Los monstruos se hacen (No nacen)

capitulo 37

ALTO AL FUEGO

Alto al fuego (o consecuencias de la aniquilación).

Inuzaka Tsume miró fijamente los cuerpos caídos con ojos duros. Hizo un gesto a su equipo (búsqueda y rescate) para que recuperaran a los soldados caídos. La matriarca del clan se abrió paso entre la carnicería, deteniéndose al ver al agente ROOT derribado. Se arrodilló, ignorando los temblores de la tierra a su alrededor.

El operador respiraba: el pecho subía y bajaba con dificultad.

Era joven y desgarbado, en la cúspide de la pubertad.

Miró el traumatismo contundente en la cabeza. Ella frunció los labios con preocupación y se quitó la máscara para evaluar el daño. Era contrario al protocolo quitarse la mascarilla, pero el protocolo no tenía cabida en una cuestión de vida o muerte. La cabeza del clan se congeló, sus ojos se abrieron en estado de shock mientras miraba el rostro familiar de un niño que había desaparecido hace cinco años.

Se arrodilló, ignorando los escombros que presionaban su piel y presionó suavemente con una mano la cara del chico de Inuzaka. Había desaparecido en una misión que salió mal: declarado muerto después de años de silencio y sin dejar rastro. Los rastreadores del clan habían buscado sin cesar y todo fue en vano. El jefe del clan miró fijamente la máscara blanca, incrédulo, y el niño abrió sus ojos apagados, mirándola sin reconocerla en su mirada.

El jefe del clan lo levantó suavemente y ella se volvió hacia su pelotón, entregando al niño a uno de sus subordinados para que recibiera atención médica. Su mente se aceleró ante las implicaciones de su supervivencia oculta. ROOT era una división dirigida por el concejal y operaba en la sombra. Todos los jefes de clan sabían de su existencia. Miró a los soldados enmascarados caídos que quedaban en el suelo, heridos e incapaces de moverse.

Ella tragó saliva y la aprensión se apoderó de ella.

Tenía un muy mal presentimiento acerca de su revelación.

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El mensaje le llegó mientras estaba ante el monumento conmemorativo de su difunto padre. Uzumaki Naruto se volvió hacia el mensajero. Era un joven genin que apenas había pasado de sus años prepúberes. Se sorprendió al verlo. La mayoría de las fuerzas de Konoha murieron en batalla. El genin estaba temblando mientras estaba frente a él, transmitiéndole el acuerdo del Hokage con los términos del alto el fuego.

El adolescente miró al joven mensajero. Era un niño pequeño con cabello castaño revuelto y rasgos poco distinguidos. Era del tipo que se mezclaba con el fondo. Fue un milagro que sobreviviera a la invasión. Naruto tomó el pergamino ofrecido con un zumbido mientras el niño palidecía cada vez más ante su presencia prolongada.

"¿Cuántos años tiene?" Preguntó con curiosidad mientras abría el pergamino y miraba el contenido con los ojos.

El preadolescente tragó saliva. "T-doce... s-señor... s-señor Uzuk-Uzukage-sama". Él chilló.