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El día paso muy rápido y Sasuke se sentía algo frustrado, no pudo conseguir aquella chica, para regresarle su libreta.

La cual se mantenía ahora en su mesita de escritorio que utilizaba cuando estudiaba, cosa que ahora estaba haciendo, pues hoy su padre le había dado un horrible sermón.

Solo porque bajo un mesero punto en el examen de álgebra.

Solo fue un maldito punto.

Un suspiro salió de los labios del azabache, quien ya se encontraba irritado, de tanto estudiar.

- estoy arto de todo- susurro el azabache.

Pasándose sus manos por su cabello, alborotandolo.

Sasuke miró curioso la liberta, que le pertenecía a esa chica misteriosa, no pudo evitar abrirlo y empezar a leer su contenido.

Sorprendiendose, de ver imágenes de diferentes paisaje.

Las cuales podían ser turísticos, de distintos países, estába: Londres, Corea, Rusia, Italia entre otros países más, tal parece que está chica tiene el sueño de viajar por todo el mundo, cosa que empezó a interesarle al pelinegro.

Sin duda algunas quería conocer a esta chica.

La puerta de su habitación se abrió de golpe, asustando un poco al azabache, quien no dudó en esconder aquella liberta, al ver que su padre había irrumpido otra vez en su habitación.

- ¿Que quieres?- pregunto Sasuke secamente.

- espero que estés estudiando Sasuke.

- lo estaba haciendo, hasta que entraste a molestar.

- no me hables en ese tono- amenazó afilando la mirada.

- entonces deja de molestarme- contrataco al momento que fruncía el ceño.

- en serio que no tienes remedio Sasuke.

Le reprochó su padre, quien soltó un suspiro y negó con la cabeza, para luego mirar a su hijo con dureza.

- a tu madre no le hubiese gustado que bajarás tus notas y...

- ¡No metas a mamá en esto!- exclamó Sasuke.

Levantándose de su asiento todo furioso, siempre era lo mismo, su padre no había ni un solo día que no le recordara a su madre, pero de una forma que lo entristecía, Sasuke siempre recordaba aquella mujer que le dio a luz, recordaba todas las veces que su madre lo animaba, le daba cariños o lo aconsejaba.

Era una mujer increíble.

- ¡No me levantes la voz!- grito Fugaku molestó por la rebeldía de su hijo.

- ¡Siempre es lo mismo contigo, metes a mamá en todo, deja de hacerlo!- respondió sin dejar de alzar la voz.

- ¿Por que siempre te comportas de esta manera?, A tu madre le hubiese gustado que entraras a una buena universidad y...

- lo sé, pero cada vez que falló en algo, siempre la metes en todas nuestras conversaciones- contesto al momento que apretaba sus manos, haciendo puño, aún seguía molesto- ella ya no está papa, ella.... Sabes que, me largo.

Contesto para luego salir de su habitación, ignorando los reclamos de su padre, quien le pedía que se detuviera.

- ¡Sasuke espera!, ¡¿A donde crees que....

Las palabras de su padre se quedaron en el aire, siendo opacados por el sonido seco de la puerta principal siendo cerrada de golpe.

Sasuke empezó a caminar sin rumbo fijo.

Estaba tan molestó, que lo único que quería hacer era despejar su mente, ¿Por que?, ¿Por que su padre siempre le exigía de más?, ¿Por que no simplemente está orgulloso de él por sus logros?.

Desde niños había soñado tanto en complacerlo, que hacía todo lo que él, le pedía.

Quería ser un buen hijo para él.

Pero ni siquiera Fugaku fue un buen padre, el día que entendió eso, fue el día que dejo de buscar su aprobación.

- la vida sigue siendo un asco, este mundo es un asco- se dijo asi mismo furioso.

Pateando una pequeña piedra que se encontró en el camino, la cual rodó hasta chocar con unos zapatos, de color azules claros. Sasuke quien se mantuvo cabizbajo, levantó la mirada.

Encontrándose otra vez con ella.

Aquella pelirrosa con la que había chocado.

- es ella- murmuró el azabache, sin poder creerlo.

Aun par de distancia, se encontraba la pelirrosa, mirando las estrellas, tomando fotos con una mini cámara, que se veía un poco desgastada.

Quiso acercarse, pero ni siquiera sabía cómo establecer una conversación con ella, la cual se le veía bastante concentrada, tomando fotos de los paisajes.

Cuando por fin se había decidido acercarse a ella, la pelirrosa se dio cuenta de su presencia, mirándolo al instante, ella al ver otra vez al pelinegro, se sonrojo, pero le regaló una sonrisa.

Que hizo estragos en el corazón del pelinegro.

- hola- saludo ella tímidamente.

- hola- respondió él, regresandole la sonrisa.

Ese saludo fue más que suficiente, para que la relación de ambos, empezará a florecer.

Justo en ese instante, bajos la luz de la luna y las estrellas, Sasuke se dio cuenta de que tal vez, solo tal vez, la vida no era del todo un asco.

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Aaww, me encantó mucho escribir este reencuentro, simple pero hermoso al menos para mí ejejej.😅

No olviden comentar y darle una estrella.⭐💬

Sin más que decir me despido Sasusaku.👋😉

Tu Mundo (Sasusaku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora