PRÓLOGO

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En un ancestral valle montañoso, cuyas escarpadas laderas albergaban las nacientes de majestuosas cataratas y ríos que descendían con fuerza, las criaturas del bosque coexistían y danzaban en el sotobosque entre los imponentes y venerables árboles...

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En un ancestral valle montañoso, cuyas escarpadas laderas albergaban las nacientes de majestuosas cataratas y ríos que descendían con fuerza, las criaturas del bosque coexistían y danzaban en el sotobosque entre los imponentes y venerables árboles que habían perdurado durante milenios, ocultándose en los altísimos y robustos pinos, de una amplitud que parecía tocar el cielo, o entre los arbustos floridos cuyas briznas, en una miríada de colores, salpicaban la vegetación circundante como pinceladas de un maestro artista en el lienzo natural de la vida.

⊹₊'Soledad, no hay nadie en este sueño'₊⊹

⊹₊'Es hora de buscar mi hogar'₊⊹

Las luciérnagas, diminutas estrellas flotantes, iluminaban la penumbra del atardecer que se tamizaba con su resplandor esmerilado, mientras los grillos, con sus sutiles sinfonías, orquestaban una melodía que centelleaba en la hierba húmeda como un coro natural arrullando el bosque. La brisa suave, cargada con el aroma fresco de la tierra y el rocío, susurraba entre las hojas de las copas de los árboles, entrelazadas como dedos de gigantes que formaban un dosel que filtraba la luz del sol en haces dorados, bañando el suelo del bosque en destellos etéreos y difusos.

⊹₊'De pronto, una sombra se postra ante mí'₊⊹

⊹₊'Robando lo que una vez fui'₊⊹

⊹₊'¿Puedes discernir tu corazón en su lamento?'₊⊹

En el centro de este paisaje silvestre y de fantasía, un imponente Sauce Sagrado se erguía con majestuosidad, sus ramas colgantes como cortinas verdes y coloridas. Siendo rodeado por un lago blanquecino que brillaba, sus aguas serenas fluyendo solo por el suave bisbiseo de la cascada cercana, cuya agua se precipitaba desde lo alto con una fuerza que, aunque formidable, parecía armonizar perfectamente con la serenidad que irradiaba este rincón. Los peces, diminutas joyas de plata, nadaban en sus profundidades, y las hojas caídas del sauce flotaban en un suave vaivén, como si danzaran al compás de la melodía del valle.

El portal sagrado de la tribu de Asibikaashi.

Aquí, en este lugar apartado del mundo, cada ser vivo, desde los más majestuosos hasta los más diminutos, contribuía a un equilibrio frágil pero perfecto, un microcosmos de la eterna danza de la vida y la creación, que subyace en el corazón del universo mismo.

⊹₊'Debo hallar la luz que perdí'₊⊹

⊹₊'Lo que amé, está en otro lugar'₊⊹

⊹₊'Lejos de lo que conocí'₊⊹

El silencio devoto del bosque fue súbitamente quebrado por el sonar de pasos que avanzaban, haciendo crujir las hojas secas esparcidas y piedras de río sobre el sendero que conducía al santuario del gran sauce. Al percibir la proximidad de su presencia, las criaturas del bosque se retiraban apresuradamente a la sombra, sus movimientos furtivos acompañados por los ecos de los cánticos ceremoniales entonados por una joven que danzaba entre las raíces de este venerado árbol, sus melodías entrelazándose en un coro armonioso que repercutía entre las largas guirnaldas y lianas repletas de hojas que caían y se balanceaban desde las más altas ramas del sauce.

THE DREAMCATCHER | KOOKV FFDonde viven las historias. Descúbrelo ahora