Nota de la autora + PRÓLOGO

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Hola lector/a 💞 está es una historia basada en hechos reales que me haría mucha ilusión que se lea. Trabaje durante mucho tiempo para poder hablar sobre cada una de estas cosas que acontecieron en mi vida. Hoy en día deseo que este libro haga sentir a alguien un poquito menos solo/a.  La historia tendrá mucho misterio y tocará temas delicados pero les prometo que se pondrá bueno. Prometo que no será todo drama si eso les preocupa. Espero le den una oportunidad. Que tengan un lindo día/tarde/ noche.

Acá les dejo el prólogo 💞


PRÓLOGO

Te diré algo acerca de la depresión: lo peor de la misma es querer encontrar la forma de huir de tanta mierda y sentirte en un laberinto interminable, de esos que parecen no tener salida. Como amigo/a, hermano/a, primo/a, vecino/a, hijo/a, juro que intentas buscar una escapatoria, por aquellos que te quieren. Lo prometo de verdad, lo intentas. Juro que intentas recordar las cosas buenas. Sí, me refiero a todas esas cosas que solían producir un mínimo de serotonina en tu cuerpo. Lo haces, de verdad. Te propones escuchar las canciones que solías amar o ver aquellas películas que te sacaban alguna risa. Intentas recordar aquellas cosas que te producían algo de felicidad, pero siendo sincera, nada lo vale.

Aunque no lo quieras, aunque te rehúses y luches porque todo eso termine, aunque anheles con lo más profundo de tu corazón tener una sonrisa genuina, tu cerebro comienza a borrar cada una de aquellas cosas, cada mínimo y tonto recuerdo que te hacía sentir un poco vivo. Luego comienzas a sentir que la vida es justamente cómo la estás viviendo. Puramente vacía. Sientes que todo es y debe ser tal cual lo estás experimentando, porque en tu mente ya no hay escapatoria a tanto desastre.

Te diré algo más acerca de la depresión: la misma distorsiona tu tiempo, es como si de repente tus días se entremezclan, se apilan uno tras otro hasta que ya te cansas de contarlos. Los minutos, las semanas, los días y los meses no tienen significado alguno porque vives en un ciclo interminable, sofocante y destructivo. Aseguras que hay personas que están peor, personas con problemas más serios, con problemas "reales", pero por algún motivo duermes esperando que al día siguiente cada reflexión, cada mínimo avance y cada pensamiento de positividad haya dado su fruto. Luego despiertas y notas que todo sigue igual. Intentas salir de casa, quizás intentas hacer algo de ejercicio o sales a observar la naturaleza porque has leído en internet que eso suele hacer bien. Sales de casa y observas, observas a los adultos, niños, ancianos, observas el cielo, quizás observas las estrellas. Hay días que ves a algunos pájaros cantando y te preguntas si todo está valiendo realmente la pena. Si en verdad ha de tener algún propósito esto de seguir intentándolo.

Pero hay algo más acerca de la depresión que no te he contado y es cuando crees que por fin has salido de allí, cuando por fin has llegado a la superficie y no hay cierta presión que te sumerja en aquel pozo, no sientes ese golpe, no sientes esa vocecita en la cabeza que te dice "no puedes más". Por fin sales. Todo va bien, tu familia, amigos, conocidos dicen verte feliz pero de repente y casi sin avisar llega aquel día en que vuelves a estar igual. Ese día en que toda esa mierda vuelve a aparecer y te arrebata esa felicidad nuevamente. Te estarás preguntando por qué escribo esto y seré honesta,Lo hago porque sé muy bien que casi nadie habla nunca sobre las recaídas. Nadie habla de lo que se siente tener en la cabeza el pensamiento de "¿¡otra vez está maldita mierda?!". Ese pensamiento que te carcome día y noche, que te hace sentir que jamás vas a poder salir en serio de allí. Sentimiento que te genera rabia, te produce angustia y mucha apatía. Sentimiento que te hace dudar de tus capacidades de dejar ir atrás el pasado y caminar hacia el futuro.

A lo que voy es que yo, Matilda Kayle Bennett, solía sentirme así años atrás. Sentía que por fin había tocado el cielo con las manos (sí, eso siente alguien que no ha sido feliz hace mucho tiempo y por fin siente algo de alegría ). Sentí ese gran espíritu de positividad que me decía "¡has mejorado!" hasta que todo se fue por la borda el día que encontré aquel diario escondido en lo más recóndito de mi librero. Era de color caqui, hojas amarillentas que demostraban el paso del tiempo, pequeño pero repleto de palabras y dibujos. Me corregiré, repleto de historia. Lo abrí, pasé los dedos por aquellas páginas y recordé todo lo que había pasado, recordé cómo había comenzado todo y fue en ese preciso instante en el que entendí por qué las recaídas son completamente naturales.

Todo lo que no te conté Donde viven las historias. Descúbrelo ahora