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– ¡La venta de esos materiales nos dio buenas ganancias! ¡Ahora esos perros del gobierno no nos molestaran! ¿Verdad, joven maestro? –

Aquel hombre de cabello castaño miraba con devoción a su jefe, aquel sujeto de 20 años, era increíble, no sabía cómo un chico de tan joven edad podía llegar a ser el líder de una de las grandes familias de la mafia.

–Era de esperarse. Los gremios están desesperados por mejorar sus armas, que nada les importa-

– ¿Pero... joven maestro eso no podría convertirse en un obstáculo para nosotros? –

–Eso no sucederá – sonrió – ya que si no, tendré que mostrarles quien es Cale Henituse–

Cale Henituse, así es como se llama su jefe, o bueno, ese es el apodo que tiene ante todos en la mafia, es un nombre que invento para que nadie lo reconociera, ya que su verdadero nombre era Kim Rok Soo un huérfano que creció con muchas dificultades.

Aquel hombre desde pequeño tuvo que pelear contra los monstruos, tuvo que entrar a las mazmorras para recolectar materiales que le ayudará a ganar dinero.

De esa manera logró llegar a donde está, siendo uno de los líderes más tenidos por el gobierno coreano.

–Pero Hillsman, no deberías de estar trabajando,... Hans podría dar a luz en cualquier momento –

Cale observó a aquel hombre de cabello castaño, sonrió al ver que ese chico no había cambiado en absoluto, su personalidad era la misma que recordaba.

De esos recuerdos de su otra vida.

–¡Lo sé! ¡Pero quería ganar un poco más de dinero con este trabajo! ¡Así podría darme unas vacaciones y estar a su lado! –

Cale sonrió ante esas palabras, Hans y Hillsman aquella pareja que en la actualidad estaban comenzando a formar una familia, una pareja que nunca pensó que estaría junta.

–Buena suerte – susurro.

Bajo su mirada observando el camino por la ventana del coche, era de noche el cielo despejado mostraba un cielo estrellado tan brillante qué lo ponía melancólico

No podía evitar cerrar sus ojos y recordar aquellos momentos del pasado en donde su vida era ser un joven maestro adinerado, con sus compañeros, con sus hijos y con su preciada familia.

Aun no comprendía porque renació con sus recuerdos, pero de lo que estaba seguro es que debía de volver a reunir a su familia, a sus conocidos.

Y eso fue lo que hizo.

Siendo huérfano decidió colocarse su nombre coreano, con el cual empezó a buscar y pelear en el bajo mundo, de esta manera se hizo un nombre y reunió a gente que lo siguiera.

Poco a poco logro encontrar a varios conocidos, los cuales para su mala suerte, ninguno poseía sus recuerdos.

En su momento esto le entristeció pues era el único que podía recordar aquellos momentos en el reino Rowoon, en donde pelearon juntos contra diversas adversidades y en donde disfrutaban de sus momentos libres en su hogar en el bosque de la oscuridad.

–¿Joven maestro? –

Cale levantó desvío su mirada, otra vez se sumía en sus pensamientos, aquello se estaba convirtiendo en una mala costumbre.

–Una vez que estemos en nuestra base, dile a Ron que me muestre de nuevo el directorio –

Volvió a mirar por la ventana disfrutando de las vistas
.
Mientas que Hillsman lo miraba preocupado, aun no entendía por qué su jefe estaba tan obsesionado en leer ese directorio, cada día se la pasaba leyendo los registros de la gente, de todas esas personas que han sido registradas por el gobierno.

A veces tenía la sensación de que buscaba a alguien, pero cada vez que preguntaba aquel chico lo ignoraba o le cambiaba de tema.

Observó aquel cabello rojo, su color tan llamativo se había convertido en un símbolo de su apariencia, frunció el ceño, él sabía que ese no era su verdadero color, Cale, no, Kim Rok Soo tenía el cabello negro.

Tampoco podía entender esa necesidad de ese hombre por pintarse el cabello de ese color. Era otra obsesión qué su jefe tenía.
Suspiro y decidió mirar por la ventana, había tantos secretos que su jefe ocultaba, algo le decía que si él descubrí a la verdad, no podría vivir con esa información.

–¡DETÉN EL AUTO! –

Ante el grito de su jefe el conductor se detuvo, Hillsman se sujetó con fuerza para evitar el golpe.

–¡Je.. ¡Jefe! –

Apenas reacciono logró ver como aquel hombre salía corriendo del vehículo.

Cale corrió por las calles, estaba seguro que lo había visto. Aquel cabello oscuro, aquel rostro inocente, nunca podría olvidar la apariencia del hombre que siempre ha amado.

Dio vuelta en una de las calles, ingreso a un callejón en donde lo encontró.

Pudo ver su apariencia cansada, desnutrida y con esos ojos oscuros llenos de miedo.

–H.. Hola-"Maldita sea, ¿por qué se me quiebra la voz?" –

Observó como aquel chico de cabellera oscura retrocedía lentamente.

–¿Tienes hambre? –

El chico asintió con la cabeza, Cale pudo observar que era más bajo que él.

–"Puede que tenga unos 15 años" –

Se dio cuenta de lo desnutrido que estaba, su cuerpo estaba lleno de heridas y moretones.

–Sígueme, te daré algo de comer – se dio la vuelta, dio unos cuantos pasos y escucho como ese chico lo seguía.

Sonrió, una oleada de felicidad recorrió su cuerpo, lo había encontrado, a su amado, a su pareja, a su espadachín.

–¿Cómo te llamas? –

Por unos minutos hubo silencio, pero después el chico decidió hablar.

–So... soy Choi Han–

Sonrió, - "El mismo nombre "–

–Choi Han, a partir de ahora trabajarás para mí, deberás de pagar tus comidas. –

El joven miró por unos segundos al pelirrojo para después asentir con la cabeza.

–¡Joven maestro! – Se detuvo al observar aquel niño que caminaba detrás de su jefe - ¿Quién es? –

–Su nombre es Choi Han, a partir de hoy es parte de la familia, así que cuídalo bien –

Palmeo el hombro de Hillsman y se subió al coche, a pesar de que su rostro se mostraba serio y tranquilo, la verdad es que era todo lo contrario, estaba intentando con todas sus fuerzas no sonreír como loco.

Con Choi Han de su lado, una de sus preocupaciones se había desvanecido. 

–"Ahora solo faltan los niños "-observó el cielo-"Raon, Ohn, Hong, solo esperen un poco más, pronto los encontraré"–

Continuará...

Te encontré- Choi Han X Cale HenituseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora