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🌙 Bright Star of the Night ✨

La puerta principal se abrió con un chirrido característico, rompiendo el silencio de la casa. Tom dejó su bajo sobre la cama, un acto casi ritual. Sabía que eran Edd y Matt quienes llegaban. ¿Cómo lo sabía? Nadie en el hogar era tan ruidoso como Matt; su voz resonaba desde la habitación.

Thomas emergió de su refugio y descendió las escaleras. A su llegada, sus amigos sacaban de las bolsas los diversos equipamientos que habían adquirido. Una punzada de remordimiento le atravesó el pecho al recordar que debía dejarlos en medio de la noche, especialmente a las 12:30 a.m.

Sacudió la cabeza levemente, esforzándose por despejar esos pensamientos oscuros. En ese momento, lo único que importaba era disfrutar de la velada con ellos.

"¿Qué has traído?" preguntó Thomas mientras bajaba el último escalón, una amplia sonrisa iluminando su rostro. Edd lo observó durante un momento, como si lo estuviera evaluando.

"Mierda, te ves jodidamente genial", exclamó Edd, notando lo bien arreglado que estaba Tom. Generalmente, el amante del ska vestía con desaliño, pero esa noche era diferente.

"Siempre me veo genial, querido amigo", respondió con un aire de engreimiento. "¿A dónde iremos hoy?" La pregunta no era solo por curiosidad; necesitaba calcular cuánto tiempo les llevaría llegar al centro, donde se llevaría a cabo el evento. Quería llegar a tiempo.

"Wow", dijo Edd con asombro. "Generalmente te importa un comino, incluso si vamos a un cementerio y dormimos sobre los muertos", bromeó antes de agregar: "Mira, en la calle Flowers hay un parque de atracciones abandonado. Dicen que se han practicado brujerías o cosas así. ¡Esto será espeluznante!" La emoción brillaba en sus ojos mientras continuaba organizando lo que había traído en tres maletas de colores vibrantes.

Thomas reflexionó sobre la propuesta, manteniendo su sonrisa. Se acomodó en uno de los sofás rojos de la sala.

"Ya veo", murmuró. ¡Mierda! Flowers estaba demasiado lejos del centro. Si quería llegar a tiempo, tendrían que ir en coche, y a esa hora, conseguir un taxi sería casi un milagro.

"¡Eso queda demasiado lejos!" exclamó Matt, quien había estado en la cocina buscando bocadillos. "Tim, deberíamos ir en tu carro. ¡No quiero caminar todo eso!" Se llevó una mano a la frente de manera dramática.

"¡Oh no! Eso sí que no", se opuso Edd con firmeza. "Tom es un bestia conduciendo; no quiero morir en un accidente." Se cruzó de brazos, abandonando lo que hacía.

Tom sonrió ante la propuesta de Matt, pero también comprendía el punto de Edd. Era un verdadero desastre al volante; la última vez que condujo, su antiguo carro terminó estrellado contra un árbol y, posteriormente, en llamas.

"¡Vamos, Edd! No exageres. Esta vez te prometo que manejaré adecuadamente", propuso Tom, manteniendo su sonrisa confiada.

"Eso dijiste la última vez, y tu antiguo carro terminó en llamas", replicó Edd, su mirada seria. "Sin embargo, tampoco quiero caminar hasta Flowers". Esa revelación hizo que la sonrisa de Tom se ampliara. "Pero si llego a tener un rasguño por tu culpa, te echo de mi casa", añadió con tono amenazante.

"Seré el mejor conductor que hayas tenido en tu vida".

Dos horas después, exactamente a las 7:20 p.m., el evento ya había comenzado y Tom sentía su estómago revuelto. Temía no llegar a tiempo y perder su oportunidad.

"¡Todo listo!" gritó Matt al salir de la casa, dando saltitos infantiles, con una sonrisa amplia y un pequeño espejo en mano.

Las maletas ya estaban empacadas en el baúl del lujoso Bugatti La Voiture Noire de Thomas. El pelirrojo se acomodó en los asientos traseros, mientras Thomas se sentaba al volante y Edd en el asiento del copiloto.

Over & Over | TordTom Donde viven las historias. Descúbrelo ahora