La mañana del 18 de mayo amaneció radiante en la ciudad de Barcelona. Los rayos del sol se colaban a través de las cortinas de la habitación de Alejandro Páez Gaviria, acariciando suavemente su rostro. De repente, la puerta se abrió de par en par, y la voz cantarina de su madre resonó en la estancia:—¡Arriba, mi niño! ¡Hoy es un día muy especial! —exclamó con júbilo mientras sostenía un pequeño pastel adornado con velas encendidas.
Alejandro se removió entre las sábanas, parpadeando ante la repentina invasión de luz y sonido. Su padre entró tras ella, con una amplia sonrisa en el rostro.
—¡Feliz cumpleaños, hijo! —dijo con voz grave pero cálida—. Ya eres todo un hombre.
Alejandro se incorporó lentamente, frotándose los ojos mientras observaba la escena con una mezcla de confusión y emoción.
—¿Un pastel? ¿En serio? —preguntó con una sonrisa soñolienta.
—¡Claro que sí, cariño! —respondió su madre, acercándose con el pastel—. Hoy cumples dieciocho años, y eso merece una celebración especial.
Su padre se unió al coro, entonando una desafinada pero entrañable versión de "Cumpleaños Feliz" mientras su madre depositaba el pastel sobre la cama. Alejandro no pudo evitar reír ante la conmovedora escena, sintiendo una oleada de gratitud por sus padres.
—Gracias, mamá, papá —dijo con sinceridad—. Esto es increíble.
—¡Vamos, pide un deseo y sopla las velas! —lo animó su madre, con los ojos brillantes de emoción.
Alejandro cerró los ojos por un instante, concentrándose en su más profundo anhelo. Después, tomó una bocanada de aire y sopló con fuerza, apagando las velas en un solo intento. Sus padres aplaudieron y lo abrazaron con cariño, llenándolo de felicitaciones y buenos deseos.
Después de disfrutar del delicioso pastel y compartir risas junto a sus padres, Alejandro se preparó para asistir a la escuela. Mientras caminaba por los pasillos, sus amigos lo recibieron con vítores y felicitaciones, algunos incluso llevando pequeños regalos envueltos en papel de colores.
—¡Feliz cumpleaños, Alejo! —gritó su mejor amigo, Sergio, abrazándolo con fuerza—. Hoy es tu día, amigo. ¡Disfrútalo al máximo!
Alejandro sonrió, conmovido por el cálido recibimiento de sus compañeros. En ese momento, sintió que su sueño de convertirse en un cantante reconocido estaba más cerca que nunca. Con la energía de la juventud y el apoyo de sus seres queridos, estaba listo para enfrentar los desafíos que se avecinaban y perseguir su pasión sin miedo.
La noche había caído sobre Barcelona, y la residencia de los Páez Gaviria se había convertido en el escenario de una celebración sin precedentes. Más de doscientos invitados llenaban los espacios, con música resonando en cada rincón y luces de colores iluminando la pista de baile improvisada en el patio trasero.
Los padres de Alejandro, lejos de sentirse abrumados, observaban la escena con orgullo y regocijo. Sabían que esta fiesta marcaría un hito en la vida de su hijo, y no escatimaron esfuerzos para hacer de ella un evento memorable.
De repente, el teléfono de Alejandro vibró con una notificación de su hermano Pablo:
**Pablo Gavi**: ¡Ey, hermanito! ¿Cómo va esa fiesta loca? 🔥 El equipo y yo llegaremos en un rato. ¡Prepárate para la locura!
Alejandro sonrió ante el mensaje y tecleó una respuesta rápida.
**Alejandro**: ¡Aquí te esperamos, Pablo! La fiesta está que arde. 🎉 No puedo creer que el Barça venga a mi cumple.
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Amor En Las Gradas ( Male Oc• Fermín Lopez)
FanfictionEn el bullicioso mundo del fútbol, donde las pasiones se desbordan en las canchas, una historia de amor florece entre los hermanos de dos estrellas deportivas. Alejandro Páez Gaviria, el hermano del talentoso Pablo Gavi, y Fermín López, el mejor ami...