Millo, el potrillo

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Millo, era un simpático potrillo
de crin lacia y frondosa,
figura esbelta y hermosa.
Su papá estaba rebosante de alegría,
pues era el segundo hijo que tenía
y además había nacido varón:
eso sí que era una bendición,
porque en la familia era tradición,
ser caballo de competición
y a una hembra por fuerte que fuera,
le ganaría un varón cualquiera...

Millo el potrillo creció
y su papá una gran decepción se llevó:
sus patitas no eran fuertes,
debía medicarlo el doctor Fuentes.
-Tu hijo no debería competir,
no lo podrá resistir
-decía el doctor con cierto estupor.
Sin embargo, el papá insistía
en que allí se hacía lo que él decía.

Millo día a día se fortalecía,
aunque a competir no se atrevía,
por si en el intento moría,
pero ese desdichado momento que Millo temía
irremediablemente pronto llegaría.

Pasó el tiempo y su hermana mayor Berta,
que a escondidas corría como una experta,
ilusionada estaba por competir,
tenía un constante sinvivir:
quería a su padre demostrar,
que por ella podían apostar,
aunque éste no claudicaba, no la escuchaba,
que se comparase con un varón lo avergonzaba.

Aún así, la yegua compitió
y la medalla su jinete ganó.
Sin embargo, el pobre Millo a la meta no llegó
y del sofreesfuerzo casi murió.
Su padre, cuando vio lo que pasó,
ni siquiera se le acercó
pero tampoco a su hija fue a felicitar,
pues en ridículo lo acababa de dejar...

A Millo le parecía que con tal de que compitiera,
a su padre no le importaba que muriera
y Berta tampoco contenta estaba:
su progenitor ni la miraba...
Viendo esta penosa situación,
mamá Abra intervino en la reunión,
no era costumbre que lo hiciera,
ya que acataba siempre lo que su marido dijera,
era una yegua prudente,
con todos siempre complaciente,
pero los tiempos cambiaban
y los pensamientos variaban,
por eso con firme decisión,
dio a todos un buen sermón:
-no estáis hablando de cosas banales,
todos somos iguales:
ya seamos hembras o seáis varones,
tenemos los mismos derechos y condiciones.
Hoy tu hija ha demostrado lo que podía conseguir
y tú, como un padre orgulloso, te deberías sentir.
Por otro lado os diré y no me equivocaré,
que no es justo que muramos agotados en un pasillo,
para que el hombre codicioso llene su bolsillo...
Un gran paso hay que dar
y con toda opresión acabar,
por eso esta noche de este establo me escaparé
y por nuestros derechos e igualdades lucharé.
Si alguien me quiere seguir,
será un nuevo devenir...

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⏰ Última actualización: May 18 ⏰

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