¿𝐑𝐄𝐀𝐋𝐌𝐄𝐍𝐓𝐄 𝐋𝐀 𝐀𝐌𝐀𝐒 𝐂𝐎𝐌𝐎 𝐃𝐈𝐂𝐄𝐒 𝐀𝐌𝐀𝐑𝐋𝐀?

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Aiko espero a que Caesar se fue y cuando eso pasó ella salió de su habitación con una suave manta envuelta en sus hombros y luego cerró la puerta detrás de ella y camino por el jardín mientras el viento frío soplaba su cabello túnica y la manta también ella se acercó a un árbol hermoso que quedaba cerca del harén miró el gran árbol donde la luz de la luna se posaba en su máximo esplendor ella se sentó frente al árbol mientras lo miraba luego suavemente bajo la cabeza hacia el pequeño río que lo rodeaba viendo su rostro reflejado ella sonrió y luego llevo una de sus manos hacia el agua sumergiéndola poco a poco luego la llevo de un lado para otro con delicadeza.

—Madre desde que moriste ya nada es lo mismo realmente te extraño demasiado, pero sé que no volverás por eso te dedico esta hermosa escena frente a mis ojos sé que ahora eres una gran estrella que brilla junto a la luna incluso llegando a opacarla con tu hermoso brillo papá y yo te extrañamos y nos duele que no estés aquí para el cumpleaños de papá... —Aiko suspiro.

Ella luego saco su mano levantó la cabeza y miró las hojas del árbol las cuales caían a su alrededor mientras lágrimas caían de sus mejillas a su manta se rompió en un llanto silencioso por la perdida de su madre hasta que escucho el llamado de su padre el cual la estaba buscando por lo que rápidamente se secó las lágrimas y se calmó respirando profundamente luego se levantó del césped y camino de nuevo a sus aposentos. 

𝐌𝐈𝐄𝐍𝐓𝐑𝐀𝐒 𝐓𝐀𝐍𝐓𝐎 𝐂𝐎𝐍 𝐂𝐀𝐄𝐒𝐀𝐑...

Caesar suspiro y camino por los pasillos del harén hasta luego ir a sus aposentos entró y cerró la puerta detrás de él y luego comenzó a quitarse la ropa de forma rápida y luego camino hacia una gran puerta en medio de su habitación y luego la abrió donde hay una gran piscina formada por rocas la cual tenía agua caliente él entró en la piscina lentamente donde luego entrar y sentarse apoyando su espalda en una de las rocas se relajó mientras miraba la luna la cual radiaba algunos rayos de su luz hacia las aguas.

— Oh, Dios, qué día ni más agotador, mi cuerpo estaba tan rígido por todo el estrés y cansancio de esta semana que por fin puedo descansar un poco por ahora... — Él se relajó luego de un largo suspiro y se ha sumergido hasta el cuello, cerrando los ojos.

Luego se levantó y abrió los ojos de golpe mientras pensaba en Aiko y sonrió para luego reír llevando una de sus manos a la cara para cubrirla mientras seguía riendo por lo que pasó y por la cara que puso Aiko cuando él la acorraló. 

— Esta chica realmente es 𝐄𝐒𝐏𝐄𝐂𝐈𝐀𝐋, realmente me gusta y haré todo para tenerla conmigo aunque sea una sola noche — dijo con una voz ronca, baja y sensual. 

Sonrió una vez más y luego volvió a centrarse en su baño. 

𝓔𝒍 𝓔𝒎𝒑𝒆𝒓𝒂𝒅𝒐𝒓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora