Capítulo 37: ¿Quién se supone que soy?

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La soledad puede ser dolorosa para muchos, pero para algunos puede ser un regalo. Ahora, ¿qué pasaría si te dijera que existen personas que nunca pueden estar solas? Podrías pensar que es algo bueno, pero a veces esa compañía constante se convierte en un calvario. Las personas que padecen de Trastorno de Identidad Disociativo (TID), conocido comúnmente como personalidad múltiple, deben lidiar con la sensación de estar incompletos debido a la presencia de varias identidades en su mente.

Cada identidad tiene su propio patrón de comportamiento, recuerdos y formas de percibir el mundo, lo que genera un caos interno constante. Esta fragmentación de la identidad puede llevar a situaciones donde las personas no están conscientes de lo que han hecho en ciertos momentos, ya que no todas las identidades comparten los mismos recuerdos. Este desorden y falta de coherencia pueden afectar significativamente su vida diaria, haciendo que se sientan desconectados y desorientados.

??1 (en su mente): Oye, ¿no se suponía que íbamos a salir hoy?

Lyla: .....

??2 (en su mente): Según las noticias, hay un akuma fuera que posee a la gente que toca. Será imposible salir ahora, es muy peligroso.

??1 (en su mente): ¿Qué? ¡¿Justo ahora?! Oye... ¡Ey! ¡No me ignores!

Lyla: .....

??2 (en su mente): No la molestes, Cerise. Está pensando en cómo conseguir más pastillas sin que mamá se dé cuenta.

Cerise: Tsk... Esa maldita vieja es un fastidio. Siempre está molestando con las malditas pastillas.

??2 (en su mente): Te voy a pedir que no hables así de nuestra madre. Sabes muy bien que ella solo se preocupa por nosotras.

Cerise: ti viy i pidir qui ni ni ni ...¡Cállate, Iris! ¡Cierra la maldita boca, me tienes harta!

Iris: Solo estás molesta porque fui yo quien salió anoche.

Cerise: ¡Sabías que la fiesta era ayer y no me dejaste salir! ¡Eres una maldita copia de esa vieja bruja!

Iris: No iba a permitir que tomes el control del cuerpo. La última vez que fuiste a una "fiesta", pasamos una semana vomitando porque tomaste alcohol y Dios sabe qué más consumiste esa noche.

Cerise: ¡Tú no me mandas, yo...!

Lyla: ¡Ya cállense las dos! -da un fuerte golpe a la mesa mientras se coge la cabeza con la otra mano- Estoy cansada de ustedes... -empieza a gimotear-

Cerise: Ay, mira~ quiere llorar... Eres patética, no mereces tener el control del cuerpo.

Con enojo y frustración acumulados, Lyla busca entre sus cosas algo para desahogarse. Hace poco había comprado varios objetos antiestrés, pero por más que busca, no encuentra nada. Podía escuchar cómo su segunda personalidad se reía de su fracaso. Estaba segura de que Cerise tenía algo que ver. Mientras buscaba cajón por cajón, encontró unas tijeras grandes de costura. Las miró con cautela y las cogió. Con la herramienta entre sus manos, comenzó a tener pensamientos intrusivos; pensaba que solo de esa manera podría callarlas para siempre, cosa que no pasó desapercibida para sus otras personalidades.

Iris: Lyla, tranquila. Y-ya hablamos de esto. P-por favor, suelta eso. -lo decía con un poco de miedo-

Cerise: Jajaja, ¡vamos, hazlo! ¡Demuestra que no eres una maldita cobarde! ¡Termina con esto de una maldita vez!

Iris: ¡Cerise, cállate, no la estás ayudando!

Cerise: Cálmate, esta inútil no tiene el valor para hacerlo. Solo mira, ya soltó las tijeras.

Lyla: -sollozando-... solo... déjenme en paz... por favor -se abraza mientras llora-.

Cerise: Ridícula.

LA MALDICIÓN DEL GATO NEGRO  /  Miraculous : las aventuras de shadow noirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora