16-Reencuentros familiares

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Abrí nuevamente mis ojos al sentir que tocaba una superficie sólida. Me senté y miré a mi alrededor tratando de saber dónde me encontraba.

Unas repentinas náuseas se apoderaron de mí, haciéndome soltar un quejido por la incomodidad de la sensación.

—¡Orion!

Volteé a ver hacia donde provenía la voz viendo a mis amigos. Los tres se acercaron a mí y Annabeth me ayudó a pararme.

—Te tardaste más ¿Qué pasó?— me preguntó.

—Me quedé 5 segundos más para charlar sobre mascotas—les confesé.

Ellos me miraron raro, ¿Acaso un adolescente y su tío abuelo no pueden hablar sobre cosas normales?

En eso, vi como el rubio tomó su bolígrafo y lo destapó revelando la espada. ¿Me quería matar?

Al verlo a los ojos pude reconocer la mirada de odio. Sus cejas estaban fruncidas, sus ojos destellaban un brillo de furia, sus labios estaban levemente inclinados hacia abajo demostrando el asco que sentía en ese momento, y fui capaz de sentir y escuchar cómo su respiración cambiaba abruptamente.

Él miraba algo que estaba lejos nuestro. Algo que lo hizo enojar de tal manera, no era algo bueno.

Al voltear a ver reconocí a ese hombre, reconocí su chaqueta de cuero, su barba, sus anteojos, sus pasos, su moto, su olor, su sonido.

Ahí estaba, caminando hacia nosotros. Su moto rugía a su lado y un faro cercano volvía rojiza la arena, daba una sensación de poder.

—Deberían estar muertos— dijo complacido de vernos.

—Nos engañaste— le dijo Percy—. Robaste el yelmo y el rayo maestro.

Ares sonrió.

—Sí y no— parecía que la situación le estaba dando mucha gracia—. Bueno, a ver, yo no los robé personalmente, ¿Los dioses toqueteando los símbolos de otros dioses? De eso nada. Pero tú no eres el único héroe en el mundo que se dedica a los recados.

—¿A quién utilizaste? ¿A Clarisse? Estaba allí en el solsticio de invierno.

La idea pareció divertirle.

— No importa. Mira, el asunto es que estás impidiendo los esfuerzos en pos de la guerra. Verás, tenías que haber muerto en el Inframundo. Entonces el viejo alga se hubiese enojado con Hades por matarte. Aliento de muerto hubiera tenido el rayo maestro y Zeus estaría furioso con él. Pero Hades aún sigue buscando su yelmo— explico—. Hades se pondría hecho un basilisco tanto con Zeus como con Poseidón, ya que no sabe cuál le robó su yelmo. Muy pronto habríamos organizado un bonito y pequeño festival.

Bohemian RhapsodyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora