#5: La espera

32 2 5
                                    



*Abigail*

Después de cortar la comunicación con Inam le devolví el comunicador al cuerpo inerte en el suelo, el cual solo se encuentra inconsciente, prometí no asesinar a nadie más dentro de las instalaciones y al menos por ahora voy por buen camino, salí de la cabina de comunicaciones esquivando los cuerpos, ya fuera parecía como si me estuviera violando a la pobre pared, estaba pegada a ella como lapa para esquivar las cámaras de seguridad, lo cual después de traumar 10 paredes lo logré, llegue al ascensor, y entre sin perder ni un segundo, presione el nivel 1 y me prepare para correr lo más rápido posible, activaré todas las alarmas, todas las personas me quedaran mirando, los guardias me perseguirán y los perderé luego de un rato, pero lo importante es que lograré escapar, se con exactitud lo que va a pasar y no solo por ser vidente, sino porque ya se ha repetido tantas veces que perdí la cuenta, ajuste mi uniforme completamente negro, el cuál llama la atención si estas rodeado de asesinos con uniformes también negros pero con una gran diferencia, ellos tienen partes de color azul o verde según su sección; se abrieron las puertas y ocurrió todo lo que predije anteriormente.

Finalmente llegue a esa cabaña, tuve que robarme un auto para llegar, sabía que estaba lejos pero no para tanto, detuve el motor, baje y cerré la puerta, guarde la llave y recordé que tenía que poner la alarma, mientras hacía eso escuche los gritos de los chicos.

— Lo sabía, estúpido el compañero que tengo y más estúpido aún arrastrar a otro principiante — Susurré para mí misma o quizás para el fantasma que le gusta meterse en la vida de los demás.

— Te escuche estúpida y sádica psicópata — Dijo apareciendo ante mí.

— Esa no era mi intención — Dije con sarcasmo — Mis disculpas por invocarte e interrumpir tu sueño de belleza que nunca tiene efecto — dije otra vez ocupando a mi hermosos sarcasmo.

— Pero si no puedo envejecer ni embe —... — Se detuvo al captar el sarcasmo.


— Que retrasada — Suspiré.

— Perra deja de molestarme, yo soy una de las más antiguas, debes tenerme respeto...— Dijo con una voz tan chillona que debería ser ilegal —... No puedo creer que alguien de un nivel tan bajo me hable de esa mane...—
— Sabes, eres como una piedra en el zapato, insoportable y molesta pero no es algo del que no me pueda deshacer.

Creo que eso fue más que suficiente ya que se cayó y empezó a levitar alejándose de mí, más indignada que antes.

Terminé mi recorrido y comencé a escalar por unas enredaderas para llegar al segundo piso de la cabaña, los hermosos gritos de dolor son música para mis oídos, siempre he encontrado fascinante los decibeles a los que pueden llegar, entre por la ventana de una forma tan natural que todos me quedaron viendo muy extraño, hace años que no ocupo una puerta para entrar a un lugar, quitando de la lista las instalaciones, las ventanas están protegidas por corriente y lo descubrí de la mala manera.

Tengo que admitir que no me entretuve tanto con los subordinados, en comparación con el "gran" jefe de la mafia nomer odin {1} y hace tiempo si hacía ilusión a su nombre, con solo escucharlo, muchas personas ya estaban corriendo para refugiarse en sus casas, pero estoy orgullosa de decir que yo la deje en la miseria, muchos creen que ya no existe; No tengo nada personal contra las mafias, pero fue su error dañar a quién no debían, eso lo siguen pagando caro; creo que hoy es el día en que se transformen en leyenda y el día en que voy a estrenar a mi hermoso bebé.

Llegar hasta el jefe fue demasiado fácil, él cuál está durmiendo, le puse el collar de púas invertidas y como era de esperarse despertó, busco con la mirada a sus subordinados, pero se llevó una gran sorpresa al notar que estaban todos desangrándose en el suelo.

Amor retorcido [D.M.C.H.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora