𝑀𝑎𝑐𝑢𝑚𝑏𝑒𝑟𝑎 - 𝑀𝑖𝑙𝑜 𝐽

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- Y nada, me dijo que no le gustaba Helena, le gustaba la hermana de Hele, que le supera la edad como por seis años, pero que sé yo- terminó de contarme Pili mientras estábamos en el baño.

- Sí, no sé, medio raro- dije.

- Uy, no sale el jabón- dijo Pili.

- Capaz no tiene más.

- Sí tiene, porque acá se ve- señaló el plástico transparente del dispenser-. Coso de mierda- dejó de batallar contra el dispenser y empezó a lavarse las manos sin jabón.

- Te gusta Milo

- ¿Qué? ¿Qué si me gusta Milo?- pregunté, esa pregunta me tomó por sorpresa.

- No es pregunta.

- ¿Qué? No me gusta.

- Te cambió la cara cuando Lola dijo que le gustaba Milo.

- No Pi, nada que ver.

- Bueno, pero si te gusta, decímelo.

- Nah boluda, ¿cómo me va a gustar el que le gusta a mi amiga?

- Mica... Decime la verdad.

Lo pensé dos segundos. Cómo se me aceleraba el corazón cada vez que me dedicaba un gol, lo nerviosa que me ponía cuando me hacía cumplidos.

- No sé, pero no le puedo decir la verdad a Lola, no quiero lastimarla. Me tengo que convencer de que no me gusta ¿entendés? Es difícil, pero no puedo perder una amistad por un pibe.

- Pero tarde o temprano se va a enterar, tené eso en cuenta.

Salimos del baño y nos fuimos al patio, nos quedaba la mitad del recreo.

"..."

Las clases se terminaron una hora y media después de la charla que tuve con  Pili.

Salí de la escuela y Milo estaba esperándome para ir a merendar juntos a su casa.

- Hola Mi- me saludó.

- Hola Milo, ¿qué onda? ¿Todo bien?

- Sí sí, ¿vos?

- Yo bien.

- Me alegró, mi vieja me acaba de avisar que está haciendo bizcochitos de grasa para merendar.

- Uhh, que rico, hace banda no como bizcochitos de grasa.

- Y mi vieja hace los mejores.

Yo me reí.

Llegamos a su casa hablando de boludeces que nos pasaban

Adentro de la casa de Milo se encontraban su mamá y su abuela.

- Ay Milo, por fin traes una chica a casa ¿Vos sos su novia?

- ¡Abue!- la retó Milo.

- Hola, no te preocupes Milo. No, no somos novios- escuché que Milo murmuró un "todavía", sonreí internamente por eso y por la pregunta de su abuela. Me sentí completamente culpable luego de eso, recordando a Lola-. Soy su amiga.

- Ahh, bueno, ya va a llegar el día igual- dijo la abuela, yo me reí.

- ¿Vamos a mi pieza Mica?

- Dale.

Entramos a la pieza de Milo y nos sentamos en su cama a charlar.

- ¿Y vos con tu banda qué pasó?- me preguntó.

- Y... pasó que Igna se enojó con Rocío y nos terminamos separando, ya es como la quinta vez que cambio de banda.

- ¿Posta? Qué bajón. Yo quería verlos tocar juntos, que pena.

- ¿Y vos? ¿Qué onda con la música?- le pregunté.

- Yo sigo subiendo mis canciones a YouTube, estuve armando la letra de una, se llama "Morocha".

- - ¿Ah sí? Mirá, ¿de qué trata?

- De amor, es para una chica a la que quiero mucho.

- Ah, mirá- la envidia que me dio con solo pensar que a alguna chica Milo le había escrito una canción... Micaela deja de decir boludeces, le gusta a tu amiga.

- Sí... ¿te la muestro?- me preguntó-. La tengo grabada en la compu, pero no sé si tiene batería.

- Dale, me gustaría.

Él se paró, agarró la compu que tenía en el escritorio y volvió a sentarse en la cama con la compu en mano, abrió la compu y la prendió, afortunadamente tenía batería.

Buscó entre unos archivos hasta que la encontró y la abrió.

Clickeó el botón de reproducir y la escuchamos hasta que terminó.

- Que lindo Milo, me encantó ¿cómo se llama?

- Morocha.

- Es hermosa.

- No más que vos.

- Dale boludo, no jodas con esas cosas.

- ¿Por qué no?- tenía esa estúpida sonrisa en su cara que ponía cada vez que se daba cuenta de que mentía.

Él ya sabía que me encantaba que jodiera con chamuyos, no era boludo, pero yo no podía hacerle esto a Lola.

- Porque...- busqué una buena excusa pero no se me ocurría nada.

- ¿Ves?

- Ya sé, pero no puedo.

- No me gusta ella, lo sabés.

- ¿Qué?

- No me gusta Lola, ya me enteré de que le gusto, pero a mí me gustas vos.

Lo pensé unos segundos.

- Podemos... intentar ser algo, no novios todavía pero tampoco amigos, pero que ella no se entere, por favor.

Apenas terminé de hablar, él tenía una sonrisa en su cara.

- Te quiero- se acercó y dejó un beso cerca de mis labios.

- Yo más.

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Perdón que las volví a abandonar, cuando termine las clases (a mitad de noviembre) me pongo las pilas con esto, además de que voy a empezar a editar unos capitulos de mi otro fanfic de Milo que ya no existe, pero leyéndolo caí en que hay partes que me sirven para este.

También posiblemente no siga con el fanfic de Bill entonces voy a agarrar algunos capítulos para este.

Y nada chicas, gracias por leer, espero no desaparecer de nuevo, las quierooo, cuídense porfa.