Habían pasado varios días desde aquella noche en la habitación de Alejandro, y el ambiente en casa de Pablo seguía cargado de una tensión palpable. Alejandro se había sumido en un estado de reflexión, manteniéndose apartado de los demás mientras intentaba procesar todo lo que había sucedido y tomar una decisión sobre su futuro con Fermín.
Por su parte, Fermín se movía como un espectro, su mirada anhelante siguiendo a Alejandro a dondequiera que iba. Había intentado en varias ocasiones acercarse a su amado, pero Alejandro se mantenía firme en su decisión de tomar un tiempo para sí mismo.
Pablo observaba la situación con una mezcla de preocupación y tristeza. Ver a su hermano y a su mejor amigo sufriendo de esa manera le partía el corazón, pero sabía que no podía intervenir. Esta era una decisión que solo Alejandro podía tomar.
Fue en una de esas tardes silenciosas cuando Lucía llegó a la casa de Pablo. Su expresión reflejaba una determinación férrea mientras se acercaba a Alejandro, quien se encontraba sentado en el patio trasero, sumido en sus pensamientos.
"Tenemos que hablar, Alejo," dijo Lucía, sentándose a su lado sin esperar invitación.
Alejandro la miró con sorpresa, pero no protestó. Sabía que Lucía era la única persona que podía entender realmente lo que estaba pasando por su mente y por su corazón.
"No sé qué hacer, Luci," confesó, su voz cargada de angustia. "Una parte de mí quiere creer en Fermín, quiere confiar en que no volverá a traicionarme. Pero otra parte... otra parte no puede olvidar el dolor que me causó."
Lucía asintió comprensivamente, tomando la mano de Alejandro entre las suyas.
"Lo sé, cariño," respondió con suavidad. "Y no hay una respuesta fácil. Pero debes seguir lo que dicta tu corazón."
Alejandro sacudió la cabeza, sintiendo cómo las lágrimas se acumulaban en sus ojos.
"Mi corazón está dividido, Luci," susurró, su voz quebrada por la emoción. "Una parte quiere perdonar, pero la otra no puede dejar de temer ser lastimada nuevamente."
Lucía lo miró con ternura, apretando suavemente su mano.
"Escucha, Alejo," dijo con firmeza. "Sé que lo que Fermín hizo fue imperdonable, pero también sé que el amor que siente por ti es genuino. Todos cometemos errores, y algunos son más graves que otros. Pero si realmente lo amas, si crees que vale la pena luchar por esa relación, entonces tienes que encontrar la fuerza para perdonar."
Alejandro la miró fijamente, sintiendo cómo las palabras de Lucía calaban hondo en su alma.
"¿Y si vuelve a traicionarme, Luci?" preguntó, su voz teñida de miedo y angustia. "No creo que pueda soportar ese dolor nuevamente."
Lucía lo envolvió en un abrazo reconfortante, acariciando suavemente su cabello.
"No puedo prometerte que no volverá a lastimarte, cariño," respondió con sinceridad. "Nadie puede prometer eso. Pero si realmente lo amas, si crees que vale la pena luchar por él, entonces tienes que tomar ese riesgo. El amor siempre conlleva un riesgo, pero también puede ser la recompensa más grande de todas."
Alejandro se quedó en silencio, meditando las palabras de su mejor amiga. Sabía que tenía razón, pero la decisión seguía atormentándolo.
En ese momento, Fermín apareció en el patio, su mirada fija en Alejandro. Sus ojos se encontraron, y Alejandro sintió como si el mundo se detuviera por un instante.
Fermín se acercó lentamente, deteniéndose a unos metros de distancia. Su expresión era una mezcla de anhelo y temor, como si temiera asustar a Alejandro y hacerlo huir.
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Amor En Las Gradas ( Male Oc• Fermín Lopez)
FanfictionEn el bullicioso mundo del fútbol, donde las pasiones se desbordan en las canchas, una historia de amor florece entre los hermanos de dos estrellas deportivas. Alejandro Páez Gaviria, el hermano del talentoso Pablo Gavi, y Fermín López, el mejor ami...