Las vacaciones pasaron, nuevamente la pareja estaba en la estación despidiendo a su familia. Estaban emocionados por volver a convivir juntos. Además, se extrañaban, es decir, lamentablemente no habían podido estar juntos de forma íntima ya que no estaba solos nunca, pero estaban seguros de que iban a volver con todas las ganas.
-Bien, se cuidan, niños, nos veremos luego. Los quiero.- Se despidió Narcissa de ambos chicos, abrazándolos. Ella desde que se entero de la relación apoyo a su hijo en todo sentido, amaba verlo feliz, además que apreciaba a Harry. Por otro lado, Lucius no podía ni sentirlo cerca. Quería a su hijo, pero odiaba a Potter, por ese mismo motivo, se había despedido hace unos minutos del rubio.
-Ustedes, cuidado con lo que hacen, eh. Que les vaya bien.- Sonreía Sirius, despidiendolos a ambos.
Luego de eso, los dos subieron al tren de la mano, Draco cerró la puerta, bajando la cortina también. No quería que nadie los moleste.- Al fin vamos a estar juntos..- Sonrió provocativo, haciendo que su novio se sonroje.
-Amoooor, ¿Por qué tan caliente siempre?- Reía por lo bajo y lo atrajo hacia él, para abrazarlo fuerte. El tren había comenzado a andar, tenían un largo viaje.
-Disculpame, niño santo. Olvide que eres inocente.- El rubio dejo un beso húmedo en el cuello del menor.
-Soy..-Jadeo por lo bajo al sentir una mordida.- Muy santo.- Sonrió, cerrando sus ojos y acariciando el cabello de su amado.
-No es lo que parece cuando me pides que te folle.- Le Susurró el oído con su voz ronca. Volviendo a dejarle besos húmedos.
-D-Draco..- Su respiración se agitaba, mientras lo intentaba alejar.- A-Amor.. A-Aqui no..
-Oh, no, claro que no.. Pero si vas a hacer algo por mi..- Lo beso apasionadamente, para luego separase y dejarlo jadeando. Se sentó en el asiento y comenzó a abrir la bragueta de su pantalón. Harry sabía lo que significaba, no iba a decirle que no.- Arrodillado. Muéstrame que tanto me extrañaste.- Volvió a hablar de forma dominante.
El de menor estatura hizo lo que su novio pidió, le encantaba que sea así.- Lo que ordenes...- Mordía su labio, mientras sacaba el miembro de su pareja de la ropa interior y notaba lo hinchada que estaba. Su boca se abrió de forma inmediata, comenzó a masturbarlo lentamente. Sentía la fuerte mirada del rubio sobre él. Quería molestarlo, sabía que no aguantaría mucho. Su mano se movía despacio y sonreía.
-Chupalo, mierda.- Lo agarro del cabello, impaciente, recibiendo una mirada burlona.- Abre la boca.- Ordenó, a lo que el otro le hizo caso y sin preguntar, metió su falo. Hizo que la boca del chico llegue a su pelvis. Sintió como una pequeña arcada salió de su garganta y lo alejo del todo, dejando un hilo de saliva entre el miembro y los labios de su novio.- No juegues conmigo, bebé.. Tienes buena boquita.- Murmuró.
Luego de unos segundo, el pelinegro hacia su trabajo de forma adictiva, no paraba. Succionaba, lamia y chupaba el falo de su amado, haciéndolo soltar sonoros gemidos. Luego de unos minutos, sintió como se corrió en su boca, Sonrió victorioso. Se alejo un poco y sacó su lengua mostrando todo el líquido que tenía. Era la imagen más exitante que Draco podría ver.
-Trágalo..- Balbuceo, calmando su respiración, viendo como le hacía caso y se paraba para besarlo con desespero. Vaya que no perdían tiempo. Dejando eso de lado, terminaron el viaje entre caricias y besos, llegaron a la tarde noche y fueron directamente al comedor, en donde se tuvieron que alejar.
-Bienvenidos a otro año más en Hogwarts.- Habló Dumbledore.- Quiero informarles que este año se jugará el especial partido de Quidditch, ya tenemos a nuestro líder, que es Cedric Diggory, él eligira a los jugadores que vea adecuados. Dicho eso, pueden comenzar con el banquete.- Termino, la comida apareció y el trío de Gryffindor hablaba de cualquier cosa, al igual que Malfoy y sus amigos.
Aunque no todo terminó ahí. Antes de que termine la cena, Cedric se acercó a Harry y se le sentó al lado. Claro que Draco no lo ignoro, estaba pendiente a todo lo que su novio hacía, se había vuelto bastante celoso y posesivo, así que esa escena no pasó de ser percibida.
-Harry, ¿No? ¿Qué tal?. Sabes, me dijeron que te gustaría aprender Quidditch, tal vez podamos practicar juntos y si te va bien, estar en el equipo, ¿Quieres?.- Sonreía con cierto coqueteo, tocándole la pierna de forma "amigable".
-Yo.. Bueno, si quisiera, pero..- Murmuró nervioso, aunque sin darse cuenta ninguno, el rubio estaba yendo a agarrarlo del brazo y alejarlo del de Hufflepuff.- ¿A-Amor?.- Lo miro sin entender. El alto no dijo nada, lo agarro bien de la cintura y se fueron del comedor sin más.- Hey, Draco, espera.. ¿Qué pasó?..- Preguntó.
Malfoy lo Soltó y lo acorralo contra una pared. Habían quedado en medio de un pasillo vacio.-¿Qué quería Diggory?.- Habló con sus celos por las nubes, no le gustaba que nadie este cerca de su chico.
-Por Merlín, Draco, solo me dijo lo de Quidditch..- Soltó una pequeña risa nerviosa, aunque su novio no lo hizo.
-¿Era necesario que te toque?. Nadie puede sentir tu cuerpo más que yo y lo sabes, Potter.- Se le acercó amenazante tocando apenas sus labios.
El pelinegro sabía que camino iba a tomar eso, pero lo calentaba más el echo de que sea tan posesivo. Draco celoso lo hacía sentir que tocaba las estrellas y mucho más.- ¿Estás seguro? No eres mi dueño, tú no me mandas.- Lo provocó más.
Eso era todo lo que quedaba para molestar al rubio.- Vas a rogar que pare. Estas muerto, Potter.- Puso una mano en el cuello del contrario y lo beso fuertemente, metiendo su lengua en la cavidad del menor, teniendo una lucha. Mientras la hacía presión en su espalda baja, acercadolo a su entrepierna.
Gracias a la magia, el pasillo se convirtió en una habitación, bastante oscura, siendo iluminada por la luz de la luna. El beso era un descontrol, entre los jadeos del menor y la saliba que resbalaba de las comisuras. Malfoy le había sacado rápidamente la ropa, empujándolo hacia la cama, mientras se acercaba con una mirada llena de deseo, sacándose sus prendas de a poco.
Harry se había puesto algo nervioso, aunque su exitación era mayor. Sabía que su novio estaba cegado por los celos y que iba a demostrarle a quien le pertenecía, pero también sabía que no iba a poder caminar por unos días.
-Tú..- Habló el rubio, posicionándose encima de él.- Vas a aprender quien manda.- Dicho eso, lo beso nuevamente y sin prepararlo, se introdujo en el menor.
-M-Mierda..- Se separo del beso, soltando un gemido con algo de dolor. No era fácil acostumbrarse a los largos 26cm que se cargaba su novio.- A-Amor, espera..- Jadeo cerrando sus ojos.
El blondo no iba a lastimarlo, espero un tiempo, hasta que el que tenía debajo movió su cadera, dándole el inicio para que se mueva. Hecho eso, comenzó a embestirlo sin piedad, le dejaba marcas con sus dedos por toda la cintura y caderas, además de las marcas que hacia con su boca. El pelinegro era un lío de gemidos, balbuceos y jadeos.
-E-Eres solo mio.- Le susurraba al odio, mientras su cadera se movía más rápido, logrado tocarle su punto dulce varias veces.- Repite a quien le perteneces, bebé.- Sonreía con ego al ver como le salían lágrimas de placer.
A pesar de que estuviera siendo rudo, el de Gryffindor lo quería seguir provocando, amaba sentirlo dentro y que lo marque.- N-No e-eres mi dueño, Malfoy..- Balbuceo, mirándolo fijo a los ojos.
Logró lo que quería. Draco lo cargó sin salir de él, se sentó y dejó que bajara de golpe, haciéndolo soltar un agudo gemido, mientras volvía a tocar su punto dulce.
-D-Draco, m-mierda..- Sollozaba del placer, sentia que se iba a correr en cualquier momento. Daba saltos rápidos con la ayuda del rubio.- S-Soy... S-Solo tuyo...- Gimió antes de venirse, manchando ambos abdomenes.
-M-Muy bien, b-bebé..- Terminó por venirse también dentro del pelinegro.- N-No era tan difícil, ¿O si?..- Lo beso desesperado, siendo correspondido, mientas le saltaba una última vez, soltando los dos un gemido débil. Estaban agotados. Malfoy acostó con cuidado a su novio, quien estaba casi dormido del cansancio, para luego quedar a su lado, taparlo y abrazarlo, quedándose dormido también.
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Amor secreto. 《Drarry》
Roman d'amourHogwarts. Nuevos niños. Casas que los eligen. Dos niños que se conocen. Se odian desde el comienzo. En su interior, un amor odio crece. ¿Sera que pueden terminar juntos?.