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Salía de una tienda de música, acababa de comprar un nuevo reproductor y algunos cassette y vinilos, caminaba tranquilo hasta mí auto ya que la gente estaba en lo suyo y no me notaba, era algo que agradecía no estaba para aguantar a chicas gritand...

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Salía de una tienda de música, acababa de comprar un nuevo reproductor y algunos cassette y vinilos, caminaba tranquilo hasta mí auto ya que la gente estaba en lo suyo y no me notaba, era algo que agradecía no estaba para aguantar a chicas gritando y pidiendo autógrafos, agregando que estaba cerca de mí zona y la gente me conocía, no era de esas estrellas que vivían en un gran penthouse, tenía dos perros que le hacían compañía y salía a su gran balcón con bata de baño mostrando su pecho con alguna cadena de oro. Ese no era mí ritmo, prefería vivir mí vida a mí estilo, cosa la cual siempre discuto con mí mánager, ya que el deseaba que estuviera en un lugar lujoso para estar "seguro" como si no atacarán a los famosos por ser ostentosos.

Llegué a una tienda y tome una paca de cervezas y una caja de cigarrillos, llegué con el señor de la caja y alce mis gafas de sol para dejarlas encima de mí cabello.

- ¿Es lo único que llevará, Park? - dijo metiendo las cosas en una bolsa.

- Si, don Luis - este asintió y recibió mí dinero para después pasarme el cambio, mientras tanto note como un auto llegaba al estacionamiento de enfrente aún lado de mí Impala, eran varios chicos vestidos de negro y cuero que reían a carcajadas y fumaban y bebían.

- Lo que me faltaba... - susurro el anciano mirando fuera del establecimiento - Esos chicos son una molestia.

- ¿Los conoce? - pregunté notando una cabellera rubia entre toda esa gente, sonreí.

- Son la pandilla Ghost Boy's, son un problema, pero me llenan el bolsillo - asentí - Tenga cuidado al salir, a estos no les gusta que se metan en sus asuntos.

- Tranquilo don Luis, no me interesa entrar en un grupo - me despedí de el viejo y comencé mí camino fuera del establecimiento, caminando con calma hasta mí Impala.

Ya dentro de este prendí un cigarrillo y tome mis llaves para arrancar, escuché las risas y silbidos de las chicas que acompañaban a los de la pandilla, mire encima de mis gafas de sol a su dirección apenas encendí el motor, volviendo locas a las chicas y algunos chicos por el ruido del auto, note a un chico en especial que me miraba interesado, era aquel rubio el cual mascaba un chicle, la luz del sol me hizo verlo mejor, se veía mejor que la noche anterior y tenía un pañuelo naranja esta vez, infló el dulce mirándome, apenas hizo pop el chicle arranque el auto, vi por el retrovisor como otro tipo apretaba la mandíbula y dejaba caer una de sus manos en uno de los muslos del rubio que seguía mirando a mí dirección. Tenía ganas de reirme en ese momento.

- Ah, volviste - dije sentándome en el capo al ver al rubio bajar de la motocicleta.

- No tengo más nada que hacer - se acercó y se sentó aún lado mío saque un cigarrillo y se lo ofrecí cosa que el aceptó.

- Bueno, bienvenido seas... - encendí el cigarrillo del rubio ya estando en su boca y le di una cerveza - Pero espero que tu novio no me clave una navaja en el cuello cuando despierte - tome un poco de la mía y el me miró con una ceja alzada.

- ¿Cómo sabes? ¿Me espías? - burló un poco, ya pensaba yo que era un ser sin alma, despiadado.

- Chico, tu novio no sabe disimular, cuando me iba este medio día del establecimiento me estaba asesinando con la mirada y te estrujaba la pierna como pelota antiestres - di una calada.

- Bueno, tiene motivos para tener celos, yo los tendría si un tipo como tu le mirara de aquella manera en como lo hiciste conmigo - boto el humo en mí cara, su aliento olía a menta a pesar del cigarrillo, una combinación curiosa.

- Tienes aliento de perro callejero - solté y el rió un poco - Wow, pensé que no tenías emociones - la risa se fue como vino.

- No tanto como el tuyo - termino su cerveza para tirarla al bote de basura, un tiro limpio, me está agradando este chico, tomo otra cerveza.

- Mí secreto es comer de la basura - el me sonrió ladino y tomo un gran trago.

- Oh, esa es una muy buena técnica, aleja a los perdedores de tu camino - sonreí.

- ¿Piensas venir todas las noches? - pregunté mirando al cielo, viendo a mis mejores amigas y confidentes. Las estrellas.

- Si ¿Por qué no? Eres entretenido - me voltee a verlo y dejé caer una de mis manos en mí pecho.

- Al fin eres modesto, me sorprendes - rodó los ojos y con su hombro me empujó un poco, miró a su lata, para después mirarme, lindo le queda corto a este tipo.

- Sigue así y te corto la garganta - Claro, hasta que abre la boca. Se me olvidaba que era mí ladrón. Por cierto...

- Oye me debes cincuenta dolares y dos condones - reproche y el siguió fumando como si no fuera con él. Desgraciado.

- ¿Que imbecil lleva consigo esa cantidad de dinero? - pregunto mirando a la ciudad - Y los condones ya los use - sonrió mirándome de reojo.

- Este imbecil, para tu información... - me señale y el me miró de frente al fin.

- Me sorprende que te hayas dado cuenta, imbecil - solté un gruñido y el me miró con curiosidad cuando hice eso - Si... Definitivamente eres un perro callejero - me mostró su sonrisa nuevamente y yo suavice mi semblante, era reluciente, era...

Una luz cegadora.

Hablamos de cosas triviales y alguna que otra anécdota, algún intercambio de palabras con doble sentido, después de eso el bajo de mí capo nuevamente y volvió a estar encima de su motocicleta, le grité algunas estupideces mientras se alejaba, volví a ver mí billetera y note que me había vuelto a robar, sonreí para luego soltar una leve risa sabiendo que el iba a volver al día siguiente. También baje de la parte delantera de mí auto y entre para encenderlo e irme de ahí. Una noche más con el desconocido no tan desconocido. No sabíamos nuestros nombres, o mejor dicho yo no sabía el de él ya que el tenía claro cual era el mío, pero no me llamaba por el, no se nos hacía necesario hablarnos por nuestro nombre de pila y si el me dijera el suyo yo no le llamaría de tal forma.

Llegué a mí casa y sin tardar mucho, me quite mí ropa para caer en aquella cama hecha un nido, mire hacía el techo mirando más allá del póster de Radiohead, perdido en mis pensamientos, específicamente a una cabellera rubia.

- Si no tuviera novio ya me lo hubiera tirado - hablé para mí mismo riendo por aquel comentario algo obsceno, me acomode un poco en aquella cama y me quedé dormido, soñando con ese hermoso chico de sonrisa reluciente.

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Blinding Lights ✨ - [ADP. ChanBaek]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora