Juegos de Seducción; Max Verstappen

perjudicial para la salud.

Natacha

Mónaco, Montecarlo

—Estoy pensando seriamente en venir a vivir aquí —suspiré mientras caminábamos por las calles de Montecarlo

—Natacha, vivirás aquí porque Max no te querrá lejos —Francesca me dedicó una sonrisa cómplice —. ¿Te has visto en el maldito espejo? Imbécil sería si no te desea

—Lo hombres son imbéciles —dije en forma de broma

—Por eso sí no encontramos al correcto entonces nos casaremos —elevó los hombros —. El primer matrimonio femenino en la alta sociedad de Italia

—Creo que por el momento vamos hacia ese camino —reí con un pequeño asentimiento

—Estoy emocionada por mañana —Fran sonrió a medida que caminaba

—Creeme que yo más —sonreí —. Todo debe salir perfecto y papá debe de disfrutar de todo —suspiré —. Max queda de último en mi lista de prioridades al lado de papá. De verdad necesito que disfrute de su día

—Tu papá lo amará, lo hace con todo lo que haces —Fran sonrió —. Excepto tener sexo

—Si fuera por papá estaría en un convento —negué con una risa

—Para disgusto suyo, cambias más de hombre que de bragas —murmuró riendo —. Supongo que no sabe que tuviste un encuentro con su mejor amigo

—Cállate, fue un momento horrible —fingí una arcada, definitivamente allí comprendí que me gustaban mayores pero no viejitos

—Momentos que te mantiene humilde

—Leo vendrá a la celebración de papá —interrumpí

—¿Leo? ¿Leonardo Mancini? —preguntó asombrada

—Leonardo Mancini —asentí

—Pensé que todo había terminado —dijo con curiosidad —. Pero también pensé que no te gustaban los hombres casados

—Fue un matrimonio concertado —hice una mueca

—Aún así sigue siendo un matrimonio, sigue siendo poco ortodoxo

—Lo sé y me prometí que iba a parar —suspiré —. No me siento orgullosa de ser la amante de un hombre casado

—Podría haber sido tu esposo —Francesca me recordó

—Tiene treinta y cinco años, y soy muy joven para casarme, tampoco quiero quedar viuda joven

—¿Qué te hace pensar que no morirás primero? —me dedicó una sonrisa

—Bueno, lo digo porque es más longevo —reí —. Pero, bueno, si me hubiera casado con él posiblemente podría haber muerto antes, por ser adultera

—¿Piensas ser fiel en algún momento? —interrogó

—Por supuesto, pero de momento por eso no busco una relación seria  —elevé los hombros y entré a la tienda de Gucci

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Roma, Italia

Diecinueve años

La tranquilidad invadía la mansión Russo, agradecía que se mantuviera así pero no iba a ser posible ya que papá había decidido invitar a mis tíos y tías para la cena de navidad. Prefería que solo hubiéramos sido nosotros dos como siempre, pero no fue así y tampoco entendía muy bien, la navidad era una fecha común solo con un pretexto para gastar más dinero en regalos (cosa que ya hacíamos el resto de los meses)