Capitulo 29 : Mal presagio

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??1: ¡No lo hagas, Golden!
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??2: No sé qué te pasó, ¡pero esta no es la manera!
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??3: Lo siento, Tikki, Plagg, muéstranse ante mí.
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???: Mi nombre es... Soy el kwami de la realidad. Dime tu deseo.
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- Sonido estruendoso -
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Ethan: ¡Ah! - se levanta muy exaltado - ¿Qué... qué fue eso? - se seca el sudor - Cada vez... las pesadillas son más extrañas... - se sujeta la cabeza -

Maestro Fu: - toca la puerta - Ethan, ¿está todo bien? - preocupado por los gritos -

Ethan: Sí, maestro... Fue solo... una pesadilla.

Maestro Fu: Bueno, el desayuno está listo. Come antes de ir a trabajar.

Ethan: Muchas gracias, maestro. - se levanta de la cama -.

Ethan se tomó un momento para intentar recordar algo sobre el sueño que acababa de tener. Era algo inusual, se sentía muy familiar pero a la vez muy distante. Un déjà vu de algo que nunca había experimentado. Tener sueños extraños era algo común para el joven, pero este último no era solo un sueño. Se sentía diferente, como un presagio. Y todo empezó desde que se enteró de la llegada de esa chica. Ethan no podía concentrarse en absoluto. Esto no pasó desapercibido para el maestro.

Maestro Fu: Ethan, si tu mente y tu corazón no están centrados, no podrás emprender el viaje para alcanzar tu máximo potencial.

Ethan: ¿Disculpa?

Maestro Fu: ¿Qué es lo que te tiene tan distraído, muchacho? ¿Es acaso una chica?

Ethan: -suspira- Para mi desgracia, así es, maestro.

Maestro Fu: -tose- Vaya, le atiné. Tranquilo, joven. El amor es algo tan maravilloso como...

Ethan: Se equivoca, maestro -muy serio- Esa chica... Esa chica solo nos traerá problemas.

Flashback:

Milán, Italia.

???: Oye, dibujas muy bonito.

Ethan: ¿Eh? G-gracias... Pero no creo que sea la gran cosa.

???: Yo creo que se ve grandioso. Me llamo Iris Verdi.

Ethan: ... Yo me llamo Ethan Lambert. ¿Eres nueva, verdad?

Iris: Sí, recién me inscribieron, y la verdad es que no se me da muy bien ubicarme.

Ethan: Si quieres, después de la clase te podría dar un recorrido.

Iris: Eso me encantaría. -sonríe-

No hay nada más sincero que la sonrisa de un niño, o al menos eso es lo que dicen. Pasó el año escolar y Ethan se había encariñado con su nueva amiga. Ella era muy activa y agradable, como si de alguna manera siempre dijera lo que uno quiere escuchar. Con cada semana que pasaba, su reputación se elevaba, al igual que el de las personas que estaban a su alrededor. Ella lo había ayudado en algunas ocasiones cuando no presentaba una tarea o cuando los chicos de otros grados venían a molestarlo. Siempre ganaba las batallas con palabras, algo que Ethan admiraba mucho.

Pero había una chica en especial, una con la cual no se podía dialogar. Era dos años mayor que el dúo y atemorizaba a quien se le cruzara, debido al estatus de su familia. Todo el mundo sabía que su familia estaba metida en algo malo, y nadie quería refutarle nada por miedo.

A mediados de año, el colegio donde estaban fue nominado para ser el lugar donde se celebrarían las olimpiadas académicas. Los tres colegios más cercanos vendrían a participar. Ethan nunca fue bueno en matemáticas o literatura, así que decidió no participar en absoluto. Cuando el escándalo empezó, decidió retirarse a su lugar secreto, un pequeño rincón en la parte trasera del colegio. Parecía estar abandonado, ya que la vegetación se había apoderado del lugar. Solo se podía distinguir un hoyo en el centro de este, al parecer, antes servía como un pozo de donde sacaban agua.

LA MALDICIÓN DEL GATO NEGRO  /  Miraculous : las aventuras de shadow noirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora