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𝙃𝙚 𝙗𝙚𝙡𝙤𝙣𝙜𝙨 𝙩𝙤 𝙢𝙚, 𝙩𝙝𝙖𝙩 𝙗𝙤𝙮 𝙞𝙨 𝙢𝙞𝙣𝙚...
Rick paso su mano por el rostro completamente estresado.
Le había llegado un sobre a su trabajo dirigido a él, dentro de él había una postal de Rusia, junto a una fotografía de él, su nombre escrito al reverso de la postal y firmado con una V.
Había sido demasiado claro quien le había mandado la postal, entendió que estaba en la mira de Oksana y no solo eso, con ello también se confirmo que la mujer estaba ahi en el mismo pueblo que él, de no ser así, no tendría sentido el como sabia que específicamente que él buscaba información de ella.
De hecho, muchas personas alrededor del mundo lo hacían, entonces todo fue muy obvio para el castaño.
Habían transcurridos varios días donde Rick no encontraba información de la rusa, pero no quería rendirse ante el caso, sentía que debía haber algo, cualquier cosa.
Ingreso a su casa completamente cansado, para añadir, era el cumpleaños de Lori y la mujer había querido hacer una pequeña cena con algunos amigos y familiares por lo cual iba a estar un poco más despierto que la hora a la que acostumbraba a dormir.
Saludo a todos en cuanto llego y noto que Lori había invitado a Judith a su cumpleaños, ella o Carl, su hijo parecía fascinado con su tutora aunque Lori indicaba que el chico tenia un pequeño enamoramiento hacia la mujer.
La profesora de Carl le había mencionado a Lori la mejora que el chico parecía tener en la materia y eso tenia muy contenta a su esposa.
La realidad no era como se creía, Judith enseñaba Español a Carl de una manera no muy común, lo ofendía en ese idioma y si Carl no lo entendía entonces perdía dinero. Algunas veces jugaban baraja hablando solo español, normalmente hacían apuestas entre ambos.
Salió de sus pensamientos cuando la hora de partir el pastel y abrir los regalos llegaron, la mano de Rick se poso en el hombro de Carl atentos a Lori mientras que su hijo quería la atención de Judith pero la castaña estaba viendo al hombre con el ceño fruncido. Pensando.
Los ojos de Rick la voltearon a ver y esta fingió estar distraída desviando su mirada a Carl y dandole una pequeña sonrisa. Definitivamente había algo que a Rick no le gustaba de ella.
— Oh, Judith, no te hubieras molestado — dijo Lori captando la atención de Rick. El hombre noto el perfume que la castaña le había regalado a su esposa, parecía ser uno demasiado caro e italiano.
— No fue nada — comentó Judith — Es mi perfume favorito.
— Gracias, huele increíble — agradeció Lori con una sonrisa.
