inconsciente sabiendo que era la única forma de ser honesto, no sabía si estaba haciendo lo correcto, pero en su corazón sentía que era lo mejor para el, irse de su lado para alejar la mala suerte que su amor le había traído a su vida, pero cuando lo busco en el departamento de Ken su decisión estaba flaqueando, dijo cosas que sabía que no eran ciertas, aunque definitivamente no era mentira el dudar acerca de casarse o no con el, era una decisión que tal vez habían tomado a la ligera, ahora pasaba cada uno de sus días pensando en si la decisión de irse había sido la mejor. Su nueva rutina era un poco motona, Ken era muy amable con él permitiéndole quedarse, pero aún así tuvo que buscar un trabajo para poder ayudar con los gastos, no era el mejor pero aportaba con algo de dinero, estaba en un pequeño almacén moviendo cajas todo el día y eso estaba repercutiendo en su estado físico, la bolsa de colostomía no ayudaba, a veces era muy lento en sus actividades y recibía regaños por eso, pero aún así tenía que seguir haciéndolo ahora que tenía que valerse casi por sí solo, aunque su amigo era quien estaba corriendo con la mayoría de los gastos, sabía que tenía que cambiarlas mínimo cada dos días, pero desde que se había ido únicamente habia lavado la que tenía puesta ya que no quería hacer gastar más a Ken, también su terapeuta le había realizado por lo menos dos llamadas las cuales no había respondido ya que en esos momentos no podía acudir con ella debido a la falta de dinero, alejarse de Jungkook lo hacía sentir expuesto y se daba cuenta de todo lo que hacía por el, pero todo se terminó, más bien el tomó la decisión por los dos, su turno estaba por terminar así que se dirigió a su pequeño casillero y dejar su equipo de trabajo. Algo que notaba desde su separación era su lobo triste y deprimido igual que el, sentía angustia todo el tiempo, suponía que era normal, quería ocultar todos esos sentimientos pero siempre salían en algún momento del día, si tan solo fuera más valiente, si él fuera una persona completamente diferente, pero no lo era, así que tenía que seguir con su vida, para llegar a su ahora casa tenía que caminar casi una hora ya que evitaba gastar en transporte, tenía que guardar cada centavo para poder contribuir con todo, al llegar a la entrada de los departamentos se quedó de pie como si hubiera visto un fantasma, era el...no sabía que lo extrañaba hasta que lo reconoció, se acercó a él y lo rodeó con sus brazos fuertemente

-Te extrañe mucho

-Yo también flacucho, ¿como has estado?, déjame verte-Se separó un poco de él y lo escaneo de los pies a la cabeza-¿Que mierda has estado haciendo?, te vez fatal

-Estoy bien, vengo del trabajo

-No me digas que...-Seokjin no sabía a qué se refería, pero vio como Taehyung se cubría la boca con ambas manos-¿Te estás prostituyendo de nuevo?

-¡Por supuesto que no!-Lo miro enojado, como pensaba que él estaría haciendo nuevamente eso, no se le había cruzado por la mente, aunque tuviera que pedir limosna en la calle o morir de hambre no volvería a su antigua profesión-Mi amigo Ken me consiguió un trabajo cerca de aquí, en un almacén, cargo cajas y cosas

-Ese no es trabajo para ti, es trabajo rudo, déjame ver tu bolsa-Intentó acercarse pero Seokjin retrocedió-Lo siento, no quise ser grosero, ¿aún me tienes miedo?

-Me estoy acostumbrando, además en el almacén hay muchos alfas, no puedo hacer nada ahí y necesito el dinero

Se sentía extraño contarle como era su nueva vida, pero tenía un trabajo honrado ahora