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DOS
"Infiel"

POV's Paulina
Una vez me aleje de mi hermano y sus amigos me dirigí a la área de comida para comprarme una nieve y caminar por la plaza.

Compre mi nieve favorita, la de limón y caminé por la plaza, pase por un momento por la juntada de mi hermano y lo pude ver realmente entusiasmado, verlo feliz me hacía feliz.

Me aburrí de caminar y una vez llegue a la área de comida de nuevo me senté en una de las mesas y veía mi teléfono mientras terminaba mi nieve.

Estaba algo deprimida, mi aparente pareja no me respondía desde hace una semana y al tener algún tipo de dependencia hacía él me hacía deprimirme al no tenerlo cerca.

Una vez termine mi nieve me levante de la silla para caminar hacia unas tiendas las cuales me gustaban demasiado de esa plaza, compré algunas cosas que ya tenía pensado comprarme y volví nuevamente a sentarme a esperar a mi hermano.

Una vez la juntada terminó mi hermano se acercó a mi para decirme que si ya podíamos irnos pero decidí invitarlos a comer para celebrar sus logros.

Había un restaurante ahí en la misma plaza por lo que nos dirigimos a ese y ahí comimos ese día, ahí conocí más a los amigos de mi hermano, eran realmente divertidos y podría decirse que los consideraba como una buena influencia para mi hermano.

Mi mamá y yo nos preocupábamos demasiado por el futuro de mi hermano, el mío ya había sido arruinado, estaba consiente de que mi relación tóxica lo había arruinado, pero mi dependencia no me permitía dejarlo.

Mi hermano para mi era mi todo en este mundo y aun que mi madre trataba de ponerlos la mayor atención posible, él y yo habíamos crecido solos, solo nos teníamos el uno al otro, era era una de las razones por las que me preocupaba por el, no quería que su futuro también fuera arruinado.

El restaurante tenía algunos juegos de fichas por lo cual los cuatro cambiamos dinero para fichas y fuimos a jugar, me trataba de mantener alejada de los amigos de mi hermano pero pendiente, no quería molestarlo tampoco.

Los cuatro salimos felices de la plaza y mientras buscábamos el auto en el estacionamiento mi vista se centro en algo que me rompió el corazón en mil pedazos y hizo que me quedara quieta a media calle.

Era mi según pareja besándose con otra chica, era la chica por la cual siempre nuestras peleas iniciaban pero siempre expresaba que estaba loca por mis sospechas.

Mi hermano volteo confundió por ver cómo me quedaba parada a media calle y se acercó a mi para mirar hacia donde yo miraba quedándose callado inmediatamente.

— ¿Que paso? — preguntó Mauricio confundido al vernos a mi y Pablo callados completamente y mirando a un punto fijo.

— Ese hijo de su puta madre — expresó mi hermano enojado y apunto de caminar hacia mi ahora ex pareja.

— Quédate aquí, no es necesario — dije con el mundo abajo completamente y deteniéndolo con una mano.

Caminé rumbo al auto nuevamente pero ahora completamente en silencio y con un semblante algo triste.

— Pau, deja que Uriel maneje, tu tranquila — dijo Pablo a lo cual asentí y le entregue las llaves para subir a la parte detrás del auto.

Mi mente se encontraba vacía, mi mundo se había caído a pedazos, dependía mucho de él y ahora no sabía que pensar, estaba completamente vacía.

Llegamos a mi casa y me encerré inmediatamente en mi habitación sin decir alguna sola palabra, empecé a llorar desconsoladamente y rompí todo recuerdo que tenía de él en mi habitación.

Saque desesperadamente de uno de mis cajones una cajetilla de cigarros, hace un año no fumaba pero en situaciones de estrés siempre me daban muchas ganas de fumar.

Prendí el cigarrillo y por alguna razón me encontré aliviada, el como mi cuerpo inhalaba y exhalaba la nicotina.

Uno, dos y tres cigarrillos me fume esa tarde, era lo único que me mantenía tranquila, por razones que agradezco mi madre aviso que llegaría en la madrugada ese día, por lo cual podría esconder el olor a tabaco de ella.

Pero lamentablemente de mi hermano no, ya que una vez salí de mi habitación por un simple vaso de agua mi hermano también salió de su habitación y inmediatamente olió el tabaco.

— ¿Volviste a fumar verdad? — pregunto algo exaltado.

— No importa — evadí la pregunta apenada ya que me encontraba con la cara algo hinchada.

— Si importa, ¿lo hiciste verdad? — preguntó nuevamente.

Después de un largo regaño por parte de mi hermano menor el finalmente volvió a subir a su habitación y yo estaba vez decidí fumar afuera de la casa, salí así mismo en pijama, solo con mi cajetilla de cigarros y mi encendedor, me senté en la banqueta afuera de mi casa y empecé a fumar.

Escuche como la puerta se abría y algo asustada me giré para encontrarme con el amigo de mi hermano, Uriel.

— ¿Tienes otro? — preguntó refiriéndose a mi cigarro a lo cual asentí.

— Toma — le ofrecí mi cajetilla una vez se sentó al lado de mi, le ofrecí también mi encendedor y empezamos a fumar en silencio.

— ¿Como te sientes?, te notabas rara esta tarde — pregunto lentamente.

— Vi a mi pareja, bueno ex pareja, besándose con alguien más — dije entre pausas en las cuales fumaba.

— Verga — fue lo único que dijo para darle una calada larga al cigarro — ¿quien podría engañar a alguien como tú?

— ¿Alguien como yo? — dije confundida.

— Digo, eres linda y se nota que eres agradable, debe de ser un pendejo como para engañarte — respondió sin más.

— Lo era — fue lo único que respondí.

Pasamos al rededor de media hora platicando mientras los dos fumábamos, él tuvo que regresar a la habitación de mi hermano así que nos despedimos amablemente y él entró nuevamente a la casa.

Decidí quedarme un rato más fuera mientras reflexionaba respecto a el tiempo perdido con él y como esa relación me arruinó varias oportunidades y amistades por la dependencia emocional.

Cada vez se hacía mas noche y mejor entre dentro de la casa y volví a encerrarme en mi habitación pero esta vez para caer profundamente dormida, las lágrimas combinadas con la relajación que me daba el tabaco hizo que me quedara dormida en cuanto toque la cama.

Huracán; ElUriel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora