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Olivia llegó rápidamente a la reunión del comité para la fiesta de bienvenida, aferrándose al termo en sus brazos como si su vida dependiera de ello.
Las chicas le hicieron preguntas sobre su comportamiento, las cuales decidió ignorar, aún en estado de shock.
Así que Ruby al no recibir respuestas empezó a explicar detalles de la fiesta mientras Kieran repartía pastelitos.
Olivia se recostó en la silla y cruzó los brazos, lidiando con sentimientos encontrados sobre lo que había visto. Temía que si se descubría lo de Lydia, ella quedaría involucrada en el escándalo, arruinando su reputación y sus posibilidades de ser aceptada en alguna universidad, especialmente en Oxford, su sueño.
Todo a su alrededor se volvió borroso mientras imaginaba escenarios en los que era rechazada por Oxford. Pero la realidad volvió cuando Ruby le pateó el pie. Olivia, confundida, no protestó, incluso cuando Ruby se sentó a su lado, rozando sus piernas con las suyas.
—¿Qué?
—James Beaufort te está mirando. — susurró Ruby, intentando ser discreta, aunque era difícil ignorar a James cuando entraba a un lugar. Sin embargo, en esta ocasión, no todas las miradas eran para él; también observaban a Olivia, quien era el único foco de atención del rubio de ojos azules.
—¿Cómo? — preguntó Olivia, aturdida, sin querer mover ni un músculo. James Beaufort había venido directamente hacia ella, probablemente Lydia le había dicho algo.
— Sí, acaba de entrar y viene hacia aquí. — expresó Ruby, igualmente confundida sobre qué quería James con su mejor amiga.
Olivia levantó la vista y se encontró con la mirada sorprendida de Lin, quien le hacía señas para que mirara a su alrededor y viera a James, pero ella se negó, pretendiendo que nada sucedía a su alrededor, mientras su corazón latía desbocado.
Alguien apartó la silla junto a Olivia y se sentó en ella. En ese momento, supo que no podía ignorar más a Beaufort, especialmente cuando se dirigió a ella con un serio:
—Hola.
La peli-negra se giró lentamente, como un robot, y sus ojos verdes se encontraron con los azules de James.
Después de lo que pareció una eternidad, aunque solo fueron unos segundos, Olivia fingió desconcierto, tragó saliva y miró a Ruby y Lin, ignorando las miradas de sus compañeros.
James sonrió ante el nerviosismo de Olivia, pero rápidamente volvió a ponerse serio.
—Me prestan a su amiga un rato. — pidió sin apartar la mirada de la chica
—¿Qué? — preguntó Kieran, ajustando sus lentes.
—A la que me ignora, la que está cerrando los ojos como si quisiera desaparecer. —señaló a Olivia, quien se encogía en su silla.
