XXII

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La habitación se cargó con una tensión palpable cuando Sunghoon decidió tomar venganza de una manera muy específica y provocativa. Con una mirada llena de malicia y desafío, se abalanzó sobre Sunoo, quien, aunque sabía lo que se avecinaba, no pudo evitar sentir un cosquilleo de anticipación recorriendo su cuerpo.

Sunghoon demostró su determinación con cada movimiento, cada toque, cada embestida, dejando claro que no había lugar para la misericordia en su venganza. Cada embestida era como un golpe cargado de deseo y lujuria, haciendo que Sunoo se aferrara a las sábanas con fuerza mientras se entregaba por completo al placer y al tormento que le proporcionaba su amante.

El dolor inicial se mezclaba con el placer, creando una sinfonía de sensaciones contradictorias que envolvían a Sunoo en una espiral de éxtasis. Cada embestida de Sunghoon era como una bofetada de deseo, enviando oleadas de placer a través del cuerpo de Sunoo y dejándolo anhelando más.

A pesar del dolor, Sunoo no pudo evitar gemir, sus sonidos llenando la habitación con una melodía aguda y melodiosa que solo aumentaba la intensidad del momento. Cada movimiento de Sunghoon lo sumía más en un abismo de placer, llevándolo al borde del éxtasis una y otra vez.

El tiempo parecía detenerse mientras se entregaban al ardor del momento, cada momento más intenso y apasionado que el anterior. A pesar del dolor inicial, Sunoo encontró consuelo en el hecho de que estaba compartiendo este momento íntimo con el único que realmente importaba: Sunghoon.

Sunoo sintió una punzada de dolor cuando notó el ligero rastro de sangre, una señal inequívoca de la intensidad del encuentro. Aunque había esperado un desafío, no anticipó que Sunghoon llevaría las cosas tan lejos. Se debatía entre la excitación y la incomodidad, atrapado en una mezcla tumultuosa de sensaciones mientras lidiaba con las secuelas del encuentro.

Sunghoon, por su parte, parecía ajeno al malestar de Sunoo, inmerso en su propio éxtasis y en la satisfacción de su venganza cumplida. Aunque Sunoo sabía que Sunghoon era un amante apasionado y, a veces, un poco brusco, este episodio lo había llevado a un nuevo nivel de intensidad.

A pesar del dolor y la sorpresa, Sunoo no pudo evitar sentir una oleada de excitación al recordar la ferocidad con la que Sunghoon lo había reclamado. Era un recordatorio visceral de la conexión profunda que compartían, una conexión que trascendía los límites físicos y desafiaba las expectativas convencionales.

Mientras se recuperaban juntos, Sunoo decidió abordar el tema con Sunghoon

Sunoo frunció el ceño mientras miraba a Sunghoon, quien parecía genuinamente arrepentido por su arrebato de pasión descontrolada. Aunque su trasero todavía ardía por la intensidad de la sesión, no pudo evitar sentirse conmovido por la expresión de culpabilidad en el rostro de su pareja.

—Sunghoon, ¿qué te ha pasado hoy? ¡Fuiste demasiado bruto!, reprendió Sunoo, tratando de mantener un tono serio a pesar de la ternura que sentía por Sunghoon.

Sunghoon bajó la mirada, sintiéndose avergonzado por su comportamiento. Con cuidado, acarició el trasero de Sunoo, buscando consolarlo y disculparse por su falta de control.

—Lo siento, bebé. No quería lastimarte. Solo me dejé llevar por el momento, murmuró Sunghoon con sinceridad, sus ojos brillando con arrepentimiento.

Sunoo suspiró, suavizando su expresión mientras acariciaba el cabello de Sunghoon con ternura.

—Lo entiendo, Sung. Pero necesitamos establecer límites, respondió Sunoo con dulzura, deseando que Sunghoon entendiera la importancia de controlar su fuerza durante sus momentos de pasión.

Sunghoon se acercó a Sunoo con cuidado, como si temiera romperlo con su simple contacto. Con manos suaves, acarició el rostro de Sunoo, trazando cada contorno con reverencia y amor. Sus ojos brillaban con ternura mientras se perdía en la mirada de Sunoo, sintiendo cómo su corazón se llenaba de amor por su pareja.

—Lo siento mucho, mi amor. No quería lastimarte. A veces me dejo llevar por la pasión y olvido lo delicado que eres ,murmuró Sunghoon, sus palabras cargadas de arrepentimiento y afecto.

Sunoo sonrió con dulzura, sintiéndose conmovido por la sinceridad de Sunghoon. Sabía que su pareja tenía un corazón tierno, incluso si a veces se dejaba llevar por su fuerza física.

—Lo sé, Sung. Entiendo que a veces eres brusco sin darte cuenta. Pero eso es parte de lo que eres, y te amo por completo, incluso con tus arrebatos de pasión,  respondió Sunoo, dejando en claro que aceptaba a Sunghoon en su totalidad, con todas sus imperfecciones y peculiaridades.

Sunghoon suspiró aliviado, sintiendo un peso levantarse de sus hombros. Con cuidado, envolvió a Sunoo en un abrazo cálido, prometiendo ser más consciente de su fuerza en el futuro. Juntos, se sumergieron en el cálido abrazo del amor, sabiendo que su vínculo era más fuerte que cualquier obstáculo que pudieran enfrentar.

Jake's brother | Sunsun Donde viven las historias. Descúbrelo ahora