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Iba por la ruta con Susana Gimenez en su auto hasta que vimos a alguien haciendo dedo y cuando paramos era Pity Álvarez, apenas bajé la ventanilla del auto rojo que estaba conduciendo, me desperté con un golpe en la puerta de entrada. Abrí los ojos, estaba dormida en mi cama, había alguien al otro lado de la puerta de mi pieza intentando despertarme, supuse que mi vieja había dejado que entrara y como dormía con la puerta con llave no podían entrar.

- Uh, la con-...

- Mica.

Me negaba a levantarme de mi cama, hacia un minuto estaba teniendo la mejor siesta de mi vida y encima estaba por conocer al Pity y se les ocurre despertarme.

- Micaaa.

No respondí.

- Micaela no me obligues a tirar abajo tu puerta.

- ¿Que carajo querés?- abrí la puerta para encontrarme con Mateo.

- Holae, perdón que te desperté, ¿querés ir al club con los chicos? Hoy hay partido. Vienen Pau y Ana también.

 -¿Va Pili?

- Sí sí, está esperando afuera de tu casa, tu viejo me dejó pasar.

- Dale, esperame afuera que me cambio y salgo- le dije. 

Él se fue y cerró la puerta. 

Yo me cambié lo más rápido que pude y salí de mi pieza.

 Agarré las llaves de mi casa, saludé a mi vieja y salí de mi casa. 

- ¿Qué onda manga de monos? ¿Todo bien? - dije después de salir de mi casa.

- Todo bien loca- Pau aprovechó y me despeinó con la mano.

- Ah bue, sos una forra, encima que me peiné vos venís y me despeinas, todo mal con vos Rodríguez- dije en joda.

- Yo también te amo Mimi- dijo entre risas.

- ¿Vieron como le ganamos a los Huracán? - dijo Mateo, que era de San Lorenzo.

Yo lo empuje levemente.

- Dale boludo, no me jodas con eso si querés que siga siendo tu amiga- le respondí, ya que yo era hincha de Huracán.

Llegamos al club y ellos entraron, Pili ya estaba en el club porque tenía que acompañar a su hermanito a taekwondo entonces se quedaba ahí para ver a los chicos jugar.

Fui a sentarme con Pili, Ana y Pau a uno de los bancos que se encontraban al lado de unos árboles que nos daban sombra, cosa que nos venía bien, ya que estaba bastante caluroso el clima ese día.Estuvimos viendo el partido un rato mientras nos poníamos al día con nuestras vidas.

- ¿Y tu abuela Pau? ¿Cómo anda?- pregunté sin dejar de ver el partido.

- Sigue con dolores de cadera y le pasan medicamentos, pero ya está mejor por suerte.

Milo tenía la pelota, pateó y...

- ¡GOOOL!- me paré de la emoción.

Milo agarró y me señaló.

La sangre subió a mis mejillas y mi corazón se acelero por ese simple gesto.

 Me había dedicado un gol... ¿me había dedicado un gol?

- Uy uy uy- dijo Pili, riendo, al ver mi reacción por la dedicatoria de Milo.

Dios, ¿por qué me pongo nerviosa? ¿No somos solamente amigos? ¿Me gusta Milo? ¿Estoy sobrepensando las cosas que me pasan? 

No sé, o capaz no tuve más tiempo para ponerme a pensar sobre ese tema, seguimos viendo el partido.Vimos a Lola casi que corriendo para donde estábamos sentadas.

- Hola chicas, ¿todo bien? ¿Llegué muy tarde?

- Hola Loli, no, no llegaste tarde, no te preocupes, recién comienza el partido- dijo Pili.

- Vení, te hacemos un espacio y te sentás- dije, corriéndome un poco para que tuviera un lugar en el que se pudiera sentar.

- Gracias Mica ¿Cómo vienen? ¿Ya hicieron algún gol?

- Sí, Milo hizo uno- contesté. 

Nos pusimos a hablar y terminamos divagando.

- Onda, si vos te lo pones a pensar, es obvio que existen extraterrestres. Hay millones de galaxias, ¿Cómo va a ser que no hay vida en otros planetas que no sean la tierra?- opinó Ana.

- Mal, para mí que no se comunican con nosotros por el tema de que seguro son mucho más avanzados y tienen otras tecnologías más completas que las que tenemos y por eso todavía no sabemos nada sobre eso- agregué. 

El teléfono de Ana sonó, ella lo tomó y vio el mensaje, apenas desbloqueó su celu sonrió.

- Uepa, ¿y esa sonrisa?- preguntó Pili.

- Nada, un chico con el que me hablo.

- Uy, contá ¿cómo se llama?- indagó Pili

- Martín ¿Vos te hablas o te gusta alguien? - le preguntó Ana a Pili.

- No, yo no.

- ¿Y vos Lola? - Ana se dirigió a Lola.

- Chicas, no cuenten esto a nadie, pero me empezó a gustar Milo.

Me quedé dura boludo, Pili me miró. Recordé el gol que hizo y me dedicó. 

No sabía que hacer o que decir. 

Preferí que no se enterara, no sé por qué. 

Capaz hubiera sido mejor que le dijera yo antes de que se enterara ella misma, pero bue. Y por suerte las demás chicas tampoco mencionaron el tema, creo que se dieron cuenta de que no quería que supiera por miedo a lastimarla.

- Re bien boluda- dije- ¿Querés declararte o algo?

- Noo, no no... bueno, capaz sí, pero quiero esperar.

- Claro, no te apures, vos tómatelo con calma y al paso que vos quieras, si no estás segura no te obligues a declararte- dijo Pili.

- Eso, pensalo bien si te querés declarar.

El partido terminó y los chicos vinieron para dónde estábamos.

Agarramos nuestras cosas y empezamos a caminar para ir cada uno a sus respectivas casas.

Primero llegamos a la casa de Lola, después a la de Ana que estaba cerca a la de Lola, luego a la de Pau, a la de Mateo y por último a la de Pili.

Quedábamos solo Milo y yo.

- Estuvo lindo el partido, ¿no?- pregunté.

- Sí, 3 a 1 es bastante bien.

- Sí... ¿y ese gol que me dedicaste?

- Ehhh... no sé, me pareció lindo dedicártelo- se puso nervioso y lo noté. Sonreí, pero recordé lo que dijo Lola. No me podía meter con el que le gusta, no puedo ser mala amiga, menos con Lola que es un ángel. No volví a tocar el tema. 

Llegamos a mi casa.

- Bueno Milo, nos vemos- le di un beso en el cachete.

- Chau Mica- me sonrió. Entré a mi casa y cerré la puerta.

𝑀𝑎𝑐𝑢𝑚𝑏𝑒𝑟𝑎 - 𝑀𝑖𝑙𝑜 𝐽Where stories live. Discover now