Tantas risas y coqueteo falsos hacían radiar al grupo de amigos de Max, hace tiempo no se divertían tanto, claro que jugaban juntos, y se la pasaban bien, pero habían olvidado que era reír de esa manera, quien diría que esa risa se convertirían en bulliciosos "uuuy" en menos de lo que pensaban.
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-¿Verdad o reto, Checo?- pregunto Pato al tapatío, quien lo vio dudoso de su respuesta.
-Creo que reto- respondió aún con duda el pecoso, quien no dejaba de ver de re ojo al rubio neerlandés, y este ni en cuenta de la mirada del tapatío.
-Te reto a dar 25 vueltas seguidas- reto este. Si bien, era un reto fácil, Pato tenía un pla bajo la manga, ya que había notado las diferentes miraditas que se lanzaban Max y Checo, y como el cupido que es, decidió ayudar, y digamos que le saldría mejor de lo que pensaba.
-Esta bien- respondió Sergio sin rechinar, pues según el, sería un reto fácil, y bueno, lo era, pero los resultados... y así fue como Checo empezó a dar vueltas en un mismo lugar, mientras los demás contaban, al llegar a la vuelta número 25, y así mismo a la última, termino muy mareado, y sintió tropezar con un pie, que era ni más ni menos que de Pato. Y así cayendo a las piernas del rubio, quien puso su brazo debajo del cuello del tapatío para no dejar que se golpeara, así dejando al pecoso más rojo que un tomate.
-¿Te hiciste daño?, ¿te duele algo?- pregunto preocupado el neerlandés, aun sosteniéndolo sobre el.
-Me duele no estar en tu corazón, guapo- soltó Checo en voz alta, dejando al rubio colorado, para después darse cuenta que lo dijo en voz alta y taparse la boca, así ganándose un bullicio por parte de sus amigos.
-Bien... creo que estas bien, y no te golpeaste- respondió atropelladamente, Max, quien estaba rojo hasta las orejas, y se reia nervioso.
-Si, estem... no me golpee- susurro el tapatío avergonzado de sus palabras.
