He intentado de mil formas olvidarte, borrar ese sentimiento tan poderoso de enojo profundo y persistente. Sin embargo, aunque lo intento, te sigo encontrando en cada aspecto de mi vida.-Domingo-
Casi no recuerdo nada de como terminó la noche anterior, solo se que Laila me ha estado molestando con lo que sucedió todo el tiempo que estuve en su casa. (Me hace gracia, de verdad). Pero fuera de aquello, apenas puedo recordar cómo llegué a estar recostada aquí. Las cobijas de mi cama se encuentran en el suelo y no consigo ver dónde se encuentra mi móvil. Alguien enciende repentinamente la luz de mi habitación por lo que cubro mi rostro con la manga de mi camiseta.
Es mi madre.
—¿Piensas quedarte durmiendo todo el día?—dice.
Suelto un quejido y cubro por completo mi cabeza con las sábanas de la cama.
Mi madre resopla.
— Necesito que me ayudes a ordenar la casa, no puedes pasarte todo el día durmiendo Kayle—añade.
Suelto otro quejido pero esta vez quito la sábana de mi rostro y hago un esfuerzo por levantarme. Se bien que si mi madre me llama por mi segundo nombre se viene uno de aquellos sermones interminables. Finalmente me levanto y me siento sobre la cama. Echo un vistazo para buscar nuevamente mi móvil pero no alcanzo a encontrarlo.
— Si buscas tu teléfono no está aquí, está en el mueblecillo del baño, lo has dejado allí desde que llegaste a casa.
Mierda… no recuerdo eso, en definitiva no volveré a beber tanta cantidad de alcohol en mi vida.
— ¿Qué hora es? — pregunto.
Mi madre echa un vistazo al reloj que trae en su brazo izquierdo.
— Son las 17:58 PM.
Al escuchar la hora me levanto por completo de un sobresalto. Los domingos son de esos días en los que mi cuerpo y mente por alguna razón se desconectan por completo, nada funciona con naturalidad, es como que el sentido lógico del tiempo se detiene por instantes. Pero mierda, mierda, he dormido casi 10 horas y no lo he notado.
— ¿¡Porque no me has despertado antes!?— pregunto.
Ella hace un gesto levantando los hombros y pone cara de desinterés.
Me pongo de pie por completo y le doy un beso en la mejilla.
—Buen día—digo.
Ella voltea los ojos y suelta una pequeña risa.
—Buenas tardes, buenas tardes — me corrige.
Le devuelvo la sonrisa y me dirijo al baño. Me cepillo los dientes y me lavo el rostro. Mi madre sigue hablándome desde la otra habitación.
— Matilda, he estado limpiando la sala, encontré muchas cosas tuyas y necesito que me digas que puedo tirar o no— dice.
Antes de responder, veo que era cierto, mi móvil se encuentra justo al lado de los productos de skincare, lo tomo y veo que tengo muchas notificaciones de Laila.
Laila 12:28
¿Te acuerdas de lo de ayer?
¡Nehuen me envió mensajes después de todo lo que pasó!
Estamos hablando.
Foto captura del chat de instagram.
Es mi momento Matilda, ES MI MOMENTO.
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Todo lo que no te conté
Ficțiune adolescențiElla tiene un pasado difícil que creía haber superado pero un día encuentra el diario que escribió a sus 15 años y vuelve a revivir toda esa historia nuevamente, se da cuenta que su infancia esconde algo muy oscuro y difícil de olvidar... Pero llega...