Max
Estoy perdido.
Se suponía que yo solo debía ser el acompañante de Natacha a la gala, pero esa mujer es mucho más inteligente y astuta que yo.
Es una mente maestra.¿En qué momento me dejé llevar de esta manera? Ni siquiera yo mismo me puedo responder a esta pregunta.
Tal vez las líneas se desdibujaron desde de que la vi en todo su esplendor, o en realidad nunca hubieron porque en los primeros quince minutos cuando la conocí, también también conocí a sus pezones.
—Max —la voz del señor Russo me sorprende
—Alessandro —le dedico una sonrisa amistosa —. Es un placer tenerte en mi propiedad —me estira su mano
—No creí que esto haría parte del trato que teníamos —estrecho su mano —. Pensé que era solo acompañar a Natacha a la gala
—El acompañante de Natacha cumple la función de ser un accesorio más en su outfit, ella misma lo dijo —me dedica una sonrisa —. Serás casi invisible a su lado, no te preocupes, a parte es por una buena causa, recuérdalo
—¿Cuál es nuestro itinerario de hoy? —pregunto con incomodidad, esto de ser egocéntricos viene desde el lado Russo
—Van a asistir a una de las fundaciones, en este caso estarán con los niños que sufren de leucemia, Natacha es muy cercana a los niños que están allí —me informa —. Asegúrate de no desviarte del camino —me da una mirada curiosa —. Se que tú no miras a mi hija como tú novia, es decir, como niña
Me aclaro la garganta.
—No sé a qué se refiere señor Russo, jamás he sido irrespetuoso con ella
—Max, eres hombre —eleva los hombros —. También he dado la mirada que le das a mi hija, a otras mujeres
Carajo. ¿No podía ser menos evidente?
—Yo...
—Max, jamás le he dicho no a Natacha, siempre ha tenido todo lo que quiere y no soy capaz de decirle que no ahora, aún cuando tenga entre ceja y ceja conquistar a un hombre sentimentalmente comprometido. Pero eso no quiere decir que a ti no pueda decir que pienses las cosas bien antes de caer en su juego —me mira del manera más gélida posible —. Recuerda que no tienes una novia, tienes una mujer
—Seguiré teniendo una mujer después de esta noche —afirmo
—Piensa las cosas con cabeza fría, aún cuando se te haga difícil teniendo a Nat cerca, no soy estúpido —niega suavemente —. Se que estás más envuelto de lo que te gustaría admitir, ya pasó algo y no quiero saberlo
—No ha pasado nada —miento —. Lo respeto a usted y respetaré a su hija
—No quieres saber que pasará si no lo haces —sonríe y se retira del salón de su casa
Tengo una sensación extraña en mi garganta y quiero golpear algo. No puedo permitirme verme afectado por una niña de veintiun años.
—Señor Max —una señora me llama, supongo que es su nana —. La señorita está en su habitación —señala las escaleras —. Lo está esperando
Su subo por esas escaleras, esa mujer me va a secuestrar, amarrar y hacer otras cosas más
Digo, hace unos segundos quería conservar mi pene en su estado natural, sin embargo, ahora quiero divertirme.
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Juegos de Seducción; Max Verstappen
Fanfiction"Joder, todo esto era un maldita locura, un juego de una niñita mimada, pero la perra me hacía arder"