17- Traición

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Sexto acto

Coda

Al finalizar la sección rock, la coda vuelve al tema de la balada y permite un descanso, un retorno al estado primigenio.

De alguna manera, esta sección vuelve a introducir al escucha en la atmósfera onírica del comienzo, pero también deja abierta la inquietud sobre la solución del drama planteado. Relativiza la historia, desvanece su trascendencia y disipa la tensión.

 Relativiza la historia, desvanece su trascendencia y disipa la tensión

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Al salir de la Casa Grande vi en la entrada del comedor una aglomeración de campistas. Al acercarme a ellos pude divisar una melena rubia muy conocida que parecía estar buscando a alguien. 

Todos los campistas en el lugar comenzaron a celebrar la llegada de Percy. Como habíamos sido los primeros campistas en regresar victoriosos de una misión desde Luke, todos nos trataban como si hubiéramos ganado algún reality show. Annabeth apareció mágicamente a mi lado y me tiró del brazo para que ambos fuéramos a recibir a nuestro amigo como correspondía.

Ann nos abrazó a ambos con fuerza y ambos correspondimos el gusto, quedando varios segundos apreciando el contacto de los otros, al separarnos le comentamos cuan felices nos hacía volver a verlo en una pieza, vivo y como humano. 

Su sonrisa desapareció al ver a cierta persona de la cabaña 5 caminando por ahí con toda la libertad del mundo— ¿Qué hace ella aquí?

—Yo le platiqué a Quirón sobre sus teorías y también fui honesto sobre mis pensamientos, a Luke se le olvidó hablarle al respecto. Como sea, nadie va a arrestar a Clarisse—le confesé.

—¿Por qué? Ella es la ladrona, es peligrosa.

— No, no lo es, ninguna de las dos cosas— la defendí. 

—Orion tiene razón en eso. A demás, Quirón nos dijo que no podemos hacer una acusación tan grande sin tener pruebas, lo de Clarisse es sólo una teoría que no somos capaces de demostrar— dijo Annabeth a mi lado. Percy parecía confundido y tenía el ceño fruncido, no sabia si era de enojo o porque estuviera pensando, pero a regañadientes aceptó ese hecho.

Según la tradición del campamento, nos debíamos colocar coronas de laurel en un gran festival organizado en nuestro honor, y después dirigimos un desfile hasta la hoguera, donde debíamos quemar los sudarios que nuestras cabañas habían confeccionado en nuestra ausencia.

El sudario de Annie era muy hermoso, una seda gris con lechuzas plateadas bordadas. Percy incluso le comentó que era tan bonita que era una pena no enterrarla con eso, a lo que recibió un puñetazo y que le dijera que cerrara la boca.

Como Percy y yo éramos hijos únicos no había nadie para hacer las nuestras. En mi caso los hijos de Apolo, mis primos, se ofrecieron para hacerla, y los de la cabaña de Ares fueron los voluntarios para hacer la del rubio. Mi sudario era de una seda azul oscuro, casi negro, con estrellas doradas y plateadas con un bordado de las siluetas del sol y la luna juntos, en una especie de representación a el lazo familiar y celestial que nos une. El sudario de Percy, por otro lado, era una sábana vieja a la que le habían pintado con café caras sonrientes con los ojos en cruz y la palabra IDIOTA bien grande en medio. Pude ver en su cara cómo disfrutó quemarla.

Bohemian RhapsodyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora