3- Me gustó el bello durmiente de ojos bonitos

359 45 2
                                    

Segundo acto

Balada
En el texto de la balada, el solista invoca a la madre, principio que honra la vida y relaciona al sujeto con el origen y la infancia. Sin embargo, le hará una confesión de un hecho terrible: el asesinato de un hombre, tras el cual ve su vida destruida. Al mirar hacia atrás, se da cuenta que ha roto con su pasado, ha roto con su madre, le pide perdón y acepta su responsabilidad al irse y asumir las consecuencias de sus actos.

En realidad, este texto puede ser visto como una metáfora de la muerte de una etapa, la muerte de un ciclo del propio ser que se encuentra en transformación. En medio de ello, se evoca la culpa, la extrañeza, la incertidumbre y la responsabilidad por asumir. El joven ha pasado a ser adulto.

 El joven ha pasado a ser adulto

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


- - 🏹 - -


Ya habían pasado dos años desde mi llegada al campamento, me había acostumbrado totalmente al ambiente, y las personas a mi alrededor se acostumbraron a mi. Aprendí muchas cosas, no solo se me da bien el arco y flecha, aprendí a luchar con lanzas y espadas, pero siempre voy a preferir mi arco.

En mis cumpleaños, luego de haber sido reclamado recibí dos regalos de mi madre divina, Artemisa, un anillo que se transforma en un arco mágico que no necesita flechas, y una gorra, está no hace nada, es normalita, pero combina con todo.

Ahora que ya están actualizados, empecemos con lo importante.

Esa noche estaba lloviendo, parecía que se caía el cielo, de verdad. Estaba ya acurrucado en mi camita, a punto de dormirme, cuando escucho que tocan la puerta con desesperación y entran a la cabaña de golpe, como si nada, era Annabeth, mi bestie.

— Levántate, hay un minotauro cerca del campamento— dijo velozmente y me jaló de la manta para tirarme al suelo y obligarme a despertar.

En pijama, a mí con sueño no me importa nada, salí corriendo de la cabaña detrás de la morocha.

Al llegar al límite del campamento vimos a Quirón y a un muchacho de doce cargando a Grover, mi amigo cabra, con un cuerno en la mano. Apenas cruzó y nos vio cayó como costal de papas, así mismo nos tocó a Annabeth y a mí llevarlos a la enfermería.

— Es él, tiene que serlo— me dijo seriamente.

— No hay forma de probarlo, pero viendo lo que hizo, estoy seguro de que si— apoyé su teoría.

Durante toda la noche estuvimos turnándonos entre Grover, ya consiente, Annabeth y yo a cuidar al bello durmiente.

Es que, a ver, es rubio, con ondas en el pelo, ojos bonitos y duerme profundamente, es igual a la princesa. Change my mind.

Bohemian RhapsodyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora