[4: ¡Matty! ah, y mis amigos.]

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Ilian siente que lo sacuden con violencia y es así como se despierta ese día.

   Puede escuchar la alarma de fondo, posiblemente olvidada y resonando en la cabaña desde hace ya mucho tiempo.

—Intentamos levantarte de una forma menos brusca, pero tienes el sueño pesado a veces.

   Es muy temprano en la mañana como para que Ilian registre a cual de sus hermanos (con los que sigue molesto) pertenece esa voz. No contesta nada, sólo se levanta y alista para empezar el día.

   Sería un día bastante pesado y jodido (pues no sólo tenía que seguir el horario habitual de su cabaña, sino que además, tendría que hacerla de maestro -le toca dar las clases de combate cuerpo a cuerpo desde hace unos cuantos veranos-), así que debía irse preparando mentalmente para ese agotador día.

   Empieza con la tarea más importante de su cabaña (después del desayuno) y la tarea que él más detesta:

  Las fresas.

   No. No sé refiere a que no le guste comer fresas (aunque las prefiere en jugo o yogurt, la textura es muy rara, la verdad), sino a que no le gusta encargarse de ayudar a crecer a las fresas.

   La razón va más allá de lo incómodo que es estar de cuclillas inclinado sobre una pequeña planta bajo el sol mañanero y los mosquitos que atraen las fresas.

   Eso, si bien es muy molesto, no es la razón principal por la que odia la actividad. Verán...

   Ilian lleva como treinta minutos intentan hacer que esa planta crezca y, a decir verdad, le está llendo bastante mal...

—Yo no sé ni por qué me toca venir aquí si en lo que ustedes hacen crecer once yo hago crecer una.

   Señala el área que llevan sus hermanos y el área que lleva él. Ellos lleva aproximadamente 40 arbustos y él a penas a logrado que su segundo empiece a hacer algo.

—Somos una cabaña, hacemos todo el horario juntos —Pollux le recuerda con obviedad.

   Sí, bueno; parece que está cansado del berrinche de su hermano mayor.

—Además, tus fresas son buenas, solo crecen más lento —Castor intenta animarlo, pues el pesimismo no es un buen ambiente para hacer crecer fresas.

   Ilian no cree sus pobres intentos de animarlo ni por asomo. El tono de voz casi sarcástico de su hermano no ayuda, a decir verdad.

   Y no es que tenga baja autoestima ó que sea muy autoexigente ni nada por el estilo. Ni siquiera la poca habilidad (ó el poco esfuerzo) que Castor tiene con la motivación.

   Ella simple y sencillamente es realista. Se basa en los hechos, los cuales son que apenas si ha logrado hacer un onceavo de lo que sus hermanos llevan.

   Y no solo es la cantidad.

   Ella mira las grandes matas de hermosas, rojas y (a la vista) jugosas fresas que sus hermanos han hecho crecer, luego vuelve la vista a la segunda plantita de fresa que ella está trabajando: era horrible. Las fresas eran pequeñas y pálidas, a penas rojas. Unas incluso están de un rojizo que más que ser bonito y sano para las fresas era de ese que muestran cuando están por pudrirse (ó fermentarse).

—Dudo que alguien compre esto —arranca una de... las cosas, se niega a llamar eso fresa, y la observa de cerca: es aún más fea. Parece una pasa grande, sólo que no es café si no más bien grisácea con puntos... verdes.

—Fresas son fresas, mezcladas con las demás no las notan hasta que es muy tarde —le contesta Polux sin mirarlo.

   Ilian cree que no es así, duda que Quiron venda fresas que no son de calidad. Eso no es impedimento para indignarse.

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⏰ Última actualización: Aug 05 ⏰

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