#2: Rival

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Después de eso nos interrumpieron otra vez, si ahora odio a otra persona en esta casa, todo por ir a comer ¿es enserio?, ¿por esa tontería no pude tener sexo con un sexy chico?; ya en la mesa, sirvientas fáciles se me insinuan a cada momento, pero no me resultaban atractivas, las 3 chicas son muy lindas pero vamos ¿quién se podría olvidar del cuerpo caliente de Inam? ¡Imposible!; aparece una chica bajita de pelo morado quitandome de mis pensamientos, me trae la comida, ni se me insinúa ni nada solo deja mi comida y sonríe, en el momento que está a punto de marcharse la detengo.

— ¿Cuál es tu nombre?

— Danae, señorito.

— Bonito nombre — le regalo una sonrisa y ella igual a mí.

— ¿Necesita algo más señorito?
— No gracias.

Luego de terminar mi almuerzo llega Inam con el postre, lo deja, me sonríe y se va, así sin más. Termino mi postre y subo a la habitación de mi chico, y espero con paciencia su regreso.

*Inam*

Cuanto odio esto, no lo soporto, desde siempre ha llamado la atención de todos y ya me acostumbre, pero que le sonría a otra persona que no sea yo, me enfurece, porque sé que no lo hace con cualquiera, ahora todos se encuentran buscando al señorito ¿cómo se nos pierde?, ya es tarde así que decidí ir a mi habitación para cambiarme de ropa, al entrar me quite la camisa y los zapatos en un santiamén, después de quedar solo en ropa interior entre a la ducha, al salir tire la toalla a cualquier parte de la habitación.

— Me tapas la vista — al voltear vi a Vladimir con la toalla en la mano y sentado sobre mi cama.

— ¿Qué quiere señorito? — dije lo más frio posible.

— Que me digas que te sucede.
— Nada — se acerca a mí lentamente.

— No mientas, dime ¿estas celoso?

— ¿Algún problema con eso, señorito?

— Así que lo admites — suspira — bueno aclaremos algo, me conoces solo desde esta mañana, si ya estas celoso es porque eres un enfermo y nuestra relación es solo sexo ¿okey? — auch eso me dolió.

— Yo no quiero solo sexo...

— Pero eso es lo único que vas a tener de mí ¿lo tomas o lo dejas?

— Lo dejo, eres una bestia no sabes cómo tratar a un chico, nadie te va a querer como yo — tomo el pijama y salgo de la habitación, después de tomar una manta y ponerme el pijama me acosté en el sillón, solo me teñí el pelo y ya no me recuerda, han pasado 2 años desde la última vez que nos vimos, pero yo no puedo olvidarlo, sus abrazos, sus caricias, el tacto de sus labios sobre los míos, sus susurros cerca de mi oreja y no solo eso, también su parte más salvaje, esa bestia que sale cuando se deja llevar por el placer, por culpa de eso nadie más puede complacerme y está bien porque Vladimir es la única persona que despierta sentimientos de amor en mi interior, soy capaz de matar por él... otra vez...

*Vladimir*

¿Pero qué le pasa? Arruinó toda su sensualidad con los celos, solo nos conocemos desde esta mañana hay que estar muy enfermo para creer que después de unos simples toqueteos ya soy suyo, ni siquiera he tenido sexo con él, aun así, yo no soy de nadie, porque ninguna persona es capaz de dominarme.

A la mañana siguiente ya tengo que empezar con el colegio, entro a mitad de año, pero no creo que sea tan difícil estar al nivel de los demás, el uniforme es un jeans a elección, una polera azul con la insignia del colegio en la izquierda superior y un poleron de polar negro con la misma insignia, elijo un jeans azul y bajo a tomar desayuno, esa noche pretendía dormir con Inam, pero terminé solito en su cama, si no hay más habitaciones ¿dónde paso la noche? de seguro fue a la habitación de alguna chica...

Entre a la cocina y Inam estaba terminando de tomar desayuno, pero lo más sorprendente era...

— ¿Qué estás haciendo con el uniforme de mi colegio? — iba a responder pero lo interrumpí — ya se me amas tanto que no puedes soportar estar separado de mí, que lamentable... ¿ir tan lejos solo por mí? eres tan insignificante — tomó sus cosas y se fue, salió de la mansión dando un portazo que de seguro de escucho en todo el lugar.

— Señorito.
— ¿Si Danae?
— Espere a Inam para qué lo lleve al colegio, ha estudiado por años ahí, así que pídale que le dé un recorrido por el lugar.
— Okey, gracias.
— No hay de que señorito — salió de la cocina y yo después de comer un 1+1, salí de mi mansión.

Caminé siguiendo a un grupo de chicos con el uniforme del colegio, cada vez aparecían más estudiantes así que supongo que estoy cerca del lugar de tortura, alias establecimiento educacional, admiré al lugar y es inmenso parece un castillo, ¡un puto castillo!, al entrar mis temores se hicieron realidad, esto es un laberinto, nunca me disculpo con nadie pero si lamento que Inam no esté aquí para guiarme, ni siquiera tengo mi horario de clases, ya sin ninguna opción busque la recepción, en alguna parte debe de estar, primero recorrí toda la izquierda del lugar, pero resulto ser que estaba a la entrada, pero a la derecha, ¡genial empezamos bien!, me dieron mi horario y me indicaron donde queda mi sala, también me avisaron que estaba llegando tarde... ¡no me digas, no lo había notado!, entre a la sala sin tocar ni nada, el profesor me fulmino con la mirada ¿qué?
— Señor ¿acaso no le han enseñado modales?
Retrocedí un paso, toque la puerta y me fui a sentar al último puesto en el centro, me gusta tener en la vista a todos, es interesante, lamentablemente para un chico estaba sentado en ese lugar.
— Yo me quiero sentar aquí, sal.

Se levantó todo nervioso y se fue a sentar a otro lugar, el profesor, que por cierto no estaba nada mal, suspiro y siguió con su clases de Inglés, pan comido, empecé observando a los de la primera fila y solo un chico me llamó la atención, un chico rubio estaba mirando descaradamente el trasero del profe, es muy obvio pero ya que nadie lo observa, nadie lo nota, a excepción de mi por supuesto, ninguna novedad, hasta que alguien lanzó un papel al chico sentado a mi lado, era muy fácil de leer "En el recreo, te espero en el baño, quiero sexo y tú eres el mejor aquí - tu putito", que sutil e indirecto, el chico mostró una sonrisa pícara y no miró a ninguna parte para yo saber de dónde venía el papel, cuando tocaron el timbre un chico un poco bajito y castaño paso por el frente de mi puesto moviendo de una forma muy provocativa su lindo trasero, sí que es atractivo... la curiosidad me ganó y los seguí disimuladamente hasta el baño, ¿entro o no entro? ¿Desde cuándo que me cuestiono algo?, abrí la puerta y lo primero que escuche son gemidos, sí que son rápidos.
— ¿Más duro, putito?
— Si sabes cómo me gustaaaa ¿para qué preguntas? — dijo entre gemidos el que parece ser el de abajo, espera un momento esa voz...!no puede ser! entré al baño de al lado y al asomarme por la pared de división vi la escena claramente, el de abajo tenía las manos amarradas con un cinturón y el de arriba le daba duro contra la pared, lo que me sorprendió no fue eso, si no que el que tiene las manos atadas es nada más ni nada menos que el adorable y ahora puto de Inam.

Amor retorcido [D.M.C.H.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora