Capítulo 4 ♠️

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La importante fecha había llegado, y a las horas de la noche el palacio del reino de las espadas se iluminó con radiantes luces que deslumbraban la grandeza de aquel lugar. Todos los invitados al baile por el próximo matrimonio entre el reino de las espadas y de los corazones entraban con sus respectivas parejas al baile, las prendas rojas y calidas características del reino de los corazones se mezclaban con las oscuros y frios atuendos del reino de los espadas. Era un contraste sin igual. Se veía que iba a hacer un clima agradable a pesar de la noche de aquella tierra de invierno. Todo era perfecto, o bueno, casi.

-No, no y no. ¡No pienso salir con ninguna de estas prendas! -Exclamaba una voz chillona y caprichosa tirando varios atuendos por todas partes-

Varias de las sirvientas llevaban bastante tiempo tratando de encontrar una prenda que le gustará al caprichoso príncipe, entraban y salían de la habitación, sin embargo ya llevaban más de media hora y no conseguían que nada le gustara.

-¿Está seguro, su alteza? Creo que esta le queda muy bien- decía una de ellas en un intento por convencer al príncipe de que se decidiera de una vez-

-¿No has escuchado? Consígueme otro traje o de aquí no me muevo. -Exclamó el príncipe sentándose obstinadamente en su cama con los brazos cruzados-

-¡E-En seguida, su alteza!

Y sin más la pobre sirvienta tuvo que salir de prisa por la puerta de la habitación como por tercera vez a buscar otro atuendo en el lugar donde guardaban los trajes. Esto no fue pasado por desapercibido por parte de Meiko, quien como de costumbre se encontraba respaldando las puertas de la habitación, ya se le hacía extraña la demora asi que aprovechando que no habia nadie además del príncipe dentro de la habitación tocó la puerta, recibiendo una contestación positiva por parte del principe.

Al abrir las puertas del cuarto se encontró con un desastre total, prendas tiradas por todas partes de la habitación y también algunos zapatos. Parecía más un campo de guerra que la habitación de un príncipe. Y este solo se encontraba ahí sentado, vistiendo solo con un camisón blanco largo de manga larga que le cubría el cuerpo.

-¿Qué sucede? ¿Por qué todavia no está listo para el baile? -preguntó Meiko, pasando por entre todo el desorden para acercarse al principe-

-Pues verás, querida Meiko. -Dijo el príncipe con su tono exagerado- La verdad es que nada es de mi agrado hoy y no tengo NADA que ponerme. Qué mal, creo que no voy a poder ir.

El príncipe solo se acurrucaba en su gran cama abrazando su almohada de aquella forma dramática. La soldado solo se quedó pensando un par de segundos sobre la situación, la ropa nunca habia sido un asunto al que el azabache le prestara especial importancia, pues casi siempre estaba con su cabello ligeramente desordenado y su ropa fuera de lugar. De hecho esta actitud que estaba tomando en este momento se le hacía más cercana a una excusa, puesto que ya conocía de antemano el poco interés del principe por el evento que conmemoraba aquel baile.

-¿Es eso o es que no quiere ir al baile? -dijo Meiko- Porque me suena más como una excusa para atrasar el tiempo lo mayor posible.

Ante la afirmación de la soldado Tsukasa abrió ligeramente los ojos al ver que Meiko había leído sus intenciones, pero su expresión cambió a una de desgano y solo se acostó mirando hacia el techo

-Bueno, me descubriste. -Admitió Tsukasa-No quiero ir. De verdad detesto este tipo de eventos, no te imaginas lo aburrido que es siempre.

-Pero tampoco quiere decepcionar al príncipe Amane -Afirmó Meiko- Con lo que llevo de conocerlo me basta para saber que si no fuera por complacer a su hermano no estaría haciendo esto.

Cartas de la realeza (JSHK/TBHK)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora